En la NBA ningún resultado es definitivo hasta que ya no hay más tiempo por jugar. Este axioma que parece sacado de un libro de frases hechas no puede ser más real, al menos tras lo ocurrido en el partido entre Dallas Mavericks y Oklahoma City Thunder en la noche del sábado 2 de diciembre. Entrando en el último cuarto OKC tenía la victoria en el bolsillo. Con una ventaja de +23 a poco que se jugase, sumarían un triunfo cómodo y retirarían de cancha a sus titulares en pocos minutos. Sin embargo, Luka Doncic tenía otros planes.
Un parcial de 30 a 0 por parte de los Mavs mientras OKC Thunder no lograba anotar ni una sola canasta en prácticamente todo el último cuarto estuvieron cerca de convertirse en una de las mayores remontadas de la historia de la liga. Entre el minuto 11:09 y el 4:04 Dallas dominó por completo el encuentro, poniendo un candado al aro rival mientras la diferencia iba reduciéndose poco a poco para desesperación de Daigneault.
El balance se podría resumir de la siguiente manera. Oklahoma City fue absolutamente incapaz de anotar una sola canasta, ni en juego ni forzando una falta para conseguir tiros libres. La razón estuvo detrás de la magnífica defensa de Dallas que les dejó en un 0 de 8 en tiros de campo, llevándoles a firmar 5 pérdidas en su lapso sin anotar. Por el contrario, los Mavs disfrutaron de una explosión total, logrando un 12 de 16 de cara al aro (75%), incluyendo un 6 de 9 al triple (66,6%).
The Mavs just went on a 30-0 run to take the lead in Dallas 😱
— NBA (@NBA) December 3, 2023
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Los hombres de Jason Kidd no solo firmaron un impecable parcial de 30-0, sino que por momentos llegaron a estar por delante en el marcador. A falta de 4:30 para la finalización los Mavs tomaron ventaja, pero tan rápido vino la explosión ofensiva como se desvaneció. En el clutch, OKC se encomendó a un Jalen Williams que evitó el desastre con 6 puntos sin fallo para doblegar a Dallas, que naufragó en la orilla.
Si los Mavericks habían conseguido algo prácticamente insólito en la historia durante un lapso de 7 minutos, en el cierre se les acabó la magia. Un solo tiro de campo de 10 intentos es el resumen de cómo se vino abajo el equipo justo cuando tenían todo de cara. Fuese por nervios, cansancio o pura suerte, los texanos acabaron por perder el encuentro a manos de Oklahoma City Thunder tras hacer lo más complicado (126-120).
Un encuentro que pasará a la historia como el mayor parcial sin permitir que el rival anote desde que se registran todas las jugadas (1996-1997) en la NBA. De este modo, los Mavs superaron el anterior registro establecido por los Cleveland Cavaliers de LeBron James el 6 de diciembre de 2009 ante Milwaukee Bucks, quienes lograron un 29-0. La diferencia es que los Cavs acabaron por ganar aquel duelo.
El amargo resultado para Dallas lo es más si se echa un vistazo a la actuación de Luka Doncic. Apenas unos días después del nacimiento de su hija, el esloveno reapareció al mejor nivel posible. Con 36 puntos, 15 rebotes y 18 asistencias, el ex del Real Madrid se convirtió en el segundo jugador en la historia en lograr unos números semejantes, uniéndose a Oscar Robertson, quien lo hizo en 1961 y 1962.
Una auténtica montaña rusa de emociones para unos Dallas Mavericks que tras empezar con un balance de 8-2 han conseguido tan solo 3 victorias desde el 14 de noviembre. Ahora mismo los de Jason Kidd siguen dentro de los puestos de Playoffs, pero la liga está poniéndoles allí donde merecen, al igual que a OKC Thunder (13-6), que lucen en tercer lugar.
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