Mientras los Milwaukee Bucks están consiguiendo colocarse en la posición que merecen en la clasificación de la Conferencia Este, ubicados en tercer lugar y prácticamente empatados con 76ers y Celtics, la unión de Giannis Antetokounmpo y Damian Lillard sigue sin dejar ni buenas sensaciones ni buenos números. Al menos en lo que a estadística avanzada se refiere, aquella que mide la eficiencia individual y colectiva, y que sirve para explicar en gran medida lo bueno o malo que es un equipo o jugador.
En los más de 200 minutos que Giannis y Dame han compartido cancha en este arranque de temporada han registrado un -4,7 de net rating. ¿Qué significa esto? Que con ambas estrellas sobre el campo los rivales han sido casi 5 puntos por cada 100 posesiones mejores que los Bucks.
Esto, que podría ser un dato a relativizar dependiendo de los números que se manejasen, lo es menos atendiendo a los parámetros ofensivos y defensivos. La unión de estas dos estrellas está dejando un 106,6 de ratio ofensivo y un altísimo 111,3 de defensive rating. Comparados estos guarismos con el global de la liga equivaldría al segundo peor ataque y a la 12ª defensa de toda la NBA.
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Si bien apenas ha transcurrido un 15% de la Fase Regular y la prueba de fuego para Milwaukee vendrá en los Playoffs, no deja de ser realmente preocupante el rendimiento de una pareja que está obligada a ganar y convencer.
Lo curioso de esto es que el problema no parece estar ni en los Bucks ni en Giannis en concreto, sino en la introducción de Damian Lillard en el equipo. Esto no significa que Dame sea el causante, sino que, como sucedió con los Mavs el pasado curso tras perder a Brunson, el fondo de armario con el que Milwaukee contaba antes ahora ya no puede aportar.
De tal modo que los de Wisconsin son peores con sus dos estrellas sobre el campo, peores con solo Lillard en cancha y mejores sin él ni tampoco las dos estrellas.
Así lucen los datos según PBP Stats en los partidos donde los dos han jugado:
| Situación | Ratio ofensivo | Ratio defensivo | Net Rating |
| Giannis y Lillard juntos | 106,6 | 111,3 | -4,7 |
| Con Lillard, sin Giannis | 111,5 | 122,7 | -11,2 |
| Con Giannis, sin Lillard | 135,5 | 110,6 | +24,8 |
| Sin Giannis ni Lillard | 131,9 | 106,3 | +25,6 |
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Tanto la introducción de un jugador que, históricamente, ha sufrido en defensa y cuyos equipos no han pasado de ser la 6ª mejor defensa en toda su carrera (2017-2018), como el adiós de piezas clave atrás como Jevon Carter, Jrue Holiday, Grayson Allen, Wesley Matthews o Joe Ingles explican en gran medida este desplome atrás de los Bucks.
Aunque lo más llamativo es que las cosas no estén saliendo en ataque, donde la combinación de Antetokounmpo y Lillard y la presencia única del ex de los Blazers deje unos guarismos tan poco eficientes.
La adaptación de todo el ecosistema Bucks a la llegada de Damian Lillard al equipo está tardando mucho más de lo esperado, confirmándose los problemas de encaje de los que ya avisamos en The Sporting News cuando se produjo la operación. La parte positiva a la que se pueden agarrar en Milwaukee es que sin ninguna de sus figuras o solo con el griego las cosas están yendo en la senda correcta.
La esperanza de que, con el paso de las semanas, sus dos estrellas terminarán por funcionar es el motor que ahora mismo mueve a los Milwaukee Bucks.
