El 1 de enero del 2012 quedó marcado en la historia del básquetbol mexicano: Gustavo Ayón se convirtió en el tercer mexicano en jugar en la NBA, cumpliendo un sueño que tuvo desde pequeño y que poco a poco fue cimentando desde que salió del lugar donde nació, Zapotán, Nayarit.
Al lado de uno de los mejores entrenadores del baloncesto universitario de México, Javier Ceniceros, El Titán vivió su formación en la UPAEP para luego pasar por la Liga Nacional de Baloncesto Profesional antes de partir a España con el Fuenlabrada de la Liga ACB.
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En ese momento, confesó, sus chances de destacar con el equipo ibérico eran nulas, ya que tenían como extranjeros al uruguayo Esteban Batista y al estadunidense Gerald Fitch, ambos con experiencia en la NBA y por el baloncesto europeo.
“Yo no tenía cabida ahí, era joven, venía de la liga de México”, confesó el nayarita en una charla con Fox Sports. “Recuerdo una entrevista el día que yo llegué, el 24 de marzo del 2009, un periodista me pregunta, ‘¿cuáles son tus objetivos?’, y ni tarde ni perezoso, yo le respondí, ‘vengo aquí para ir a la NBA’. El día que firmo para ir a la NBA, él se me acerca, ‘¿te acuerdas de esta entrevista?, yo me reí durante varias semanas’”.
En el 2009 tuvo un paso corto por el Fuenlabrada y para el 2010 volvió; ahí fue cuando cumplió su sueño de llegar a la mejor liga del mundo. Al medio tiempo de un partido revisó su celular y ahí le comunicaron que los New Orleans Hornets le ofrecieron un contrato.
“Cuando salgo a la mitad, no suelo revisar el teléfono en un partido y no sé por qué el teléfono sonó y vi un mensaje, decía, ‘tenemos una oferta de Nueva Orlenas, así, así y así', explicándome todo. No sabía si salir a jugar, no salir a jugar, si llorar, si gritar, ni qué hacer. Cuando termina el partido, lo primero que hago es hablarle a mi padre y a mi madre para decirles, contarles lo que me estaba pasando”, compartió.
Días después tomó un avión y firmó con los Hornets. Aunque desde el 26 de diciembre del 2011 estaba disponible, su debut se dio el 1 de enero del 2012 cuando Monty Williams (ahora entrenador de los Phoenix Suns) lo mandó a llamar de la banca en los últimos dos minutos del partido contra los Sacramento Kings, cuando el equipo de Luisiana estaba abajo 90-76. No anotó ningún punto, ni bajó algún rebote, pero cumplió su meta.
“Porque es tu sueño, es tu sueño jugar en la NBA”, explicó del nerviosismo que tuvo en ese enfrentamiento. “Todo el impacto que tiene a nivel mundial, quien juega en la NBA tiene un prestigio que no te lo da ninguna otra liga. Mi paso por la NBA es maravilloso, lesiones, no lesiones, partidos no jugados, partidos jugados, partidos buenos, malos; para mí, mi estancia en la NBA fue maravillosa”.
El 11 de julio del 2012 fue traspasado al Orlando Magic y el 21 de febrero del 2013 fue mandado a los Milwaukee Bucks. En la siguiente temporada firmó como agente libre con los Atlanta Hawks y después de varias lesiones, decidió irse al baloncesto europeo con el Real Madrid, donde vivió sus mejores años como jugador.
“Me podía haber quedado en la NBA muchos años y a lo mejor con todos los equipos y hubiera hecho récord, porque así es la NBA. Es lo que hace maravillosa a la NBA, que puedes no jugar un partido y no ser nadie, y al día siguiente juegas un partido, metes 20 puntos, se te viene el mundo encima, eres bueno, eres esto”, mencionó.
“Estar para mí en el Madrid fue prácticamente un sueño que nunca soñé, un sueño que nunca pensé. Pero estar en el Madrid es el mejor club del mundo. Durante casi cinco años fui sumamente feliz, los resultados que se tienen. La felicidad, la estabilidad, el poder estar en un club donde te hacen sentir bien, donde te cuidan, desde el utilero hasta el presidente del club te trata de maravilla”, agregó.
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Después de cinco años en la quinteta merengue y haber sido campeón de la Liga ACB, Copa del Rey y Euroliga, optó por salir en busca de una oportunidad en la NBA para estar más cerca de su familia, pero no se concretó nada, así que firmó con el Zenit de St. Petersburgo en Rusia. Ahora es agente libre y aunque por la pandemia del COVID-19 no ha avanzado en negociaciones con algún club, quiere jugar dos años más en Europa con un equipo de Euroliga.
“Me quiero mantener dos años más fuera del país, en máximas ligas, en la Euroliga, cuando se presente la oportunidad, pero que sea de máximo nivel. Poder cerrar mi ciclo en México si existiera en la posibilidad, en donde inicié mi ciclo, cerca de la familia, cerca de mis padres, cerca del rancho, podría hacerlo”, apuntó Gustavo, quien el pasado 1 de abril cumplió 35 años.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.