Todos los jugadores tienen una ciudad en la que siempre disfrutan de grandes actuaciones y de partidos para el recuerdo, ya sea por una rivalidad abierta o bien por cualquier otra razón. Los hay también que tienen el opuesto, es decir, un lugar donde apenas han sumado victorias en lo colectivo y nunca se les ha dado especialmente bien. En el caso particular de LeBron James, visitar a los Indiana Pacers en los últimos años ha sido sinónimo de derrota para el Rey o bien de victoria ajustada y competida. Los de Indianápolis han acostumbrado a lo largo de la última década a disponer de plantillas competitivas y sólidas, muy equilibradas, que les han permitido plantar cara a los equipos del actual jugador de Los Angeles Lakers.
No obstante, lo que ha hecho especial este lugar para LeBron como un enclave "maldito" ha sido la afición del Gainbridge Fieldhouse, la cual ha generado un ambiente siempre hostil durante la Fase Regular y en Playoffs especialmente, con el único objetivo de despistar a la estrella.
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A lo largo de los últimos 10 años, LeBron James ha visitado Indiana con Miami Heat, Cleveland Cavaliers y Los Angeles Lakers un total de 16 ocasiones, de las cuales solo ha ganado en 5 de ellas, dos con cada equipo del Este y una con los californianos. El cambio de costa que vivió en 2018 no significó revertir la situación con respecto al rendimiento contra los Pacers ya que en sus tres primeras visitas cayó en los tres compromisos, siendo especialmente duro el acontecido en febrero de 2019 por un resultado de 136 a 94, una de las derrotas más abultadas de toda la carrera del 4 veces MVP y de Lakers.
Desde su llegada a California, James acumula un balance de 1-3 contra los Pacers como visitante, sucediendo esa única victoria el pasado mayo en uno de los primeros encuentros de LeBron tras la lesión experimentada en marzo. Un triunfo que desde los Lakers esperan que se convierta en tendencia a mantener pues los angelinos tampoco han estado especialmente virtuosos en sus visitas a Indianápolis, sumando un total de 3 triunfos desde 2010 en un registro de 3-8 en ese lapso de 11 años.
No es solo que el rival haya sido sumamente competitivo en su casa, algo habitual en la NBA, sino que ese factor cancha ha reducido considerablemente la aportación ofensiva de James en sus visitas recientes. La presión del pabellón y del ambiente generado alrededor del partido ha acabado por hacer mella en la estrella que desde 2011 acumula un 70% en tiros libres, 26,4% al triple y 49% en tiros de campo.
Pese a esto, la estrella de los Lakers también ha tenido noches para el recuerdo durante la Fase Regular en Indiana como los 38 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias con un 57,1% en tiros de campo que tuvo en una derrota en 2014 y que se definió en la última jugada o la actuación de este en 2016 en el triunfo en la prórroga con los Cavs. Aunque las noches más memorables de King James en la ciudad han venido en los Playoffs donde siempre ha superado a los Pacers en las series y teniendo una marca de 7-7.
Los Lakers se presentan en el Gainbridge Fieldhouse habiendo perdido ante los Knicks en la primera noche de un back-to-back, una derrota que les coloca en 9ª posición del Oeste con balance negativo de 9-10 y la necesidad de lograr no solo el triunfo sino de tener sensaciones positivas en este encuentro. Los de Frank Vogel no han alcanzado el nivel esperado hasta la fecha pese a todos los cambios realizados en la plantilla y precisan de encontrar pronto el modo de sumar para recuperar terreno en su camino al anillo.
En la noche del 24 de noviembre los angelinos tendrán la oportunidad de revertir la dinámica así como de que LeBron James ponga fin a su particular maldición en Indiana contra los Pacers (18:00 CDMX, 21:00 AR).
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