La Fase Regular de la NBA es siempre una incógnita. En perspectiva, los 82 partidos pueden resultar anodinos o rutinarios, pero analizando las tendencias y yendo caso a caso sirven como la mejor forma de comprender cómo funciona internamente un equipo. Esto es especialmente útil cuando ese mismo conjunto atraviesa dificultades o momentos bajos, que siempre ocurren a lo largo de una temporada. La resolución de conflictos, la gestión de la presión por ganar y las expectativas marcadas influyen enormemente en cómo se aborda ese periodo de desaceleración.
Los Angeles Lakers lleva inmerso en un proceso de construcción desde inicios del presente curso. El cambio radical experimentado en el plantel así como las bajas y lesiones ha dificultado enormemente a los californianos conseguir resultados positivos de manera instantánea, colocándose lejos de la parte alta de la clasificación tras un mes de competición.
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Las sensaciones con respecto al desempeño sobre la cancha en contendientes como los angelinos son incluso más importantes que el balance de victorias y derrotas pues marca un poco la dinámica que el grupo sigue más allá de resultados. Si a estas alturas de la campaña anterior los Lakers eran la mejor defensa (103,9) y el séptimo mejor ataque (113,6), a día de hoy están en el espectro opuesto con el undécimo peor registro de defensa (108,7) y el octavo peor de ataque (105,4). La inconsistencia en el transcurso de un solo partido y la incapacidad para desarrollar un sistema en ambos lados de la cancha que se adapte a las particularidades del plantel están siendo los dos puntos más notables de este inicio los hombres de Frank Vogel.
Cuando pierden saltan todas las alarmas, y cuando ganan no es suficiente pues o el marcador ha sido extremadamente ajustado o bien las sensaciones no han sido positivas. El mantra al interno del equipo viene siendo tener un sentido de urgencia por la situación y la necesidad de unirse para trabajar en la misma línea, algo vital tras la dura derrota en Boston.
Sin embargo, todas esas palabras quedaron en el aire en el momento que salieron a jugar contra los Detroit Pistons, llegando a estar 17 puntos por debajo en el marcador prácticamente al final del tercer cuarto. Un inicio de la segunda mitad cargado de tensión por el golpe fortuito que LeBron James le dio a Isaiah Stewart y por el que el jugador de los Lakers fue expulsado (flagrante tipo 2). Tras aquel incidente los californianos recibieron un parcial de 18-21 que parecía ser un final anticipado y la 10ª derrota del curso, esta vez ante el último clasificado del Este.
Nada más lejos de la realidad. Lo que marca la diferencia entre los Lakers y otros conjuntos repletos de veteranos, es que estos fueron hace no mucho un grupo de estrellas, algunos de las más importantes de la NBA como particularmente Carmelo Anthony que tomó la palabra en el descanso entre cuartos para mandar un mensaje claro al resto del grupo. "Este es el momento en el que vamos a descubrir quiénes somos como equipo", reveló Anthony Davis en la entrevista post-partido sobre el discurso de Melo. Junto al alero dio un paso al frente Russell Westbrook que motivó a la plantilla arengando al triunfo. "Vamos a ganar este partido", aseguró.
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Los siguientes 12 minutos no serían una exhibición de superioridad típica de un equipo aspirante al anillo, sino la demostración de que estos Lakers tienen verdaderamente un enorme espíritu competitivo y deseo por ganar. No hubo un plan maestro ni un ajuste táctico rompedor, simplemente se impuso la voluntad de un conjunto a otra. Un parcial de 37 a 17, el tercer cuarto más anotador de este curso de los angelinos, y el diferencial más amplio desde el +22 del primer cuarto ante Oklahoma City Thunder hicieron posible la remontada de los de Frank Vogel.
4 jugadores angelinos disputaron el cuarto al completo (Horton-Tucker, Bradley, Anthony y Westbrook), de todos ellos fue Russ quien lideró desde el ejemplo, realizando una de sus típicas explosiones en el último asalto para lograr la victoria. Con 15 puntos en 7 de 12 tiros de campo, 5 rebotes, 6 asistencias, 1 robo y tan solo 2 pérdidas, el base de los Lakers cambió el panorama de un encuentro que parecía perdido. Junto a él, Anthony Davis, sumamente inspirado, se fue a 12 tantos en 5 de 5 intentos, 4 rebotes, 3 asistencias y 3 tapones. El esfuerzo colectivo de los californianos en términos generales durante ese último cuarto fue más que notable en el colapso generalizado que vivieron los Pistons, logrando apenas un 3 de 18 de cara al aro con 5 pérdidas, logrando anotar desde el tiro libre principalmente.
"Lo que vi fue a alguien que acaba de demostrar esa voluntad por la que Russell es famoso", dijo Frank Vogel. "Alguien que es implacable atacando la canasta y que hace las jugadas correctas cada vez que llega allí, estando centrado en ambos extremos del campo". El cierre de Russ fue magnífico, siendo responsable de 4 de los 8 tantos anotados por los Lakers en los últimos 2 minutos de partido y encadenando muy buenas defensas para liderar a los suyos al 9º triunfo del curso.
Defender nivel Anthony Davis pic.twitter.com/p9Mo5iTUPv
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Lo importante para los Lakers es que esta victoria ha de servir como punto de inflexión, permitiendo dejar atrás todo lo negativo que les ha caracterizado a lo largo de las últimas semanas y les ha impedido alcanzar todo su potencial.
“Cuando finalmente rompes, funcionas colectivamente y obtienes una gran victoria en fuera de casa, es importante. Te da un impulso que te lleva al próximo partido", destacó el MVP de 2017.
"El mantra general es que nuestros jugadores mostraron la determinación necesaria para lograr una victoria difícil como visitante. Y esperamos que podamos aprovecharlo", añadió Vogel.
Remontada de Lakers con protagonismo de...@AntDavis23: 30 PTS, 10 REB, 6 AST, 4 STL y 5 BLK @russwest44: 26 PTS, 9 REB y 10 AST pic.twitter.com/Qjga5LwFZ3
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“Lo ocurrido podría habernos descentrado o podría habernos unido, y creo que hizo precisamente eso. Nos unió. Estábamos caídos, podríamos habernos descolgado fácilmente, soltar la cuerda, pero no lo hicimos", reconoció un orgulloso DeAndre Jordan sobre el modo que los angelinos lograron la victoria.
Con esta victoria no acaban los problemas de los californianos, pero sí puede servir de combustible para cerrar en positivo la gira por el Este, debiendo visitar próximamente a Indiana Pacers y New York Knicks, antes de regresar al Staples Center el 26 de noviembre para medirse a Sacramento Kings.
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