Si hay algo que ha acompañado a Mike Budenholzer a lo largo de su carrera como entrenador jefe en la NBA ha sido el rótulo de ser un técnico que no realiza ajustes a lo largo de los Playoffs. Esto significa en resumidas cuentas que el plan de partido y en la eliminatoria es el mismo al inicio que al término de la misma. Una narrativa más bien vaga e imprecisa porque, pese a que en ciertos momentos del pasado Budenholzer mantuviese una idea concreta independientemente de los resultados, lo cual es llamativo, el entrenador ha ido evolucionando, cambiando y, sí, ajustando.
La experiencia es un grado en la NBA, y por el hecho de llevar más de dos décadas en la liga, como es el caso del técnico nativo de Arizona, hasta que uno se ve en la tesitura de tomar decisiones no siente el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Ese proceso madurativo ha venido de la mano del crecimiento como estrella y líder de Giannis Antetokounmpo, que ha ido dando pasos agigantados a cada edición de Playoffs hasta convertirse en un firme candidato al MVP de las Finales en este 2021.
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Si hay algo que ha demostrado Milwaukee Bucks en estos Playoffs es que es un conjunto capaz de recomponerse, de adaptarse a las circunstancias, sean cuales sean, y eso no puede llevarse a cabo si no se realizan cambios y ajustes. Quizás esto ha sido mucho más evidente en las series ante los Phoenix Suns, donde tras arrancar con una desventaja de 2-0 han logrado darle la vuelta, comandando por 3 a 2 y a un triunfo del campeonato. Los de Wisconsin han mostrado una cara diferente en cada uno de los encuentros disputados ante los de Arizona, pasando de una estrategia de cambios en el Juego 1 a una gran presencia de Giannis en la zona en el segundo, pasando por un cara a cara de Jrue Holiday a Chris Paul en elJuego 3 o la apuesta por formatos pequeños sin un pivote definido.
Sin embargo, lo más llamativo sucedió en el quinto encuentro, en el que los Bucks pasaron de perder de 16 puntos al primer cuarto a ganar por tres al descanso con un parcial de 43-24. ¿Pero cómo fue esto posible? ¿Fue mérito de Milwaukee o demérito de los Suns?
La clave de la remontada no estuvo en el plan de siempre, con unas rotaciones muy marcadas y definidas así como un plan defensivo estanco. Todo lo contrario. Mike Budenholzer introdujo un cambio que sirvió como detonante del fantástico partido que completaron los de Wisconsin para ponerse 3 a 2 en la eliminatoria. Los Bucks, sorprendentemente, apostaron por una alineación con dos interiores como fueron Brook Lopez y Bobby Portis y que no contó con la presencia de Giannis Antetokounmpo, siendo el segundo quinteto más utilizado y el que mejor rendimiento tuvo. Echemos un ojo a los números:
- Lopez, Portis, Connaughton, Middleton y Holiday: 7 minutos, 164,7 de ratio ofensivo, 94,4 de ratio defensivo y +70,3 de net rating.
- Lopez, Tucker, Antetokounmpo, Middleton y Holiday: 14 minutos, 111,1 de ratio ofensivo, 127,6 de ratio defensivo y -16,5 de net rating.
Fuese fruto de la necesidad de remontar y agarrarse al partido como un clavo ardiendo o realmente porque dio con una tecla que hasta ese momento no se había puesto en práctica ante los Suns, la realidad es que Milwaukee cambió la dinámica del encuentro sin su mejor jugador en cancha, siendo la primera ocasión en estos Playoffs donde el griego acaba con +/- negativo y el equipo vence.
Curiosamente, esta misma alineación fue utilizada previamente en la serie contra los Hawks, obteniendo un rendimiento nada favorecedor para los de Budenholzer, pues en los 15 minutos que acumuló tuvo un -5,6 en net rating.
La clave en el quinteto fue la unión de Portis y Lopez, dos interiores nada convencionales, pues ambos son muy tendentes a jugar abiertos, favoreciendo el espaciado ofensivo en un equipo que centra muchos de sus ataques en el bloqueo directo y en las divisiones a canasta. Así se explica que juntos sobre el parqué el equipo anotase el 50% de sus triples y el 68,4% de sus intentos a canasta para un +60 de net rating. Lo llamativo es que hasta el Juego 5 apenas habían coincidido un total de 83 minutos en todos los Playoffs distribuidos a lo largo de 13 encuentros, siendo una de las parejas menos comunes y asentadas en la media en cuanto a eficiencia estadística (+7,8).
Los Suns ante este quinteto trató de ser muy agresivos sobre el balón con el objetivo de mitigar el impacto de los dos mejores jugadores en la pista (Middleton y Holiday), pero solo sirvió para sacar a Deandre Ayton de la pintura y por consiguiente restarle valor dentro del sistema defensivo. Favoreciendo triangulaciones como esta:
O peor, que Portis ejecutase completamente liberado desde las esquinas.
Incluso fue una estrategia interesante para llevar a cabo con el switching en los bloqueos entre todos aquellos que no fuesen Lopez, finalizando la acción rival ante el pivote, que ha permitido apenas el 42,1% de los intentos rivales en el aro, el segundo mejor registro de las Finales por detrás de Antetokounmpo (38,9%).
Milwaukee puede haber dado con la tecla para cambiar el rumbo de una eliminatoria que comenzó muy mal para los de Mike Budenholzer. ¿Será este un cambio que se prolongue en el tiempo o bien se quedará como una anécdota dadas las circunstancias del Juego 5? El martes veremos la respuesta.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.