"Estamos siendo blandos, eso es todo", declaró Jimmy Butler tras una inesperada derrota contra Minnesota Timberwolves cerca del final de la Fase Regular. Fue un partido más de los 72 que jugaron, pero uno que en cierta forma resume la decepción que resultó la temporada 2020-2021 para Miami Heat. Tras haberse hecho un lugar en las Finales en la "burbuja" de 2020, Miami fue golpeado constantemente en la campaña pasada y llegó a Playoffs estando apenas por encima del 50% de victorias. La postemporada duró poco: Milwaukee Bucks los eliminó por 4-0.
Distintos factores molestaron al rendimiento de Miami: fueron uno de los equipos más afectados por el COVID-19 al comenzar la temporada, quedando así con récord de 7-14 tras el primer mes y medio de competencia, y aunque luego se recuperaron, siguieron siendo molestados por "plagas" de lesiones que permitieron que solamente un jugador (Duncan Robinson) dispute la totalidad de los encuentros y que nadie más juegue al menos el 90% de ellos.
Butler, su gran referente, faltó a 20: Miami ganó 33 de 52 con él presente y quedó 7-13 cuando Jimmy no estuvo.
Después de sus maravillosos Playoffs 2020, con actuaciones como el triple-doble de 40 puntos ante Los Angeles Lakers en las Finales, se podía esperar a un Butler de nivel élite que mantenga a Miami en lo más alto: ese Jimmy estuvo, de hecho con números mejores que en la temporada 2019-2020, el problema principal fueron sus ausencias por ser positivo de COVID-19 al iniciar la campaña. El virus lo dejó fuera de juego durante tres semanas pero al menos, según sus palabras, no hizo que le lleve más tiempo volver a ponerse en una forma óptima. No alcanzó a ser All-Star en febrero, pero si All-NBA y All-Defensive al terminar la campaña y con verdadero mérito.
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Los números, extraídos de Basketball-Reference, de hecho demuestran que la producción de Butler en la temporada 2020-2021 fue mejor que lo que había realizado en la Fase Regular 2019-2020.
Las estadísticas avanzadas ayudan a confirmar esto, demostrando más que nada la mayor importancia del ex jugador de Chicago Bulls en el costado ofensivo, con más puntos desde cada tiro intentado y mayor generación de asistencias: ese 35,1% es un número que solamente Nikola Jokic, Trae Young, Chris Paul, James Harden, Luka Doncic, Draymond Green y Russell Westbrook han registrado en la última temporada. Butler, un jugador que en sus primeras ocho temporadas en la liga apenas tuvo una campaña por encima del promedio de 5 asistencias por encuentro, se metió de lleno en el club de los principales organizadores de juego de la NBA.
En los Playoffs, contra una defensa de élite como la de Milwaukee, el porcentaje de asistencias sobre posesiones de Butler se mantuvo alto (30,3%) pero su selección de tiro empeoró, su acierto cayó bastante (39,4% de true shooting) y Miami lució como un equipo pobre en ataque que no tenía lo necesario para competir de igual a igual contra los Bucks más allá de haber llevado el primer partido de la serie a tiempo suplementario.
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El nivel de Jimmy, en líneas generales, se mantuvo arriba: su hype cayó por pasar de un equipo finalista que se superaba constantemente en los Playoffs a un equipo que lució problemático todo el año y que pasó con mucha pena y sin gloria por la postemporada, pero realmente no hay nada que invite a pensar que la mejor temporada del escolta próximo a cumplir 32 años fue simplemente un espejismo. Butler pertenece a la élite de la NBA y en Miami lo creen: le acaban de dar una renovación de 146,3 millones por tres años (de la temporada 2023-2024 a la 2025-2026, con Butler terminando ese contrato poco antes de cumplir 37 años).
Lo que no perteneció a la élite fue el ataque de Miami: se ubicó en el puesto 17 de la NBA en rating ofensivo con 110,6 puntos producidos cada 100 posesiones, abajo de Indiana y Memphis y apenas encima de San Antonio y Chicago. Con Butler en cancha subieron a 112,1 puntos cada 100 posesiones, suficiente para quedar en el puesto 14. ¿Sin él? Un flojo 107,1 digno de ser el peor quinto ataque de toda la NBA, al nivel del de Cleveland Cavaliers. Adebayo puede mover bien el balón y realizar un gran juego con sus cortinas y Goran Dragic podía ser un revulsivo interesante, pero los de Florida pagaron más caros sus problemas en la creación de jugadas que lo que lo hicieron por no jugar duro en defensa, como ha protestado Butler.
En la temporada 2021-2022 PJ Tucker debería darles más dureza: el alero campeón con Milwaukee no funciona sin eso, al igual que otro fichaje como Markieff Morris. Sin embargo, para lo que realmente parecen necesitar es otra incorporación la que es capaz de cambiar el panorama de Miami: Kyle Lowry (al que, por cierto, no le falta nada de dureza).
Lowry es un tirador confiable (39,6% de acierto en triples en la 2020-2021), algo necesario al lado de Butler, pero además es uno de los jugadores más capacitados del mundo para iniciar ataques sean para Adebayo, Butler, Robinson o Herro. Su inteligencia dentro de la cancha es indudable y muchísimo más confiable que su estado físico: faltó a 83 partidos en las últimas cinco temporadas, habiendo disputado al menos 70 encuentros solamente en la temporada 2017-2018.
Lowry cumplirá 36 años en marzo y sus minutos puede que necesiten ser administrados, pero Miami se puede dar ese lujo con Lowry actuando como seguro de Butler más que a la inversa. Cualquiera de los dos con Adebayo en cancha ya forman una dupla formidable. Podemos esperar una menor producción individual de cada uno en sus estadísticas, pero también un Miami que se enseñe capaz de solucionar sus lagunas ofensivas (9 partidos en los que no llegó a 95 puntos en la temporada 2020-2021, perdió 8 de ellos) a su vez que en defensa sigue siendo un equipo súper competitivo.
Brooklyn Nets es un gran candidato al título, y el campeón defensor Milwaukee Bucks tanto como Philadelphia 76ers (con la incógnita sobre el asunto Ben SImmons) también está a la cabeza del Este, pero apenas un pasito atrás puede anotarse al Heat a pesar de cómo fue barrido en la última postemporada. Han puesto manos a la obra sobre sus problemas.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.