"La liga está en buenas manos con gente como Zion Williamson, Ja Morant, Luka Doncic, Trae Young o Jayson Tatum. Y la lista sigue y sigue". Estas palabras de LeBron James tras ganar el 2 de marzo contra New Orleans Pelicans son muy ciertas. La NBA dispone de una cantidad y calidad de talento joven muy atractivo, de posibilidades y poder mediático superiores.
Pero si de este recuento dos nombres sobresalen por encima del resto son sin duda Luka y Zion.
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En la NBA moderna, donde el baloncesto es diferente al practicado en el Viejo Continente, en todos los sentidos, Doncic y Williamson se las arreglan para producir a niveles elevados con apenas experiencia en la liga. Cada uno en su estilo, son auténticas proezas de este deporte. El siguiente eslabón en la cadena evolutiva.
Después de completar su primer enfrentamiento, en NBA.com desgranamos las claves del cómo para cada uno de ellos. Uno con el balón y otro sin él. Los dos con unas posibilidades y unas maneras para atraer que lo tienen absolutamente todo para rivalizar con los mejores.
Luka, un talento mágico para disfrutar
"El talento se desarrolla en lugares tranquilos, el carácter en el tumultuoso curso de la vida", rezaba Goethe, escritor alemán del Siglo XIX. El talento de Luka nació en Ljubljana, Eslovenia, comenzó a desarrollarse con sus primeros pasos en el Union Olimpija y continuó en las categorías inferiores del Real Madrid. El carácter era innato en él, aunque los estímulos de abusar a temprana edad trabajaron su comportamiento.
Nacido y desarrollado ese talento, formado el carácter, a Doncic la NBA parece quedarle pequeña con 21 años recién cumplidos. O, mejor dicho, "le queda grande". Él mismo confesaba la pasada temporada que los mayores espacios que ofrece el juego en Estados Unidos le brindan posibilidades que en Europa no tenía. "Es más fácil anotar en la NBA que en Europa". La realidad es que es una liga hecha a su medida.
El esloveno lo tiene todo para triunfar. Desde hace años, su entorno ha cuidado su desarrollo, su inteligencia y han preparado el camino para que supiese lo que hacer llegado el momento. Y vaya si lo está sabiendo. Promedia 28,5 puntos, 9,3 rebotes y 8,8 asistencias por partido en su segunda temporada, la primera con la flota de los Dallas Mavericks construida a su alrededor.
Pero, ¿qué hace Luka en la NBA para que desprenda la sensación de jugar tan fácil y dominar los partidos a tal nivel?
Juego en pick&roll
Una de sus armas favoritas, sino la que más. Confesaba durante el All-Star que a él "le gusta jugar con un pivote" cuando desde Movistar le preguntaban por el experimento de small-ball en Houston. Es cierto que en Dallas apuestan por quintetos abiertos y el lanzamiento exterior, pero Luka se entiende de manera extraordinaria en el pick&roll.
El juego en el bloqueo y continuación, o bloqueo y abrirse, más de moda hoy en día, es el recurso más utilizado en el baloncesto. En la NBA los equipos defienden peor este tipo de situaciones en comparación con el básquetbol de élite en el que jugó Luka antes de marcharse. Es por eso que, en la liga actual, dominar el pick&roll como lo hace él le permite destrozar defensas con una facilidad pasmosa. Simplemente hay mucho espacio.
Sabe cuándo atacar el aro y cuando salir al triple. Sabe esperar para dar el pase o engañar con fintas sencillas a la defensa. Los recursos técnicos de Doncic brillan en el juego con los pivotes y explota el rendimiento de perfiles como Dwight Powell -ahora lesionado- por su capacidad para atacar el aro y colgarse.
Es el 3º jugador de la competición que más posesiones de pick&roll ejecuta por noche (12,9) con el 3º registro más alto de puntos anotados por posesión (1,05). Solo Damian Lillard lo supera en toda la NBA en volumen y acierto (13,8 posesiones, 1,13 puntos). Números de escándalo.
Triple amenaza y toma de decisiones
Lo mejor de su segunda temporada es que los Mavericks lo están explotando. Para desarrollar al máximo su talento y que aprenda, debe tener la bola y jugar. Y eso hacen. Lo rodean con un plantel lleno de tiradores y jugadores de rol; de un unicornio cuyo encaje es perfecto, Kristaps Porzingis; y todo esto bajo la tutela de uno de los entrenadores más inteligentes.
El repunte estadístico en la 2019-2020 se debe -más allá de su propia calidad- al planteamiento de Dallas. La bola es de Luka y el equipo se construye a su medida, como si de una sastrería se hubiese tratado el pasado verano para la franquicia texana. Así, este año el esloveno es el 2º jugador de la NBA con un mayor uso de balón, solo por detrás de Giannis Antetokounmpo, y delante de James Harden, Trae Young, Bradley Beal o Kawhi Leonard.
La tabla muestra la impresionante subida en cuanto a uso de balón y al porcentaje de asistencias, pero sin duda el mejor dato es el de las pérdidas. Pese a tener mucho más balón, Doncic no solo no pierde más, que sería lo normal, sino que cuida mejor a la naranja. Esto también es muestra de la construcción y la dirección desde la franquicia, que acierta de pleno con todas las decisiones que toma alrededor del esloveno.
Es también el 2º jugador de la liga con más toques de balón por partido, detrás de un Nikola Jokic que habita como referencia en unos Nuggets donde la horizontalidad del pase es fundamental. En Dallas es diferente y, aun así, Doncic está ahí.
Sus lecturas son sublimes. Es difícil ver fallar a Luka, más allá del tiro exterior. Esto puede chocar más en Europa, donde la cultura de baloncesto es diferente a la de Estados Unidos. Si alguna crítica puede ponerse al rendimiento del All-Star, es su toma de decisiones y acierto desde el triple. En su primer año estuvo en un flojo 32,7% con 7,1 intentos por noche; en esta segunda cae a un 31,5% con más intentos, 8,9.
¿A qué se debe? En Estados Unidos la concepción del triple es totalmente diferente, aunque poco a poco llegan corrientes a Europa. Para los Mavs es fundamental el tiro exterior (2º equipo en intentos por 100 posesiones) y tiene doble finalidad: por un lado trabajar el rango y la consistencia de Luka -cada vez es más habitual que lance desde más lejos- y por otro para abrir el campo, básico para los esquemas de Carlisle.
Uso del cuerpo y control del ritmo
El aspecto que más puede chocar de Doncic en la mejor liga del mundo es que parece jugar andando. Su ritmo va por debajo del resto. La diferencia es evidente. Y ahí está una de sus claves. A mayores espacios, una cancha más grande y un ritmo de juego superior al de la Europa donde creció, Luka aplica la técnica individual, la lectura cerebral, el dominio de su cuerpo y el control del ritimo por encima de todo.
Estos elementos le permiten sentirse cómodo, vestir esa sonrisa que siempre luce sobre el parquet y disfrutar del baloncesto. Dentro de las simples y efectivas pizarras de Carlisle, Luka sabe perfectamente qué aplicar en cada momento. Si atacar por fuerza como al principio del vídeo o si usar su velocidad o un step-back delante de un interior. Es un mismatch continuo con un cerebro más rápido que el cuerpo del defensor.
Así, la perspectiva es clara: la NBA está hecha a su medida. Por impacto mediático, por su historia de tapado desde Europa. Por su calidad técnica y tamaño, por el trabajo que su entorno ha realizado con él desde que era menor de edad. Doncic es una pieza extraordinaria para dominar la liga y hacerlo disfrutando, con una sonrisa de oreja a oreja.
Zion, un jugador hecho para la modernidad
“El chico es especial. El ritmo alto es perfecto para él. Es explosivo, muy explosivo, muy rápido para su tamaño”. Así definió LeBron James a Zion Williamson después del primer enfrentamiento entre ambos, un Lakers vs. Pelicans este 25 de febrero.
No hay alguien mejor que King James, el jugador más dominante de la última década de la NBA y una de las pocas grandes súperestrellas que ya enfrentaron a Zion para describir lo bueno que es el novato y lo bien que le sienta la actualidad de este deporte en la mejor liga del mundo, con un juego cada vez más veloz.
Un rematador ideal
En una NBA dominada por jugadores que necesitan mucho del balón, como LeBron, el propio Doncic, Giannis Antetokounmpo o James Harden, Zion aparece como un anotador implacable que no necesita tener la pelota en sus manos durante gran parte de la posesión: le alcanza con que le llegue para definir.
De hecho, casi la mitad de sus intentos al aro, el 45%, llegan sin que el novato realice ni un sólo drible y ahí es cuando más efectivo es: convierte el 71% de esos tiros. Principalmente se trata de acciones donde Williamson debe definir en situaciones de: corte hacia el aro / contragolpe / rebote ofensivo.
Allí es donde con toda su corpulencia se abre espacio en la pintura para convertir con gran efectividad cerca de la canasta, por ahora ni siquiera utilizando mucho el recurso de las volcadas. A menos de un metro del aro su porcentaje de acierto es de un 67%. Ahí es donde Williamson va a buscar sus puntos: no se tienta con la “ineficiente” media distancia y por ahora rara vez busca tirar triples: lleva 12 intentos en 15 partidos, de los cuales cuatro llegaron en su debut.
Esa mancha gigante de color verde enseña mejor que nada el peligro que representa Zion para las defensas rivales, un jugador que presenta una gran dificultad para los entrenadores rivales a la hora de pensar como defenderlo y con quién.
Con el manejo del balón todavía muestra algunas dudas que lo hacen caer en varios partidos con 4 o 5 pérdidas, pero sin la pelota Williamson ya es de élite.
El rey de los rebotes ofensivos
Williamson no llega a los dos metros de altura, pero su promedio actual de rebotes ofensivos (3,2) está siendo el mejor para un novato desde Blake Griffin en la temporada 2010-2011. Además, ningún rookie de estatura menor a los dos metros alcanzaba semejante número desde Larry Johnson, otro gran portento físico, en la 1992-1993.
El jugador de los Pelicans se transforma en una amenaza ofensiva no sólo a la hora de tirar, sino también ante cada lanzamiento fallido de su equipo. Zion fija la vista en el balón y pareciera tener un instinto animal para cazar a la pelota en el aire, elevándose sobre jugadores mucho más altos que él y utilizando su cuerpo enorme para ganar posición.
Williamson toma el 11,8% de los rebotes ofensivos posibles mientras está en cancha, lo que lo sitúa 14º en el ranking de la liga, justo por delante de Rudy Gobert y sus 2,16 metros, cerca de unos 20 centímetros más de lo que mide Zion. De los 13 que están por encima del de los Pelicans en esa estadística el más bajo es Wendell Carter Jr., de 2,06 metros.
Así, con otro especialista de la categoría como Derrick Favors (promedia 3,1 por partido), New Orleans forma parte del top 3 de la NBA en rebotes ofensivos. Esto le es extremadamente útil a un equipo con un ritmo de juego tan rápido como los de Gentry: segundos en la NBA con 103,6 posesiones por partido.
Frente a Boston Celtics el 26 de enero, Williamson falló siete lanzamientos. En seis de ellos tomó el rebote de su propio tiro errado. Finalizó con su primer doble-doble: 21 puntos y 11 rebotes en su tercer partido en la NBA.
“El crédito se lo doy a mi segundo salto”, le dijo Zion a ESPN.“ Fallo un tiro y pienso: “voy a agarrar este rebote” y lo termino agarrando, así que trato de saltar de forma rápida nuevamente. Incluso cuando creo que el tiro va a ingresar, suelo realizar el segundo salto” , explicó Williamson.
Así le suma a su 58% de acierto en tiros de campo un 24,4% de rebotes en sus propios tiros. En total, el 68,7% de los lanzamientos del novato terminan en puntos para New Orleans o una segunda oportunidad.
“Todos reconocen su habilidad para elevarse por sus volcadas, pero su segundo salto y su habilidad para pasar la pelota en transición son muy buenas, posee una energía muy contagiosa”, afirmó LeBron James sobre esta faceta de Williamson.
La facilidad y rápidez para ubicarse en posición de ataque
Un 23,2% de los lanzamientos de Williamson llegan en los primeros seis segundos de posesión, teniendo en esos tiros un acierto superior al 65%. La transición ofensiva es el juego de Zion, donde muestra una similitud con LeBron James: ambos son verdaderos trenes de carga que, una vez que toman velocidad, arrastran a cualquier cosa que se cruce enfrente suyo.
El novato de New Orleans arrasa, no tanto llevando el balón de costa a costa, sino que ubicándose rápido cerca del aro y definiendo. Los alley-oops son las jugadas que más llaman la atención, pero donde Williamson es realmente efectivo es a la hora de postearse. Rápidamente le gana la posición a su defensor mientras que sus compañeros están subiendo el balón y ya queda listo para convertir.
Zion se postea en un 19% de sus acciones ofensivas, consiguiendo 0,95 puntos por cada posteo, un número que le alcanza para igualar a Domantas Sabonis, Karl-Anthony Towns y LeBron James, todos miembros del top 10 de los más eficientes al postearse.
Además al rookie lo podemos encontrar dentro del top 15 de los jugadores más eficientes en jugadas de transición (dentro de los que al menos definen tres posesiones así por partido): suma 1,2 puntos por posesión con un 73% a la hora de tirar, la mayor precisión de toda la liga en ataques de transición, dejando en segundo lugar a LeBron James.
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