Sumando su buen final de la temporada pasada (7-5 en los últimos 12) y su positivo inicio de esta 2021-2022 (marca de 3-1), los Minnesota Timberwolves parecían estar empezando a transitar el camino correcto. Probablemente no como para pelear entre los primeros lugares del Oeste, pero sí como para al menos ser un equipo competitivo y con chances reales de ingresar a Playoffs. ¿Qué ha pasado desde entonces? Un total desmoronamiento de esa construcción, perdiendo 7 de los siguientes 8 partidos y regresando a los últimos puestos de la Conferencia, con marca de 4-8 y el octavo peor Net Rating de la liga.
A diferencia de otras campañas, Minnesota tampoco puede señalar al tema lesiones como un factor para explicar este mal inicio. Karl-Anthony Towns y Anthony Edwards han jugado los 12 partidos del equipo, mientras que D'Angelo Russell apenas se ha perdido dos encuentros. Lo que vemos de los Timberwolves es lo que tiene. Al menos en cuanto a nombres.
Lo primero a marcar es que tal como se esperaba debido a algunos movimientos, los de Finch han tenido un progreso claro en defensa. Venían de terminar con el tercer peor rating defensivo de la 2020-2021, pero han subido a exactamente la mitad de tabla (15°) en lo que llevamos de esta campaña. Nada especialmente dominante, pero sí una evolución positiva que hace que ya no sean ese equipo tan vulnerable de otros momentos.
El problema es que mientras que la defensa ha mejorado, el ataque sigue en un nivel tan bajo como en la Fase Regular pasada: 25° en rating en la 2020-2021 y aparecen 26° en la actual. Hoy los problemas de Minnesota están evidentemente en el costado ofensivo, donde presentan varios defectos que deben preocupar a sus seguidores y otros que pueden ir mejorando con el correr de la temporada.
Los Timberwolves han tomado una decisión muy clara en esta temporada: apostar 100% al juego perimetral. De hecho, son el equipo que más triples intenta por partido: 43,1. Claro que allí encontramos la primera contradicción importante, porque mientras que lideran en lanzamientos, aparecen apenas 22° en porcentaje de acierto con un 33,1%. Tiran mucho, encestan poco.
Cuatro jugadores distintos del plantel toman 6,9 triples por partido o más. Towns encesta un 45% de sus 6,9 intentos, mientras que Russell está en un sólido 37% en 8,4 lanzamientos. Sin embargo, distinta es la historia en lo que refiere a Edwards y Beasley: entre ambos combinan nada menos que 16,2 triples por partido, pero sumados encestan por debajo del 32% de ellos. Los números de Beasley deberían subir (39% en su carrera), pero Edwards todavía no ha dado evidencia alguna de que deba estar promediando 9,2 triples por juego: lanzó un 32,9% como novato y está en un 33,6% en su segundo año.
Esa apuesta por el tiro de tres lleva a que los Timberwolves aparezcan entre los peores equipos de la liga a la hora de atacar el aro y definir en la pintura. Figuran 29° en dobles convertidos, 28° en porcentaje en dobles, 27° en conversiones vía penetración, 28° en porcentaje de campo tras penetración y 28° en tiros libres intentados. Allí podríamos volver a caer en la selección de tiro de un jugador como Edwards, quien por condiciones atléticas y físicas debería ser ese perimetral capaz de tomar la bola y ponerle presión a los interiores rivales. Pero tampoco podemos dejar de lado los problemas de Russell: el ex Warriors es el tercero que más dobles intenta (8), pero mientras Edwards (49%) y Towns (51%) tienen porcentajes aceptables, él apenas registra un 41%.
Ese 41% de Russell no solamente es bajo, sino que directamente es el peor de toda la NBA entre los jugadores con al menos 8 dobles por juego.
A todo esto hay que sumarle el factor pérdidas (6° peor de la liga) y la falta de otras opciones anotadoras en el plantel: Towns, Edwards y Russell promedian por arriba de los 17 puntos, pero nadie más pasa de los 9. Beasley debería ese proveedor de ofensiva instantánea desde el banco, pero el ex Denver ha empezado con el aro cerrado: 32,5% de campo, 29,8% en triples y 50% en libres. Su contrato por cuatro años y 60 millones luce cada vez más injustificable.
Entonces, ¿cuántos de estos problemas podemos considerarlos crónicos y cuántos es esperable que mejoren con el correr de la campaña? Beasley y Russell deberían mejorar sus porcentajes y acercarse a sus antecedentes recientes. Pero también vemos un encaje de piezas que está muy lejos de ser el ideal, con una notoria falta de profundidad y una carencia exagerada de amenaza en la pintura. La sensación es que podrán dar algún paso adelante, pero les será complicado ser realmente competitivos con esta construcción de plantel. Más aún cuando se han inclinado por un estilo (dependencia del triple) para el que no parecen estar tan capacitados.
Los Timberwolves han tenido el sexto calendario más sencillo de este comienzo de temporada, pero seguirán con algunos juegos teóricamente favorables en los próximos días: desde este lunes afrontarán una seguidilla de cuatro partidos en casa, la cual si bien abren frente a los Suns, luego los enfrenta con equipos de menor calibre como San Antonio, Sacramento y Memphis. Si no quieren que el tren continúe alejándose, deberán aprovecharlo.
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