Facundo Campazzo y su importancia en la mejor segunda unidad de la NBA

Aunque los Denver Nuggets abrieron la temporada con la incertidumbre de cómo ordenarían su rotación, principalmente con la duda que existía sobre la presencia de Will Barton o Michael Porter Jr. en el quinteto titular, el tiempo ha ido acomodando la cuestión para Michael Malone. Y en las últimas semanas no solo han disfrutado de un quinteto titular en un altísimo nivel, sino también del que está siendo el banco de suplentes más determinantes de toda la NBA.

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En un principio la idea de Malone fue arrancar con Porter como titular y Barton como suplente, manejando la bola con la segunda unidad. El balance de esos primeros cuatro partidos fue muy malo, tanto desde lo colectivo (marca de 1-3) como desde lo particular: esas alineaciones con Barton como generador de juego rara vez dieron resultado y los Nuggets sentían cada una de las salidas de sus estrellas.

La solución al problema terminó llegando con mucho de fortuna: MPJ pasó rápidamente a la lista de lesionados por los Protocolos de Salud y Seguridad, moviendo a Barton al cuadro titular y dejando que la segunda unidad la comandaran entre Monte Morris, Facundo Campazzo y PJ Dozier. El impacto fue inmediato: las formaciones de relevos de los Nuggets empezaron a no solo mantener lo hecho por los titulares, sino en varios casos cambiar el ritmo de un encuentro y resultar claves para que su equipo termine saliendo victorioso.

No es casualidad que Denver haya tenido marca de 1-3 en esos partidos en los que Barton salió como suplente y registre un 11-5 desde que modificó su quinteto. Claro está que cuando Porter volvió a estar disponible, Malone no tocó lo que estaba dando resultado y empezó a usar al joven alero como sexto hombre.

El rendimiento del banco de los Nuggets no podría estar siendo más eficiente desde que utiliza a Morris, Campazzo, Porter, Dozier y Green, más alguna participación de Hartenstein. De hecho, sumando lo hecho por cada relevo de la liga en los últimos 15 partidos, los de los Nuggets tienen el mejor +/- entre los 30 equipos: +56 en los 294 minutos que totalizan. Lo cual llevado a un partido de 48 minutos, sería como si estuvieran ganando cada encuentro por 9,1 puntos. Una marca extraordinaria.

En ese tramo de 15 encuentros, los suplentes de Denver aparecen terceros en puntos, segundos en triples convertidos, cuartos en porcentaje de triples, cuartos en rebotes totales, décimos en asistencias y segundos en robos.

El impacto de la segunda unidad de los Nuggets llega mayormente en su primer ingreso al campo: manteniendo el parámetro de los últimos 15 juegos, tienen un +43 en sus minutos en la primera mitad (mejor marca de la liga), mientras que un +10 en la segunda (octava posición). Revulsivos en el primer tiempo y sosteniendo o incluso ampliando diferencias en el segundo, para luego dejar los cierres en manos de Nikola Jokic, Jamal Murray y compañía.

Lo interesante de esa segunda escuadra es cómo cada pieza está encontrando su lugar y función, dándole rodaje a una misma idea, que por otro lado, viene dando muy buenos resultados. Monte Morris es solidez absoluta y el rey del ratio de asistencias vs pérdidas (68 vs. 12 en la temporada); Facundo Campazzo aporta muchísima energía defensiva, inventiva con sus pases y eficacia desde el perímetro (37,2% en triples); PJ Dozier es un multiusos valioso, tanto en defensa como en ataque; JaMychal Green está jugando el mejor básquet de su carrera y anotando el 47,1% de sus tiros externos, encontrando muy buena química con Campazzo; mientras que Michael Porter Jr. les da ese toque diferencial de talento anotador, pero no acaparando la bola como en su momento Barton, sino mayormente como terminador de jugadas.

A esto hay que sumarle lo muy bueno que hace el banco de Denver defensivamente. De hecho, contando la rotación de 10 jugadores habituales, los cuatro ratings defensivos (puntos que permite su equipo cada 100 posesiones suyas en cancha) más bajos son de suplentes: Campazzo lidera con un sensacional 101,4, seguido por Dozier (102,6), Green (104,9) y Morris (105,7). El único que se sale de ese esquema es MPJ, quien aparece anteúltimo en esa lista con un rating de 112,6. Pero si bien sus problemas defensivos son innegables y preocupantes, sabemos que lo compensa con su capacidad anotadora: promedia 16,6 puntos en 26,2 minutos, con un 55,9% de campo y un 50% en triples.

Mucho se ha hablado de cómo la mejor versión de Campazzo aparece cuando puede jugar como base clásico y no como un escolta complementario. Especialmente cuando logra tener minutos como armador, con Jamal Murray a su lado como escolta, algo que por ejemplo se vio en el último partido ante Utah. De hecho, en 50 minutos compartidos con Murray, el cordobés promedia 17,2 puntos y un 63,6% de campo por cada 36 minutos, en contraste con los 9,4 tantos y 30% de cancha que registra en los 188 minutos que ha jugado sin Murray (mayormente en esa segunda unidad con Morris).

Pero aunque esto es indefectiblemente cierto, también lo es el hecho de que no tendría demasiado sentido modificar algo que está dando resultados al ritmo de las mejores marcas de la liga. ¿Campazzo puede rendir más en otras formaciones? Seguro. Lo estamos viendo. Pero si esa segunda unidad tiene el mejor +/- de la competencia con ese esquema, ¿por qué cambiarlo? Quizá llegue el momento en el que Malone tenga que barajar y dar de nuevo en la temporada. Sea porque sus relevos sufren un bajón o porque los rivales comienzan a encontrarle la vuelta a esas alineaciones. Pero hoy por hoy, ese momento no ha llegado y los Nuggets disfrutan de un equipo de élite, no solo con sus titulares, sino también con sus suplentes.

Lo más interesante en ese sentido: ese no fue el caso en la temporada pasada, donde si bien llegaron a las Finales de Conferencia del Oeste, lo hicieron con un banco que terminó 18° en términos de +/- durante la Fase Regular. Aún con sus puntos débiles a corregir, hoy Denver parece tener un equipo mucho más profundo y balanceado. Y en eso no hay dudas de que el arribo de Facu Campazzo ha jugado su papel importante.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.