Con la temporada 2019-2020 suspendida de forma indefinida por la pandemia del coronavirus COVID-19, desde NBA Global miramos hacia atrás para recordar qué estábamos viendo en una campaña repleta de condimentos. Por lo tanto, largamos con una serie de artículos recordando cinco historias, momentos u observaciones de cada uno de los 30 equipos que componen la mejor liga del mundo. En esta entrega, repasamos la campaña de Golden State Warriors.
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Una de las peores temporadas de la historia
Hasta el hiato actual por la pandemia del coronavirus, el récord de Golden State Warriors en la temporada 2019-2020 marca un balance de 15 victorias y 50 derrotas. Así es, apenas un 23% de triunfos para el último subcampeón de la NBA y finalista de las últimas cinco ediciones de la mejor liga del mundo.
La campaña de los Warriors está siendo realmente mala, pero toma un impacto impresionante por tratarse de una franquicia que venía siendo tan dominante: en las últimas cinco campañas habían tardado 17, 15, 17, 20 y 22 partidos en llegar a las 15 victorias, siempre antes del 2 de diciembre. ¿En la 2019-2020? Recién lo lograron el 7 de marzo, en su encuentro número 64.
Esta no será la peor campaña de los Warriors de la historia: en la temporada 1952-1953 apenas ganaron 12 partidos de 69, obteniendo un 17,4% de triunfos, mientras que en la temporada 2000-2001 terminaron con un récord de 17 victorias y 65 derrotas para un 20,7% de triunfos. Pero el salto impacta. Ni los Chicago Bulls post partida de Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman y Phil Jackson en la temporada 1998-1999 terminaron con un porcentaje de victorias tan bajo: en ese caso fue de 26% (13-37).
Un caso más similar al de estos Warriors que perdieron a Kevin Durant, Andre Iguodala, Klay Thompson y prácticamente a Stephen Curry (apenas jugó cuatro partidos) es el de Cleveland Cavaliers después de que se marche LeBron James en 2010 y 2018: en ambas ocasiones los de Ohio quedaron con un 23% de victorias, con un balance de 19-63 en las dos temporadas (2010-2011 y 2018-2019).
El experimento Russell
Uno de los movimientos más fuertes del último receso de la NBA y sin dudas la gran incorporación de Golden State Warriors de cara a la temporada 2019-2020 fue la llegada del All-Star D'Angelo Russell desde Brooklyn Nets.
El base de 24 años se sumaba para ser la nueva pareja de Stephen Curry en la media cancha, con Klay Thompson lesionado y fuera por toda la 2019-2020, y, a pesar de las dudas que generaba como podía encajar junto a Steph un guardia que necesita bastante del balón para destacarse en ataque, habían muchas expectativas para ver a los dos juntos.
Lamentablemente esa dupla duró solamente cuatro partidos: Curry se lesionó en el cuarto juego de la temporada contra Phoenix Suns y cuando regresó cuatro meses después, D-Lo ya había sido traspasado a Minnesota Timberwolves. Mientras tanto, como foco principal de los Warriors, Russell logró estadísticas muy similares a las que tuvo en su última campaña en los Nets, pero en un equipo tan poco competitivo nunca llegó a lucirse demasiado y quedó lejos de la consideración para el All-Star Game 2020.
En sus 33 partidos con la franquicia de San Francisco, D-Lo (que faltó a 19 juegos por lesión) promedió 23,6 puntos, 6,2 asistencias, 3,7 rebotes y 0,9 robos, con un 43% en tiros de campo y 37,4% en triples. La defensa nunca fue su fuerte, pero en un GSW prácticamente nuevo y sin grandes nombres alrededor, Russell mostró un costado malo en ese lado de la cancha. Registró el peor rating defensivo de su carrera: 116 puntos cada 100 posesiones. Los rivales le anotaron 1,5 puntos en jugadas de uno contra uno, el doble de los 0,74 en las mismas acciones durante la 2018-2019.
Tras haber visto varios meses del "experimento Russell", la gerencia de los Warriors decidió que lo mejor era enviarlo a los T-Wolves y a cambio sumar a Andrew Wiggins, un jugador de perfil más compatible con Curry y Thompson de cara a la temporada 2020-2021.
La plaga de lesiones
Todo empezó durante los Playoffs de 2019, con las lesiones de dos jugadores que se fueron del equipo como Kevin Durant y DeMarcus Cousins y la ruptura del ligamento anterior de la rodilla izquierda de Klay Thompson, una baja que si afectaría a Golden State en la 2019-2020.
Sin el escolta, además de la partida de Andre Iguodala y el retiro de Shaun Livingston, a Golden State no le quedaba otra que confiar en Stephen Curry, Draymond Green y D'Angelo Russell como líderes de la campaña actual. ¿Resultado? Entre los tres se perdieron 101 partidos de 182 posibles, con Draymond jugando 43, D-Lo 33 hasta ser traspasado y Curry sólo 5.
La primera baja fue la de Steph, que en un partido ante Phoenix Suns sufrió la fractura de la mano izquierda y estuvo fuera de las canchas durante cuatro meses, sin necesidad de parte del equipo de apurar su recuperación en una temporada que ya estaba perdida. El MVP de las temporadas 2014-2015 y 2015-2016 regresó ante Toronto Raptors el 5 de marzo, anotando 23 puntos, pero luego no jugó frente a Philadelphia 76ers y LA Clippers por un estado gripal y luego comenzó el hiato actual que vive la NBA.
Los problemas de lesiones no se limitaron solamente a las estrellas: ningún jugador de los Warriors pudo jugar los 65 partidos, siendo el rookie Eric Paschall el de mayor cantidad de presencias con 60 juegos. Además, apenas Marquesse Chriss, Jordan Poole, Damion Lee y Omari Spellman jugaron al menos un 75% de los encuentros (49 partidos). Glenn Robinson III y Alec Burks si eran dos fijas en el quinteto titular hasta su traspaso a Philadelphia 76ers en el mes de febrero, pero igualmente los dos habían tenido un par de ausencias.
Wiggins, la nueva carta
A mediados de febrero se fue el pick número 2 del Draft 2016, D'Angelo Russell, y llegó a la Bahía el pick número 1 del Draft 2014: Andrew Wiggins. El alero canadiense, que nunca terminó de explotar su potencial en Minnesota Timberwolves más allá de que ilusionó un poco con una serie de buenos partidos en el comienzo de la temporada actual (promedió 25 puntos y 5,2 rebotes en los primeros 25 juegos), fue canjeado a Golden State junto a una elección de primera ronda y una de segunda ronda del Draft 2021 a cambio de D-Lo, Omari Spellman y Jacob Evans.
Mucho se analizó sobre su nuevo rol, pensándolo a futuro como una pieza estilo Harrison Barnes en los Warriors campeones del 2015. Wiggins ya es el jugador más atlético de los principales de Golden State, un tirador inconsistente pero de buena mano, capaz de anotar 20 puntos en cualquier noche, y un hombre ágil y de 2,01 metros que debería poder amoldarse en defensa en un equipo que va a requerir más de él en ese costado, mientras que Curry y Thompson cargan con las responsabilidades en la ofensiva.
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Mientras tanto, sin Steph y sin Klay, el canadiense que promedia 19,7 puntos a lo largo de sus seis años de carrera en la NBA sigue siendo el protagonista principal del ataque y sus estadísticas en 12 partidos con los Warriors marcan 19,4 puntos, 4,6 rebotes, 3,6 asistencias, 1,3 robos y 1,4 tapones, con un 45% en lanzamientos de campo y un 33,9% en triples, algo similar a lo que viene siendo su trayectoria desde su campaña como novato en la que fue elegido el rookie del año de la 2014-2015.
Tierra de oportunidades
Con tantos movimientos y lesionados, Golden State se transformó en un camino hacia la NBA para muchos jugadores de la G-League buscando su oportunidad.
La franquicia de San Francisco incorporó a cinco jugadores directamente desde la liga de desarrollo: el serbio Alen Smailagic llegó via Draft tras haber hecho su debut como profesional en la G-League, mientras que el mexicano Juan Toscano, el canadiense Mychal Mulder y los estadounidenses Jeremy Pargo (con experiencia previa en la NBA) y Zach Norvell Jr. se incorporaron durante la temporada regular.
Todos los jugadores de ese grupo tuvieron al menos un par de partidos con una buena cuota de minutos, pero fueron Toscano y Mulder los que más los aprovecharon. Dos jugadores perimetrales de corte defensivo y muy sacrificados, los norteamericanos llegaron a hacerse un hueco como titulares en Golden State. El mexicano promedia 5,3 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias y un robo en 21 minutos por partido, habiendo sido parte de 13 juegos, mientras que el canadiense registra 11 puntos, 3,3 rebotes y 1,1 asistencias en 29,1 minutos durante siete partidos.
Los dos tienen contrato con Golden State para la temporada 2020-2021, aunque no garantizados, por lo que deberán confirmar su lugar en la pretemporada. ¿Lo bueno para ellos? Su perfil de jugadores de rol hace pensar que, a un costo bajo, serán muy útiles para Steve Kerr cuando los Warriors vuelvan a ser los de los "Splash Brothers" Curry y Thompson.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.