Cuando George McCloud fue drafteado en 1989, con el séptimo pick por los Indiana Pacers, la pregunta qué se hicieron los analistas de ese entonces fue clara: ¿cómo encajaba en un equipo que ya contaba con Reggie Miller y Chuck Person?
Y es que claro, McCloud, un alero apenas por debajo de los dos metros de estatura, había salido de la NCAA (Florida State) con la reputación de ser un especialista en tiro externo. Algo redundante, teniendo a dos de los mejores tripleros de aquel entonces.
6'8 Chuck Person of Auburn was selected 4th in the 86 NBA draft by the Pacers; he won the ROY award in 87. Person averaged a career high 21.6 pts in 88. During his NBA playing years he was known as "The Rifleman" due to his 3-point shooting ability. pic.twitter.com/iwLXxFTrxe
— ALL-MET ELITE (@all_metelite) February 27, 2019
La respuesta a esa pregunta no tardó en llegar: no encajaba. Durante sus primeros cuatro años en la liga, McCloud jugó realmente muy poco con los Pacers. En esas temporadas, promedió 15,7 minutos, durante los cuales tuvo una media de 5,5 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias. Nada, teniendo en cuenta su posición en el Draft.
Con un Indiana sin la necesidad de contar con otro tirador y sin la versatilidad de aportar en otros rubros, el nacido en Daytona Beach fue perdiendo su lugar en la liga. A punto tal, que una vez que se venció su contrato de novato, en la 1993-1994, tuvo que ir a probar suerte a Italia.
Pero justo cuando parecía que la liga empezaba a olvidarse de aquel perimetral de muy buena mano, apareció un salvavidas desde Dallas. En su primera campaña con los Mavs promedió 9,6 puntos y en la segunda (1995-1996), llegaría su gran explosión: 18,9 unidades, anotando 3,3 triples por partido.
Aquellos Mavericks de Dick Motta fueron un equipo completamente adelantado a su tiempo, apostando al tiro externo como ninguna otra franquicia de ese entonces: tomaban 24,9 triples por encuentro, cuando el promedio alrededor de la competencia estaba por debajo de los 16. Y en ese contexto, McCloud encajaba a la perfección.
Después de esa campaña de altísimo nivel, el de Florida nunca logró acercarse a una producción semejante, con pasos olvidables por Lakers y Suns, para finalmente terminar su carrera en Denver, desde 1999 hasta 2002. Siempre, con una misma función: aportar tiro externo.
La introducción apunta a poner en contexto al personaje de nuestra historia, especialmente para aquellos que se prendieron a la liga a partir del nuevo siglo. Después de todo, se trata de un jugador secundario de la década del 90, que más allá de esa muy buena 1995-1996 con los Mavericks, no dejó demasiados hitos memorables. Con apenas una excepción más. Y de ella es que venimos a hablar.
El 26 de marzo del 2001, hace exactamente 19 años, los Denver Nuggets se enfrentaban a los Chicago Bulls en un partido completamente intrascendente de aquella campaña, ya con ambos conjuntos afuera de los Playoffs.
Los Nuggets entraban al juego con un problema importante: Nick Van Exel, su base titular, no estaba disponible debido a un problema en la espalda. En principio, esto dejaba a Robert Pack como el único otro armador disponible en la rotación, aunque Dan Issel, entrenador de aquel conjunto, tenía otros planes.
En su lugar decidió usar a McCloud como base. Sí, el especialista en tiro externo, encargado de conducir los hilos del equipo. ¿Un panorama poco alentador, verdad?
Bueno, no solo McCloud fue capaz de comandar a los suyos a un 109-104, sino que lo hizo teniendo una noche inolvidable y completamente atípica: en 49 minutos de juego tomó apenas un triple, pero se dedicó a repartir el balón y ¡terminó con 22 asistencias!
En el resto de su carrera profesional de más de una década, apenas había superado las 10 asistencias en dos ocasiones y nunca había sumado más de 12. Aquella noche prácticamente dobló su pico y estableció la marca más alta de toda la 2000-2001, superando a bases como Jason Kidd (19), Mark Jackson (17), Andre Miller (17), Steve Nash (17) y John Stockton (16).
¿Fue aquel partido el nacimiento de un nuevo asistidor magistral?, ¿había descubierto McCloud un talento oculto durante años?, ¿se había transformado de francotirador a pasador? Probablemente no, pero francamente, jamás lo sabremos. El ex Florida State sufrió una lesión de espalda que lo marginó de los siguientes tres partidos y una vez que regresó al campo, no solo Van Exel estaba recuperado, sino que además Pack se había quedado con la titularidad por el resto de la campaña.
Para McCloud, lo de jugar de base fue debut y despedida. Pero ¿quién le quita esas 22 asistencias contra los Bulls?
Anomalías en la 2019-2020
Si de anomalías estadísticas hablamos, la temporada 2019-2020 nos ha dejado algunas que vale la pena repasar. Acá va nuestro Top 5, sin un orden específico.
- El 14 de enero, los Atlanta Hawks vencieron a los Phoenix Suns por 123-110, en un partido en el que Kevin Huerter bajó 15 rebotes, muy por encima de los 3,6 que promedia en su carrera y pasando de los 10 por primera vez.
- Fred VanVleet puede ser muchas cosas, pero no un gran protector del aro. Sin embargo, el 31 de diciembre se despachó con 4 tapones en la victoria de Toronto ante Cleveland. En los otros 47 partidos de la campaña dio apenas 9.
- Algo muy similar a lo de VanVleet sucedió con CJ McCollum el 4 de diciembre ante Sacramento: 4 tapones, de los cuales 3 llegaron en el primer cuarto. A falta de Nurkic...
- Entre los máximos tripleros de un partido de la 2019-2020 aparecen nombres lógicos y esperables, además de... ¿Aron Baynes? Sí, el australiano anotó 9 de ellos, el 6 de marzo contra Portland, en un juego en el que totalizó 37 puntos y 16 rebotes. Hasta ese entonces, Baynes nunca había anotado más de 4 triples en un partido.
- El último detalle se lo lleva Caris LeVert y sus 51 puntos ante Boston, el 3 de marzo. No solo por haber anotado 26 de ellos en el último cuarto, sino porque nunca antes en su carrera había alcanzado siquiera los 30 tantos.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.