"No Anthony Davis? No problem". Los Angeles Lakers están haciendo de la que era a priori durante el periodo estival una de sus principales flaquezas, la profundidad de banquillo, una de sus fortalezas y punto de partida para convertirse en el equipo dominador que están demostrando ser en la presente temporada. La gestión de las cargas de sus dos principales estrellas era un quebradero de cabeza para el arquitecto de todo esto, Frank Vogel, que por medio de un bloque de secundarios con un rol muy marcado y encorsetado está permitiendo a los californianos liderar la tan ajustada Conferencia Oeste, así como ostentar la mejor racha en activo de la NBA con nueve victorias seguidas.
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La última de ellas se produjo frente a Cleveland Cavaliers donde la ausencia del mencionado Davis, que ha faltado de manera consecutiva en los tres encuentros más recientes del equipo tras una contusión en el coxis sufrida el 7 de enero ante New York Knicks. Así, los de Frank Vogel se impusieron por un contundente 128 a 99 a los de Ohio donde LeBron James acabó siendo el máximo anotador del mismo con 31 tantos a razón de un perfecto 12 de 16 tiros de campo que completó con 8 asistencias. Sin embargo, el triunfo no habría sido posible sin el impacto de una de las piezas fundamentales en el éxito sostenido de los californianos, quizás el fichaje más rentable de lo que llevamos de curso junto a Carmelo Anthony ($2,3M): la llegada de Dwight Howard ($2,5M).
💪 Dwight double-double 💪@DwightHoward's 21 PTS (9-11 FGM), 15 REB helps the @Lakers earn their 9th win in a row! #LakeShow pic.twitter.com/eGCwoZ3uTq
— NBA (@NBA) January 14, 2020
El interior nativo de Atlanta cambió el signo del encuentro desde el primer instante en el que pisó el parquet. Con apenas 4 minutos entró a la cancha con un marcador desfavorable de 14-11 y un JaVale McGee desesperado ante la defensa de Tristan Thompson, extra motivado en la noche de hoy. En los 12 minutos que pasaría en pista Howard aportaría 8 puntos y 9 rebotes en 4 de 6 tiros de campo y lo más importante, frenó el impacto de un Thompson volcado en la anotación como poccas veces visto en la presente temporada. Así, con Dwight en cancha en la primera parte el canadiense apenas anotó 4 puntos por los 9 que consiguió cuando el tres veces Defensor del año abandonaba el parquet.
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Un impulso nacido desde la defensa que se tradujo en un impacto directo y progresivo en ataque hasta derivar en una segunda parte donde Superman fue el segundo máximo anotador solo por detrás de LeBron James. De ese modo, Howard acabaría el encuentro con su máxima cifra anotadora de este curso a razón de 21 puntos en 9 de 11 tiros de campo e incluyendo un triple conseguido en su único intento que sirvió para definitivamente sentenciar el encuentro a falta de menos de 4 minutos para el final del choque.
"No anticipé que si su actitud era buena y aceptaba su rol, que podía ocurrir y podía llegar a ser una buena pieza, llegase a este nivel", dijo al acabar el partido el entrenador de los Lakers, Frank Vogel. "Su noche ha sido monstruosa. Noches así construyen confianza y fuerza para todos los jugadores. Tenemos muchos que pueden impactar de forma positiva y esto es muy bueno para él", concluyó. Su producción ofensiva en tan corto periodo (23 minutos) hacen de esta la quinta ocasión en la carrera de Howard en la que consigue romper la barrera de los 20 puntos en menos de 25 minutos, la última data de 2015 con Houston Rockets.
"Disfruto cuando consiguen anotar de tres: cuando somos grandes en el cuarto cuarto", comentó LeBron James sobre el impacto de jugadores como Howard saliendo desde la segunda unidad. "Nuestros grandes colectivamente esta temporada acumulan un 5-8 desde la línea de tres puntos. Tienen un gran porcentaje. Esa es su recompensa por luchar", agregó.
La realidad para Howard a lo largo de esta temporada 2019-2020 es que está sirviendo como renacimiento para una carrera que se había introducido de lleno en una espiral negativa que hacía peligrar el legado de uno de los jugadores más dominantes del presente siglo. Su pico de forma que le llevó a conducir a Orlando Magic a sus primeras Finales en 2009 desde Shaquille O'Neal pasando por encima de los campeones Boston Celtics y de los Cavaliers de LeBron James no conseguiría adaptarse con la suficiente rapidez que los cambios experimentados en el juego. De ese modo y tras su salida del equipo de Florida, Howard acumularía cinco equipos en siete años y se alejaría cada vez más de aquel nivel que en algún momento le convirtió en el jugador más dominante de la pintura.
"Todo el mundo en este equipo proporciona algo que todos necesitamos para que ganemos", dijo Howard en declaraciones a The Athletic. "Es una sensación hermosa tener eso y simplemente te hace querer salir y jugar más duro sabiendo que el próximo jugador puede dar el mismo tipo de energía y esfuerzo".
"Tenemos un equipo lleno de jugadores que pueden jugar baloncesto y que tienen hambre de un campeonato", prosiguió. “Y cuando todos tengan hambre, que el resto se quite del camino. Salgan del camino", vaticinó Howard.
Ahora mismo, el interior de los Lakers está promediando en 19 minutos de juego los números más bajos de toda su carrera con 7,7 puntos, 7,3 rebotes y 1,5 tapones y, aun a pesar de eso, las sensaciones son diametralmente opuestas a lo visto de él en el último lustro. Una mejoría nacida de un rol concreto y una renovación necesaria.
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