Los Memphis Grizzlies no parecen haber tardado demasiado en encontrar a su siguiente gran base, luego de la salida de Mike Conley al Utah Jazz. Si bien la temporada es muy joven, las sensaciones que ha dejado Ja Morant en estos primeros tres encuentros hablan a las claras de un talento especial. Un jugador capaz de ser la cara de una franquicia y un más que merecido segundo pick de Draft.
La gran explosión de Morant en escena llegó este domingo, con una actuación sensacional ante nada menos que Kyrie Irving y sus Brooklyn Nets. El jugador surgido de la pequeña Murray State se despachó con 30 puntos (17 en el último cuarto) y 9 asistencias, pero lo más importante, varias acciones decisivas para ganar el encuentro: un doble clave en el cierre del tiempo regular, una tapa sobre el último disparo de Kyrie y una asistencia para el triple sobre la chicharra de Jae Crowder. Nada mal.
A la hora de analizar el impacto de Morant, hay que empezar por la que aparece como su mayor virtud: la velocidad. Según las estadísticas de NBA.com, el hombre de los Grizzlies es el segundo base más veloz en ofensiva de toda la competencia (mínimo 50 minutos disputados): juega a un ritmo de 8,2 kilómetros por ahora, apenas superado en su puesto por Stephen Curry (8,6).
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Pero lo realmente importante es como Morant logra trasladar esa velocidad al juego, para ser determinante en diferentes aspectos. El principal pasa por su capacidad para atacar el aro: el 56% de sus lanzamientos están llegando dentro del área restringida, anotando un excelente 63% de ellos. El oriundo de South Carolina no sólo tiene habilidad para penetrar, sino también para definir, mostrando recursos variados, que incluyen una sólida flotadora, al mejor estilo Conley.
Ja Morant was in his bag tonight vs. Brooklyn 🔥
— Legion Hoops (@LegionHoops) October 28, 2019
30 PTS
9 AST
4 REBpic.twitter.com/qmXi0OPIBg
Está claro que Morant debe mejorar su tiro (2 triples convertidos en 86 minutos), pero su habilidad para operar desde el pick and roll también está siendo interesante. De hecho, el 42% de sus posesiones las utiliza con esa acción, donde no sólo es una amenaza para llegar hasta la pintura, sino también para asistir a sus compañeros. Obviamente aún debe trabajar en su eficacia y ser más cuidadoso con el balón, pero el potencial para ser mucho más que un atleta, está latente.
Defensivamente, como el 95% de los rookies, Morant todavía debe mejorar. Es lógico para un jugador de apenas 20 años y menos de 80 kilos, tener algunos problemas en ese costado. Pero allí también la velocidad le permite compensar algunos de sus defectos, especialmente a la hora de poner presión y recuperar balones (2,1 robos por cada 36 minutos). De nuevo, el potencial para crecer existe.
Desde un principio se sabía que la 2019-2020 de Memphis estaría más vinculada al desarrollo de sus jóvenes, que a la lucha grande del Oeste. Por eso, partidos como el del domingo significan mucho más que una victoria para la tabla de posiciones: son una ratificación de que se está transitando por el camino correcto. Y de que el futuro puede llegar a ser brillante.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.