Brisa Silva ha sido una de las principales figuras del baloncesto femenil mexicano en la última década. La sinaloense fue fundamental para la selección nacional en los Juegos Panamericanos del 2011 cuando ganaron la medalla de plata, y a nivel personal ha jugado profesionalmente en distintos países.
Ya en la parte final de su carrera, como ella lo confesó, recordó la anécdota de cuando fue parte del campamento de entrenamiento de Los Angeles Sparks en la WNBA, en un año que seleccionaron a Candace Parker. Brisa salió de la Universidad Estatal de Oklahoma y se estaba preparando para viajar a Europa en busca de algún equipo.
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El Coach Carlton, a quien conoció durante le tiempo que estuvo en la preparatoria, le habló para pasar un tiempo en Los Ángeles entrenando y buscar una oportunidad en la WNBA.
“Me dijo, ‘qué haces’, (y yo le respondí que) entrenando para ir a Europa, (él me dijo), ‘te entreno pero para que entres en la WNBA’, dije ‘arre, muy bueno, pues’. Empezamos entrenando todos los días playa, montaña, todo eso y él habló con gente de las Sparks, ‘tengo una jugadora’ y el coach Michael Cooper dijo, ‘tráemela, quiero verla’. Fue el coach Carlton, que ya falleció, pero fue gracias a él que llegué a la WNBA y me siguieron invitando hasta que terminé en el training camp”, contó en entrevista con NBA Global.
Llegar hasta ese momento significó cumplir el sueño desde que era pequeña. Sin embargo, un esguince grado I en un tobillo limitó su participación entre las 15 jugadoras que quedaban en el roster, por lo que la franquicia la cortó e inició un camino por distintos países alrededor del mundo.
“Fue como un sueño hecho realidad, uno de mis sueños que desde que escuché de la WNBA, yo quería llegar a estar ahí. No pude jugar un juego por una lesión de tobillo, pero el hecho de estar entre las 13 jugadoras en un training camp es un sueño que toda jugadora quiere lograr. Para mí fue algo muy motivante y me siento muy orgullosa que la gente no sabe, que quedé entre las 14-15 jugadoras en el training camp. Me siento muy orgullosa de haber logrado ese sueño”, apuntó.
“Me ofrecieron el contrato de training camp que te ofrecen. Estaba muy chica, tenía como 25 años y la verdad no le puse mucha atención. Estar en el training camp ya me sentía motivada, quería lograr mis sueños”, agregó.
“A mí me hubiera gustado permanecer, seguir, pero no se dieron las cosas como yo hubiera querido. Me quedo con la satisfacción que lo intenté, estuve con grandes jugadoras, le perdí el miedo al principio de ser profesional. Se me fue dando para irme a Europa, pero lo tomo como algo positivo para mí que me ayudó a mi juego, experiencia, a tener más visión”, añadió.
Al siguiente año intentó volver a través de un tryout de la WNBA en San Antonio, Texas, pero no lo logró. De ahí empezó su carrera por Portugal, Nigeria, Dubai, Puerto Rico, entre otros países más.
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“Me encuentro en las últimas. Me encuentro en mi mejor momento, dicen por ahí que hay un momento en el cual no quieres parar de jugar, quieres seguir entrenando, seguir haciendo más cosas”, respondió sobre en qué momento se encuentra a los 36 años de edad.
“Pero sé que hay un tope, hay un límite para el deportista y ahorita me encuentro muy motivada de jugar otra temporada en la liga mexicana o la que me ofrezcan. Me quedan unos tres años más y ya de ahí veremos qué sigue”, concluyó.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.