Texas se llena de ilusión y vibra cada vez que Dallas Mavericks salta a la cancha y no es para menos, pues la pareja formada por Kristaps Porzingis y Luka Doncic parece estar llamada a marcar una época si la salud se lo permite. Una dupla destinada a brillar y alcanzar las cuestiones más altas que pueden colocarse sobre dos jugadores de 24 y 20 años, respectivamente. El hype desmedido en cierto modo está justificado por actuaciones como la de la noche del miércoles, en la victoria del conjunto de Rick Carlisle frente a Washington Wizards por 108 a 100, en un final apretado y que se resolvió gracias a la magia del esloveno.
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El 23 de octubre quedará grabado a fuego en la memoria de Porzingis, pues ha marcado el regreso oficial del jugador letón formado en el CB Sevilla después de casi dos temporadas. Un largo proceso marcado por una difícil etapa en lo deportivo y personal, viéndose obligado a partir de la Gran Manzana rumbo al sur del país con el deseo de volver a sentirse jugador de la NBA. Más de 600 días afuera por una rotura del ligamento cruzado anterior en una rodilla, que ha culminado con una actuación más que destacable como reflejan sus 23 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias en 29 minutos de juego. Un partido en el que acabó ejerciendo de segunda espada acompañando al Rookie del año, quien finalizaría con 34 tantos. Una unión que ha representado el 47% del total de la producción ofensiva del conjunto texano: 57 puntos en 19 de 35 tiros de campo y 12 de 15 en libres.
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— NBA Spain (@NBAspain) October 24, 2019
"Todavía estoy llegando allí", dijo Porzingis a Tim MacMahon de ESPN. "No estoy donde quiero estar, pero estoy llegando allí, y tengo que estar contento con el partido que realicé y el partido que conseguimos. Ganamos el choque al final". Palabras sabias y de cautela por parte del ala pivote, quien es consciente de que todavía queda un largo proceso de adaptación, de acondicionamiento y de regreso a la competición diaria, un reto que va a requerir exprimir su físico durante al menos 82 encuentros y que la franquicia tendrá que gestionar correctamente. "Para ser el primer partido, después de estar fuera tanto tiempo, creo que estuve bastante bien", agregó para ESPN.
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"Solo trato de disfrutar el momento, no ponerme mucha presión encima", señaló ante los medios una vez terminado el choque. "No estoy aquí para brillar individualmente, quiero ganar y el resto de cosas ya sucederán. Quiero llevar mi juego a lo más alto como he tratado hoy, pero tengo que ser paciente conmigo mismo". El letón completó una sólida actuación después de haber dado destellos de calidad durante toda la pretemporada, consiguiendo noches de 18 puntos ante Clippers y Pistons. Ahora, tan solo unos días más tarde, ha conseguido su máxima anotación desde el 31 de enero de 2018, cuando consiguió 28 tantos ante Brooklyn Nets.
Esta demostración ofensiva no pasó de inadvertido como no podría ser de otra forma para su compañero Doncic, quien resumió su regreso de la siguiente forma: "Ha jugado de forma increíble durante gran parte del partido. Sé que va a ir siendo mejor y mejor después de hoy".
Porzingis focalizó su juego en las situaciones de dos contra dos, donde encontró bastante éxito gracias a su asociación con el sophomore esloveno, encestando dos de las tres asistencias que Doncic consiguió en el choque. Más allá de la línea de tres puntos, el letón se encontró más cómodo, lejos del impacto de la pintura, donde sacó bastante rendimiento con 3 aciertos y 4 fallos.
Los Dallas Mavericks volverán a saltar a la cancha este viernes, frente a New Orleans Pelicans.
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