La primera reacción que muchos tuvimos cuando se concretó el traspaso entre John Wall y Russell Westbrook es que Washington y Houston habían intercambiado piezas muy similares: no solo por las características de ambos como bases atléticos, sin un buen tiro externo, sino también por lo similares de sus contratos. Sin embargo, una vez que superamos esa impresión inicial, nos encontramos con que hay algunos factores claramente diferenciales entre ambos.
Luego de repasar lo que el movimiento significa para Washington, es momento de enfocarnos en Houston y cómo repercute la llegada de Wall. Primero, saquemos del medio lo obvio: todo el análisis llega con el asterisco de que el ex Washington no juega un partido NBA desde hace casi dos años. Su último encuentro fue el 26 de diciembre del 2018 y desde entonces ha estado afuera de los campos, primero con una lesión en el talón izquierdo y luego con una muchísimo más grave: la ruptura del tendón de Aquiles.
Por supuesto que todas las proyecciones con respecto a Wall no deben dejar de lado ese escenario de incógnita. ¿Puede volver a ser el mismo jugador y atleta que supo ser en sus mejores tiempos? Los dos años de inactividad no llegarán gratis y son muchos los casos de protagonistas que nunca recuperaron su nivel, luego de una lesión en el Aquiles. En su favor: sigue siendo un jugador relativamente joven (30 años cumplidos en septiembre pasado), con margen para ir avanzando en su regreso a la acción. De hecho, es dos años menor que Westbrook y un año menor que Harden.
Ahora bien, la gran pregunta es cómo encaja en estos Rockets y sobre todo, como compañero de media-cancha de La Barba. En principio, si mantenemos esa comparación entre Wall y Westbrook, la respuesta no sería la más positiva para Houston. Después de todo, vimos como eventualmente la dupla de los Rockets no terminó siendo complementaria en los Playoffs 2020, donde la falta de eficacia externa de Russ le costó carísimo a los de D'Antoni: no solo por los bajos porcentajes de sus propios lanzamientos, sino porque los rivales (sobre todo los Lakers), podían abandonarlo y usar a ese hombre extra para doble-marcar a Harden.
Aunque estadísticamente las dos estrellas tuvieron una gran 2019-2020, a la larga quedó demostrado que el Harden-Westbrook no funcionaba. Al menos no como un dúo capaz de llegar lejos en postemporada. Entonces, si Wall tampoco es ninguna garantía como triplero (32% en su carrera vs 31% de Westbrook), aun suponiendo que lograra recuperarse físicamente, podríamos deducir que los Rockets se encontrarían con el mismo problema de la temporada pasada: defensores abandonando al base, para concentrarse en Harden.
Bueno... no tan rápido.
A simple vista los porcentajes tripleros de Wall y Westbrook son extremadamente similares, con ambos claramente por debajo de la media de la liga. Sin embargo, hay una diferencia enorme, que toma aún mucha más relevancia cuando los ponemos como complementos de James Harden: mientras que Russ es igual de ineficaz lanzando a pie firme que en movimiento, Wall es un triplero sorpresivamente peligroso cuando intenta en catch and shoot. Veamos los números de las últimas tres temporadas jugadas por ambos.
Jugador | 3P | 3PA | 3% |
---|---|---|---|
John Wall - Catch and shoot | 120 | 313 | 38,3% |
Russell Westbrook - Catch and shoot | 111 | 351 | 31,6% |
John Wall - Desde el drible | 79 | 277 | 28,5% |
Russell Westbrook - Desde el drible | 141 | 528 | 26,7% |
En una muestra por demás significativa (más de 300 triples cada uno), John Wall es casi 7% más efectivo que Westbrook como triplero a pie firme. Un valor semejante separa a un tirador muy flojo (Russ) de otro que está incluso por encima de la media en esa faceta (Wall). El problema del ex Wizards es que no logra mantener sus porcentajes cuando debe disparar desde el drible, pero en teoría, eso debería suceder muchísimo menos jugando con un Harden que suele acaparar la bola en las ofensivas.
Ese cambio en la configuración de los tiros externos ya lo vimos claramente con Westbrook. En su último año en OKC, apenas el 43,7% de sus triples llegaron en catch and shoot. Mientras que una vez que sumó a los Rockets, ese valor escaló a un 54,7%. Un 11% más, que en el caso de Russ no marcó demasiadas diferencias, al tener números similares en ambos tipos de lanzamientos, pero que en Wall podría causar un impacto importante en su eficacia general.
Las estadísticas de Synergy reafirman esta teoría. En la 2019-2020 Russell Westbrook anotó 0,88 Puntos por Posesión en situaciones de spot up (recibir y tirar a pie firme), válido para quedar en el percentil 32 de la liga (1 siendo el valor más bajo y 99 el más alto).
¿En la 2018-2019? Apenas algo más cerca de la media: percentil 41.
¿2017-2018? Otra vez cerca del peor tercio de la competición, terminando en el percentil 34. El ex Houston lleva años ubicándose entre los menos eficaces de la NBA en ese aspecto ofensivo.
Out of 50 players who have taken at least 2,500 jumpers over the last 5 seasons, Russell Westbrook ranks dead last in efficiency, with an eFG% of 42.5 on 4,814 attempts pic.twitter.com/p5mGILOXeX
— Kirk Goldsberry (@kirkgoldsberry) December 3, 2020
La historia con Wall es completamente distinta. En la 2018-2019 anotó 1,18 PPP y terminó en el percentil 89 de la competencia en spot ups. Es decir, entre el 10% de jugadores más eficaces de todo el torneo. ¿2017-2018? Todavía por arriba de la media: percentil 59. ¿2016-2017? Otro buen rendimiento: percentil 65.
Westbrook sin pelota siempre fue perjudicial para sus equipos. Wall, en cambio, puede cumplir con esa función con creces y como ya demostró en la 2018-2019, incluso brillar dentro de ella. Los antecedentes de ambos son claros y no mienten.
Aún si no recupera su explosión atlética, el tiro externo debería ser algo que el base surgido de Kentucky logre mantener. Claro que en un escenario soñado de recuperación plena, hay otros aspectos donde también encajaría mejor que Westbrook: es mejor defensor que Russ y sobre todo, bastante más cuidadoso con el balón. A lo largo de su carrera, Wall no solo promedia más asistencias (9,2 vs 8,3) pero también menos pérdidas (3,8 vs 4,1).
También podríamos hablar del rendimiento en Playoffs, donde las diferencias son gigantescas entre la producción de uno y otro. Wall registra un aceptable 52,9% de true shooting percentage en sus últimas tres postemporadas, en comparación con un pobrísimo 47,6% de Westbrook en ese mismo período de tiempo. ¿Win shares? 2,8 para Wall y 0,1 para Westbrook. ¿Box plus-minus? 5,6 para Wall y 0,7 para Westbrook. ¿Net Rating? Atención... +8,9 para Wall y ¡-15,4 para Westbrook!
Sí, el asterisco de los dos años de inactividad es innegable. Como también lo es el hecho de que si Wall recupera algo parecido a su mejor versión, Houston habrá salido como el claro ganador del traspaso.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.