Los Kings parecían tener todo controlado en su visita a Dallas. Ganaban por 24 y se encaminaban a una de sus mejores victorias de la 2019-2020, frente a unos Mavericks que acarreaban cinco triunfos de manera consecutiva. Sin embargo, la historia no terminó siendo tan sencilla como lucía en un principio.
Los de Carlisle reaccionaron con una gran segunda mitad (60-44) e incluso llegaron a ponerse a dos en el último minuto. Como no podía ser de otra manera, la bola clave fue para Luka Doncic, aunque esta vez el esloveno no pudo anotar y en el otro costado, Nemanja Bjelica sentenció el juego: 110-106 y alivio para Sacramento.
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El serbio fue la gran figura de la noche. Terminó con 30 puntos (empató la máxima de su carrera) y 7 rebotes, convirtiendo 13-18 de cancha y 4-7 en triples. Dallas nunca le encontró la vuelta a su defensa. Teniendo en cuenta la cercanía del regreso de Marvin Bagley, ¿qué pasará con la titularidad en el puesto del cuatro? Con rendimientos de esa magnitud, será difícil que el europeo ceda su lugar en el quinteto inicial.
That was 𝗡𝗔𝗦𝗧𝗬!
— Sacramento Kings (@SacramentoKings) December 9, 2019
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El que también sigue teniendo una gran 2019-2020 es Buddy Hield. El bahameño anotó 26 puntos, con una enorme eficacia: 10-15 de cancha y 5-6 en triples. Entre Bjelica y él anotaron más de la mitad de los puntos de los californianos (56 sobre 110). Ningún otro de sus compañeros (Walton apenas rotó a 8) pasó de los 13 puntos.
Noche de marcas
En Dallas hubo un par de actuaciones brillantes: Luka Doncic sumó 27 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes, extendiendo a 19 su racha de partidos con al menos un 20-5-5 (récord NBA). Además, también se destacó la gran labor de Tim Hardaway, autor de 29 puntos con un excepcional 9-12 en triples, superando su mejor marca personal (7) con el lanzamiento externo. ¿Kristaps Porzingis? 13 puntos y 8 rebotes en 37 minutos.
Lo cierto es que los Mavs entraron algo livianos al partido y aunque reaccionaron relativamente a tiempo, no pudieron dar el zarpazo en el desenlace. De todas maneras, nada que preocupe demasiado para un equipo que venía de ganar 10 de sus últimos 11 encuentros.
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Sacramento, por su parte, era la contracara: había perdido cinco de los últimos seis, incluyendo tres de manera consecutiva. Los Kings necesitaban un respiro y qué mejor para eso que vencer a uno de los conjuntos más calientes de la competición. Y encima como visitante.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
