Como en todos los deportes y ámbitos, la NBA tiene una serie de tendencias, normas y lineamientos que van ordenando a sus distintos componentes. Por diferentes motivos, se entiende que seguir esos caminos acercan al éxito y quienes toman algún desvío, lo hacen de manera infructuosa. Pero ¿qué sucede cuando esos desvíos se transforman en atajos y quiénes parecían perdidos, terminan al frente? En ellos nos centramos hoy: los íconos contraculturales de la liga.
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Los reyes de la media distancia
Impulsado principalmente por los estadísticos y llevado a la práctica por los Houston Rockets, desde hace algunos años que el lanzamiento a media distancia ha quedado en desuso. La tendencia es clara: bandejas/volcadas o triples, entendiendo que los dobles largos son los intentos menos eficaces que se pueden conseguir. Si uno observa el mapa de tiro de cualquier partido, va a notar una conglomeración en la pintura y en el perímetro, con apenas algunos registros salteados en el medio. Con una sola excepción a la regla: los San Antonio Spurs.
Durante la 2018-2019, los Spurs tomaron 24,9 intentos a media distancia por partido, superando ampliamente a los Warriors (19,6), Pacers (18,4), Magic (17,5) y Timberwolves (17,2). Si hablamos de totales, los números impactan aún más: lanzaron 2039 dobles largos, más que los Rockets (396), Hawks (636) y Nets (672) combinados. Y si a esto le agregamos el detalle de que los de Popovich jugaron a uno de los ritmos más bajos de la campaña (menos posesiones = menos tiros), el dato toma aún mayor valor.
La estructura ofensiva de San Antonio es completamente diferente a la de los otros 29 equipos: así como fueron el que más intentó a media distancia, terminaron últimos en lanzamientos dentro del área restringida (21,5 por partido) y últimos en triples (25,3), aún cuando tuvieron el mejor porcentaje de acierto de toda la 2018-2019 (39%).
Los datos también son muy claros en el plano individual. ¿Quiénes fueron los jugadores que más lanzaron en la media distancia? DeMar DeRozan (7,2 por partido) y LaMarcus Aldridge (7,1), ambos integrantes de San Antonio, dejando bastante atrás al tercero del podio, Kevin Durant (5,9).
En una liga donde las defensas están diseñadas para liberar ese tiro, San Antonio supo explotar dichos espacios al máximo y seguramente volverá a hacerlo en la 2019-2020. Después de todo, por qué habría de cambiar, si con esa estrategia terminó con el séptimo mejor ataque de la última temporada.
Un conductor diferente
Si uno piensa en los jugadores que más veces tocan el balón para sus equipos y los que más pases realizan, seguramente se le vengan a la mente una serie de bases o perimetrales, pero nunca un pivote de 2,13 y 115 kilos. Sin embargo, eso es exactamente lo que sucede con Nikola Jokic y la particular ofensiva de los Denver Nuggets.
Jokic es el jugador que más pases realizó por partido (71,3), superando ampliamente a dos bases como Ben Simmons (66,5) y Kyle Lowry (62,5). Además, también fue el jugador que más veces tocó el balón por encuentro: 93,5. ¿El único otro NBA que promedió por encima de los 90 toques? Russell Westbrook (91,2). En definitiva, se trata de un faro por el que pasan todos los ataques de los Nuggets, gracias a su enorme visión de cancha y capacidad técnica.
De todas formas, no es sólo eso lo que transforma a Jokic en una súperestrella diferente: en una competencia dominada por grandes atletas, el serbio es de los jugadores más lentos y menos explosivos del torneo. Durante la 2018-2019, el oriundo de Sombor registró apenas 11 volcadas. En contraste, Jamal Murray, base titular de Denver y 20 centímetros más bajo, totalizó 25. Un crack que parece salido de otra era...
El Big-Ball de Philadelphia
Otra de las tendencias que dominan la escena NBA es la del small-ball. ¿De qué se trata? De la utilización de formaciones pequeñas, con hasta cuatro o cinco perimetrales juntos al mismo tiempo. Con Draymond Green a la cabeza, Golden State lo popularizó en estos años, pero ya son muchos los equipos que decidieron subirse a ese tren. De hecho, si revisamos plantel por plantel, vamos a encontrar más ala pivotes con origen de aleros, que internos clásicos y de gran presencia física. De nuevo, con una excepción.
Los 76ers parecen haber decidido probar el otro extremo del small-ball en la 2019-2020 y presentarán una alineación repleta de centímetros, kilos y jugadores de poste bajo. Con un base de 2,08 (Ben Simmons), un escolta de 1,98 (Josh Richardson), un alero de 2,06 (Tobias Harris) e internos de 2,08 (Al Horford) y 2,13 (Joel Embiid), Philadelphia tiene por un buen margen, el quinteto más alto de la temporada.
Lejos de enamorarse del tiro de tres, los Sixers apostarán por dominar a sus rivales desde lo físico, con un especial hincapié en el costado defensivo. La idea: forzar a los contrarios a adaptarse al juego que proponen los de Brett Brown, haciendo que las virtudes del big-ball, contrarresten a sus posibles desventajas. Es un hecho: Philly no se anda con chiquitas para esta temporada.
Aclarados texanos
Así como Houston se ha puesto a la vanguardia de la lucha contra los tiros a media distancia, curiosamente son uno de los pocos exponentes de otro arte olvidado: las ofensivas de uno contra uno, con aclarados desde el perímetro. En una NBA que apuesta al movimiento de pelota y de hombres, los Rockets juegan un básquet por momentos estático, pero particularmente efectivo.
Está claro que el gran catalizador de esta situación es James Harden. Según las estadísticas de Synergy Sports, el 48,7% de las jugadas de Harden fueron aclarados (isolation). Pero el ex Thunder no está sólo. ¿El segundo que más utilizó ese recurso en la 2018-2019? Chris Paul (28,8%). ¿Y el tercero? Austin Rivers (25,1%). Todos jugadores de los Rockets. De hecho, ningún otro jugador NBA tuvo más de un 25% de sus posesiones en esa clase de acciones (4° quedó John Wall con 23,8%).
Someone tell James Harden that’s it’s preseason. He’s already nutmegging opposing players in isolation. #Rockets pic.twitter.com/XsYida4G9i
— Alykhan Bijani (@Rockets_Insider) October 8, 2019
Lo interesante es que mientras que para la mayoría de los jugadores, los aclarados son una jugada de bajo porcentaje de acierto, Harden ha construido una carrera con los mismos. Durante la temporada anterior, promedió 18,1 puntos mediante los mismos, mientras que el segundo de toda la liga (Wall) se quedó en 4,6. ¡Más de 13 puntos de diferencia entre el uno y el dos! De nuevo, aún cuando va en contra de las tendencias, ¿por qué cambiar si está funcionando?
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.