Un 18 de junio, pero de 2009, a Aly Cissokho se le frustró el que tal vez hubiese sido el fichaje de su vida. El joven lateral francosenegalés estaba por pasar del Porto al AC Milan, pero la transferencia no pudo concretarse. La razón, por entonces, sorprendía: "problemas dentales". En aquel momento, era algo quizá más propio de los clubes europeos, pero con el correr del tiempo, todos los equipos profesionales lo fueron adoptando: chequeos odontológicos para conocer la salud dental porque esta va íntimamente ligada a posibles problemáticas en el cuerpo del atleta.
En el caso de Cissokho, que tenía apenas 21 años y en tres temporadas había pasado de la segunda división francesa a esa chance de jugar en uno de los mejores equipos del mundo, los odontólogos del club italiano concluyeron que el futbolista tenía una maloclusión, es decir que el punto de contacto de los dientes del maxilar superior con los del inferior no es el ideal.
Hasta entonces, no se conocía ningún caso en el mundo de un futbolista que perdiera un contrato por problemas dentales.
"La maloclusión dental se asocia con problemas de equilibrio, dolores de cabeza, cuello y espalda, interfiriendo de forma negativa en el rendimiento deportivo", explica Celeste Ferraro (M.N. 37.058, M.P. 44.890), odontóloga argentina especializada en ortodoncia.
"Una vez corregida la maloclusión, algo que se puede hacer con tratamiento de ortodoncia, los deportistas reflejan mejoras en el control postural, tanto en equilibrio estático como dinámico", agrega Ferraro, que pone de manifiesto los mayores problemas que puede acarrear esta, para muchos, inofensiva situación bucal. "De no ser corregida esta falta de equilibrio, también supone un mayor riesgo de sufrir lesiones como torceduras, esguinces y fracturas, causadas por la inestabilidad y un menor control motor".
A grandes rasgos, y de manera didáctica, la profesional indica que "la posición de la mandíbula y el maxilar repercuten en el resto del cuerpo porque sus músculos están en última instancia 'conectados' a la columna, que sostiene todo el cuerpo".
Esto, sin embargo, es una suerte de retroalimentación: problemas físicos también pueden causar inconvenientes dentales. "La postura del cuerpo definitivamente es un factor esencial en el desarrollo de las funciones orales y en la etiología de las parafunciones. Existen conexiones nerviosas y anatómicas que hacen que desequilibrios en la postura corporal puedan generar alteraciones en el sistema estomatognático (N. de R.: el conjunto de órganos y tejidos que hacen posible los movimientos orales) y viceversa", concluye Ferraro.
Una situación curiosa, hace más de una década, que no hizo más que obligar a los clubes a prestar atención a las bocas de los futbolistas. En la actualidad, los exámenes odontológicos son totalmente cotidianos en el día a día de los equipos profesionales.