Con el 2022 dando sus primeros pasos hay una cosa clara: hace tiempo que los Memphis Grizzlies dejaron de ser una sorpresa. Desde que Taylor Jenkins y Ja Morant llegasen a la franquicia en 2019 el proyecto ha entrado en una fase de crecimiento ascendente prácticamente imparable. Primero se quedaron a las puertas de los Playoffs, al año siguiente pusieron contra las cuerdas a Utah Jazz y en el tercer año de recorrido parecen encaminados a dar un golpe de autoridad en la Conferencia Oeste.
La llave de su éxito hasta el momento se ha sustentado en tres pilares.
Por un lado un sistema defensivo que les coloca entre los mejores equipos de toda la NBA, a razón de un ratio de 107,9, siendo los décimos en la tabla pero prácticamente empatados con el quinto. La defensa ha sido la seña de identidad de Jenkins desde su arribo, dándole sentido al grupo gracias a su versatilidad y largura en cuanto a físico, así como aprovechando los activos de los que dispone para crear el caos en sus rivales.
En segundo lugar está el caso de Ja Morant, quien no solo ha confirmado que el tercer año es en el que los bases despegan, sino que ha elevado su nivel hasta la consideración de All-Star, algo que podría lograr incluso como titular. El jugador formado en Murray State ha mejorado en todos los ámbitos del juego que se le habían demandado pulir. Ahora mismo está lanzando al 51,9% en tiros de dos, al 39,0% en triples y al 77,5% en tiros libres, todo ello incrementando sus promedios hasta los 25,0 puntos y 1,4 robos. Ja Morant ha madurado y está liderando a unos Grizzlies candidatos a todo.
En último lugar destaca la profundidad de la plantilla de Tennessee, por la que pese a que han ido perdiendo jugadores clave durante todo lo que llevamos de curso, siempre han encontrado el modo de seguir compitiendo. Y lo más importante, ganando. Sin Morant el balance es de 11-2; sin Jaren Jackson Jr, 1-0; y sin Dillon Brooks, 14-6. Uno de los responsables de mantener esa regularidad en lo que a resultados se refiere ha sido Desmond Bane, una grata sorpresa, que en su segunda temporada ha logrado elevar su nivel hasta el punto de convertirse en uno de los tiradores más fiables de toda la NBA. El ex de Indiana está promediando 17,5 puntos con un 51,4% en tiros de 2, un 42,2% en triples y un 90,6% en tiros libres, es decir, a punto de unirse al club del 50-40-90 con tan solo 23 años.
¿Y para qué ha servido todo esto? Pues para convertirse en el equipo en mejor forma de la liga desde el día de Navidad. Los Grizzlies no pierden un partido desde el pasado 23 de diciembre cuando fueron superados por los Golden State Warriors de la mano de 46 puntos de Stephen Curry. Desde entonces Memphis ha sumado 8 victorias consecutivas, superando a rivales como Suns, Nets, Clippers o Lakers, entre otros.
En ese lapso se han asentado como el conjunto con el mejor net rating de toda la NBA con un +13,5, a razón de ser el quinto mejor ataque (116,8) y la segunda mejor defensa (103,3).
Con esos 8 triunfos de manera consecutiva Memphis ha igualado la segunda mejor racha de su historia y tiene al alcance de su mano romper el empate para afianzarse en esa segunda posición. Por primera vez desde 2015 los Grizzlies han sumado una cantidad de victorias semejantes, cuando todavía estaban Marc Gasol, Mike Conley, Zach Randolph y Tony Allen en el equipo, es decir, las figuras más reconocibles de la historia de la organización. Aquel equipo fue uno de los más duros de la competición, llegando a poner contra las cuerdas a los Warriors en los Playoffs y estando cerca de eliminarles.
La mejor racha de la historia de los Grizzlies está un poco lejos, establecida en 11 triunfos seguidos en 2014, pero no imposible mirando a su calendario ya que se medirán a Warriors, Timberwolves, Mavs y Bulls próximamente. Un panorama duro pero con el punto a favor de ser en casa, donde han sido muy fiables.