Raúl Jiménez volvió a jugar después de varios meses de ausencia. Desde el 31 de agosto que el delantero mexicano no disputaba un partido oficial. Lo hizo en el último ensayo de la Selección Mexicana antes del Mundial Qatar 2022, al que llegará, de este modo, con apenas un juego disputado en dos meses y medio.
El delantero del Wolverhampton de Inglaterra ingresó para el segundo tiempo en reemplazo de Henry Martín, goleador del América y uno de los mejores en la tabla de goleo del último Apertura 2022.
En la mitad de partido que jugó, el Lobo mostró algunos problemas lógicos con el tiempo de inactividad que llevaba, especialmente en términos de la velocidad del juego (aunque no sea su fuerte). Estuvo lento y le costó ir al mismo ritmo que la jugada.
No tuvo ocasiones como para marcar y, aunque de manera algo fortuita, colaboró con el segundo gol sueco, ya que peinó el balón aéreo sin poder despejarlo.
Una conclusión lógica de su rato en el campo es que no parece en condiciones de ser titular, sitio que parece caberle mucho mejor a Martín, quien se mostró en gran forma durante toda la última Liga MX.
¿Qué le pasó a Raúl Jiménez?
El pasado septiembre, Raúl Jiménez sufrió una molestia en el calentamiento previo al duelo entre su equipo, el Wolverhampton de la Premier League, ante el Southampton. El delantero de la Selección Mexicana no pudo ser del compromiso y tampoco estuvo en la banca ya que su lugar fue ocupado por Chem Campbell.
Aunque el informe oficial del departamento médico del club inglés se hizo esperar y nunca fue del todo claro, con el transcurso de las jornadas trascendió que el mexicano sufría una pubalgia.
Vale recordar que Raúl había sufrido también una lesión en el ligamento colateral medial de la rodilla y una distensión menor en el aductor en la pretemporada de los Wolves en el amistoso ante el Besiktas turco a fines de julio.
¿Qué es una pubalgia?
La pubalgia no es una lesión en sí misma, sino un grupo de lesiones que afectan varias zonas y grupos musculares cercanos al pubis, lo que provoca dolores de distintos grados en esa parte del cuerpo que pueden ser desde muy espaciados hasta casi permanentes.
Puede ser más alta, en cuyo caso afecta principalmente a la zona abdominal y la espalda baja, o más baja, hacia los aductores.
Es una lesión de difícil tratamiento, que los futbolistas suelen definir como "traicionera" y ante la que no hay mucho más remedio que el reposo, antiinflamatorios y fisioterapia.