El parate de la NBA nos ha llevado a recordar grandes momentos históricos de la liga y para Dallas Mavericks y JJ Barea no hay emoción mayor que la del título obtenido en el 2011, venciendo a Miami Heat por 4-2 en una de las mayores sorpresas que la mejor liga del mundo ha tenido en sus últimas décadas.
El sábado pasado el canal Fox Sports Southwest, encargado de las transmisiones de los partidos de los Mavs en su ciudad, volvió a transmitir el sexto partido de esas Finales y luego emitió unas entrevistas del relator Mark Followill, que cubre a la franquicia desde el año 2005, con distintos protagonistas como Dirk Nowitzki, Rick Carlisle y el mismísimo Barea, al que la cuarentena tiene con un look distinto, con una barba pronunciada.
This team from top to bottom had the 💙 of a champion!#MFFL pic.twitter.com/4pmD7jfqxk
— FOX Sports Southwest (@FOXSportsSW) June 27, 2020
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Ese plantel de los Mavericks era realmente bueno (Nowitzki, Jason Kidd, Tyson Chandler, Jason Terry, Peja Stojakovic, Shawn Marion, Barea), pero no tenía tantas luces encima como un Miami que había sumado a LeBron James y Chris Bosh en el receso anterior y con ellos dos y Dwyane Wade para muchos ya era el campeón anticipado. El mismo LeBron había prometido el campeonato. Sin embargo se topó con un Nowitzki excepcional (MVP de las Finales promediando 26 puntos y 9,7 rebotes), un Jason Terry que era garantía desde el banco (media de 18 puntos por partido, más que los 17,5 de LeBron) y un Barea que desde su ingreso como titular en el cuarto partido fue el Factor-X para que Dallas gane por 4-2 una serie que perdía 2-1.
Para el de Mayagüez esa es su principal conquista deportiva pero también fue una época de su vida en la que creó vínculos que aún persisten.
"Es algo especial que no podemos describir. Tan rápido como vi a Tyson mi cara y su cara cambiaron y me dio el abrazo más fuerte de la historia. (en relación a las imágenes de un abrazo en un Mavericks-Lakers de la temporada pasada). Lo mismo cada vez que veo a Mahinmi, cada vez que empezamos a hablar volvemos a esos años. A Dirk lo veo mucho, yo y él tenemos una relación especial para siempre. J-Kidd, ahora lo veo cuando jugamos contra los Lakers y empezamos a sonreír. El Jet (Jason Terry) y yo tenemos una relación especial, tuvimos algunas peleas con él y el entrenador y fue de lo más divertido, nos transformamos en los mejores amigos de todos los tiempos. Cada vez que voy a Orlando le escribo a Deshawn Stevenson para saber como está, hacíamos todo juntos en el vestuario, en el autobus. Definitivamente fueron momentos especiales. Somos hermanos para siempre. Se que si necesito algo puedo levantar el teléfono y llamar a cualquiera de ellos y me contestarán y darán una mano", manifestó Barea en la entrevista.
J.J. Barea made friendships that will last FOREVER with many of the members of the 2011 Mavs team!#MFFL pic.twitter.com/bwnIZjUhel
— FOX Sports Southwest (@FOXSportsSW) June 28, 2020
Barea entonces tenía 26 años y estaba en su quinta temporada con los Mavs, franquicia a la que se había sumado en el 2006 luego de que hayan caído justamente ante Miami en las Finales. En temporada regular había promediado 9,5 puntos y 3,9 asistencias en 20,6 minutos por juego, lanzando un 35% en triples y siendo siempre suplente salvo en dos ocasiones. Jason Kidd y el francés Rodrigue Beaubois se habían afianzado como la media-cancha titular al final de la fase regular. Al llegar la postemporada, el galo perdió su lugar con un especialista defensivo como DeShawn Stevenson y así los texanos vencieron 4-2 a Portland, 4-0 a Los Angeles Lakers y 4-1 a Oklahoma City.
En las tres primeras rondas la media de números de Barea desde el banco era de 8,9 puntos, 3,5 asistencias y 1,7 rebotes en 17,5 minutos, cerca a lo de la temporada regular. Pero en los primeros juegos contra Miami le costó: cayó a 4,3 puntos y 1,7 asistencias en 17,1 minutos, con un pésimo 21,7% de campo. El problema no era suyo: toda la ofensiva de Dallas se encontraba atascada. En las derrotas del primer y tercer partido quedaron debajo de los 90 tantos, mientras que el segundo lo ganaron 95-93 con una remontada épica en los últimos seis minutos tras ir perdiendo 88-73. Carlisle debía buscar una solución para un equipo que en fase regular había promediado 100 tantos por juego pero se encontraba lejos de eso. Y el cambio fue el ingreso de Barea como inicial para el cuarto partido.
"Los primeros tres partidos habían sido muy de pelea. Estudiando al equipo de Miami vimos que eran tan buenos defensivamente que si no tenías a dos grandes creadores de juego en cancha, era realmente difícil poder tomar tiros. Después de la remontada milagrosa en el juego 2, perdimos el juego 3 en casa por una posesión. De cara al juego 4, decidimos que necesitabamos otro armador en cancha. Que (Mike) Bibby defienda a Barea. Necesitábamos otro creador al lado de Kidd que también pueda anotar. Sentí que era la decisión correcta en ese momento. JJ ya había pasado por varias situaciones similares y nunca había fallado. En esas instancias siempre se crecía. Tuvo un gran juego 4, jugó genial el quinto partido e igual de bien el juego 6. Hizo que anotemos mucho más fácil. Funcionó. Miami hizo algunos ajustes para contrarrestar esto pero ya habíamos ganado moméntum y no nos iban a frenar", expresó Carlisle.
Coach Carlisle took a chance on a 5'10" PG from Puerto Rico...
— FOX Sports Southwest (@FOXSportsSW) June 28, 2020
J.J. Barea made sure his gamble paid off BIG 🇵🇷🇵🇷🇵🇷!#MFFL pic.twitter.com/f5U104KZhB
Como titular los números de Barea se fueron a 13,3 puntos, 4,7 asistencias, 2,7 rebotes y 0,7 robos en 25,6 minutos, con un 50% de campo y un 50% en triples. Que el porcentaje de acierto de Nowitzki se haya ido debajo del 40% en los últimos tres partidos se sintió menos, Dallas anotó 112 tantos en el quinto juego y 105 en el sexto y llegó a lo más alto, con un latinoamericano como protagonista.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.