Desde los albores de la NBA las franquicias han buscado reunir al mayor número de estrellas dentro del mismo equipo. Algunos han pasado a la historia por sus aciertos y otros por haber caído en el intento. El avance del juego ha subido el nivel medio de los jugadores en la actualidad hasta llegar a un punto en el que un total de 43 figuras están promediando 20 puntos o más en este curso, el segundo dato más alto de la historia solo superado por los 58 del año pasado. Esta progresión ascendente en términos ofensivos unido a una serie de normas salariales que buscan limitan la acumulación de talento en un roster durante mucho tiempo está detrás de un cambio en la construcción de los planteles.
En otras palabras, los Big Three son una cosa del pasado, ahora lo que se estila son las parejas.
Basta echar un vistazo a los últimos campeones desde 2020 para comprobar esta tendencia. De LeBron y Davis con los Lakers hasta el título de los Nuggets por medio de Jokic y Murray. La concentración del talento en dos únicas figuras se ha asentado como el modelo de éxito definitivo en la construcción de equipos ganadores. Algo de lo que han tomado buena nota un gran número de franquicias en esta temporada.
De hecho, hay una correlación entre una pareja de gran potencial ofensivo y un balance positivo y a la inversa. Basta echar un vistazo a cómo lucen la combinación de la dupla más anotadora de los 30 equipos con respecto a su eficiencia ofensiva:
Suscríbete a NBA League Pass para ver todos los partidos: Estados Unidos | Resto del mundo
Como se puede apreciar en el gráfico, hay cuatro duplas principales que despuntan por su excelencia y compenetración ofensiva como son Jokic y Porter Jr (121,9), Embiid y Maxey (123,2), Durant y Booker (124,9) y Haliburton y Turner (127,2). Sus respectivos equipos están todos por encima del 50% de victorias y a menos de 4,5 partidos del liderato de su conferencia en un inicio sumamente igualado en términos generales.
En el lado opuesto se ve cómo una mala conexión entre los dos jugadores más importantes de un equipo da lugar a un registro negativo: Bane y Jackson Jr (104,9), DeRozan y LaVine (104,5), Cunningham y Duren (104,3) y Wembanyama y Vassell (102,3).
En ese sentido importan tanto el rendimiento como lo complementarios que resulten, tanto a nivel posicional como de estilo de juego. De ese modo es posible ver que hay un buen número de parejas que comparten posición, ya sean dos exteriores o dos guards. Así, aunque no entren en la categoría de excelencia ofensiva (más de 120 de ratio), hay un buen puñado de duplas que, compartiendo rol en el campo, consiguen dar con la tecla a la hora de producir en ataque. Estos son los casos de los aleros de Clippers (117,2) o Celtics (115,3), de los guards de Hornets (117,9), Mavs (117,6) o Cavaliers (116,2).
Aunque más curioso e intrigantes son los ejemplos de la mezcla de interiores y manejadores, abriendo una tercera vía más tradicional para canalizar el ataque a partir de un grande y un pequeño. Más allá de los mencionados casos de Sixers, Pacers y Nuggets, hay que hablar de Oklahoma City Thunder, Houston Rockets o Minnesota Timberwolves.
Pese a estos registros no se puede dejar de lado a la defensa, por lo que hay que abrir el objetivo y atender a la imagen general en cuanto a eficiencia. Lo cual da lugar a un cambio de perspectiva a la hora de mirar a las parejas antes mencionadas en base al net rating:
Aficionados en Estados Unidos, pueden ver los mejores partidos de la temporada 2023-2024 de la NBA en Sling TV. Regístrate haciendo click aquí.
Lo primero que llama la atención del gráfico es el contraste entre el conjunto general de la liga y la pareja Jordan Poole-Kyle Kuzma, que roza los -20 de net rating. Un dato que opaca en cierta medida la deriva competitiva de los Bulls a través de DeMar DeRozan y Zach LaVine con un terrible -17. Más allá de estos extremos, la introducción del net rating permite descartar a aquellas parejas que brillaban en ataque pero no lo correspondían en el casillero de victorias (Hornets, Warriors, Hawks) para permitir destacar a quienes lo hacen por lo equilibrados que resultan.
Este es el momento de poner el foco en dos dúos que han pasado algo por debajo del radar en este inicio y que merecen su reconocimiento: Mitchell y Garland (+13,2) y Gilgeous-Alexander y Holmgren (+12,5). Estas son las dos mejores parejas de la NBA en relación a su importancia dentro del sistema, logrando impactar en ambos extremos de modo que el equipo se vea beneficiado a la larga. Es decir, si hay que atender a su potencial prolongado en el tiempo (juventud y potencial de Playoffs), Cavaliers y Thunder serían dos actores muy a tener en cuenta.
El equilibrio es una parte fundamental del éxito. Y es que no solo se debe estar al máximo nivel en un aspecto del juego, sino que es imprescindible encontrar el modo de producir a todos los niveles posibles y sin caer en extremos.
Las parejas son un modelo que funciona en la actual NBA, no solo porque tengan sentido salarialmente, sino porque permiten configurar distintas combinaciones de quintetos, probar formatos alternativos y adaptarse a lo que plantee el oponente. Si casi todo el primer cuarto de siglo en esta liga ha estado marcado por los súperequipos y los Big Three, los siguientes años van encaminados a hacerlo alrededor de las duplas.