Tercera derrota consecutiva de Dallas Mavericks, que pone en evidencia el difícil tramo de temporada que están viviendo y que el equipo texano precisa cambios urgentes para evitar un problema mayor en el futuro. Utah Jazz ejerció de juez, jurado y verdugo sumando su décima victoria seguida al imponerse por 116-104, en un duelo que no pudieron contar siquiera con Donovan Mitchell, baja por entrar en el protocolo de conmociones. De nuevo, el solitario talento de Luka Doncic no fue suficiente para conseguir un triunfo y solo un gran último cuarto de la segunda unidad pudo maquillar el resultado final.
No está siendo un inicio de temporada sencillo para los de Rick Carlisle. Al conocido aumento de la competitividad dentro de la Conferencia Oeste se ha unido la progresiva pérdida de efectivos por la entrada de un buen número de jugadores en el protocolo sanitario de la NBA. Una cuestión que eliminó de la ecuación a gente tan importante como Josh Richardson, Maxi Kleber, Dorian Finney-Smith o Dwight Powell y que ha hecho que Dallas haya pasado a estar, no solo fuera de zona de Playoffs, sino también de Play-In.
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"No sé qué decir. Hay muchas cosas mal ahora mismo", inició Luka Doncic su breve rueda de prensa tras la derrota ante Utah. "Tenemos que hacernos cargo de ello y ser mucho mejores que esto".
Y no es para menos pues la defensa interior de Dallas permitió que un jugador de perfil defensivo como Rudy Gobert causase verdaderos estragos en la pintura, anotando 29 puntos en 11 de 20 tiros de campo y dominando bajo los aros con 20 rebotes. El francés no conseguía una cifra tan alta en anotación desde su máximo de carrera ante los Knicks en 2017 (35 tantos).
Después de que los Mavs pareciera que hubiesen recuperado su mejor forma y regularidad tras imponerse a Spurs y Pacers de manera consecutiva, los fantasmas reaparecieron ante Rockets, iniciando así un complicado tramo que los ha llevado de nuevo a una racha negativa de tres derrotas seguidas. En ese lapso de tres noches, los de Rick Carlisle han sido la peor defensa de toda la NBA con 124,5 de ratio defensivo pese al relativo éxito de su ataque, por encima de los 111 puntos de ratio ofensivo (13º).
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"Tenemos que jugar más duro y traer más energía", agregó Doncic, quien terminó con 30 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias. "No estoy preocupado, queda mucha temporada. Acaban de volver tres jugadores, siempre se hace complicado el primer partido de vuelta. Creo que tengo que jugar más duro".
Más crítico y abierto a mostrar los problemas de los Mavs se mostró Kristaps Porzingis, quien acusó los malos resultados a una cuestión de roles, comunicación y toma de decisiones. "No tenemos esa química que estamos buscando todavía", dijo el letón, autor de 18 tantos. "No tenemos nuestros roles claros. Estamos simplemente saliendo a jugar. Somos un equipo con talento, pero hasta que no estemos todos jugando y pasemos tiempo fuera de la cancha no vamos a tener esa química".
"Tenemos gente que tiene experiencia, entonces tampoco a las primeras derrotas nos vamos a venir abajo. Tenemos un grupo con mucho talento, intentamos mejorar individual y colectivamente. Si seguimos con el trabajo y haciendo lo que tenemos que hacer, la única dirección en la que podemos ir es hacia arriba. Tenemos que seguir mejorando la química en cancha y los resultados vendrán", dijo Porzingis.
Y es que desde que buena parte de los secundarios entrasen dentro del protocolo sanitario el 12 de enero, Dallas arrastra una marca de 3-6 y sin avisos de mejorar los problemas de consistencia y compenetración defensiva. Una cuestión que para Porzingis no tiene tanto que ver con una cuestión táctica en la protección del aro como mental y de organización del ataque, lo cual según él termina por afectar al desarrollo ofensivo.
"En nuestro ataque no tenemos los roles y estamos jugando un poco a lo loco y eso nos afecta en defensa, que tomamos algunos tiros un poco forzados, inesperados", dijo. "Tenemos que correr rápido en transición, hacer balance, comunicarnos y a veces nos falla la energia que necesitamos. Hay momentos en los que sí tomamos buenos tiros y eso nos da energía en defensa. No siempre vas a tomar el mejor tiro, está claro, pero tenemos que aspirar a ser un equipo que tenga claro cómo jugamos, que tenga claro el rol de cada uno y así vamos a ser más constantes en ataque y defensa", finalizó.
Esta situación tan negativa debería cambiar a lo largo de los próximos días, pues tanto Dorian Finney-Smith, como Josh Richardson o Dwight Powell ya salieron del protocolo, estando los tres nuevamente disponibles para el siguiente duelo, mientras que Maxi Kleber seguirá ausente. La siguiente prueba de fuego será precisamente ante Utah Jazz en la noche del 29 de enero, cuando vuelvan a medirse a los de Salt Lake City.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.