El final de la temporada 2020-2021 con los Minnesota Timberwolves auguraba un futuro brillante. La definitiva unión sobre la cancha de Karl-Anthony Towns y D'Angelo Russell unida a la progresión de Anthony Edwards tuvo como resultado un lapso de 7 victorias en los últimos 12 partidos de la campaña. El denominador común de aquel fantástico final fue el papel desempeñado por Ricky Rubio como veterano y pegamento del grupo, haciendo de enlace entre las dos estrellas de los Wolves y de mentor del joven rookie.
Las declaraciones de cierre de campaña que realizó el base español dejaban claro que su mente pasaba por seguir en Minnesota, no solo eso, sino de ayudar al proyecto a dar el siguiente paso después de un año complicadísimo. No obstante, Ricky fue duro y contundente en sus palabras, dejando claro que por contar con figuras de proyección los resultados no vendrían solos.
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"Todo depende de lo consistente y hambriento que seas o quieras ser", dijo el del Masnou. "Eso depende de los jugadores, del staff por mantenernos motivados. Todos en la organización haciendo lo correcto. Todo cuenta. Creo que hemos mostrado orgullo en algunos momentos, pero como cualquier equipo en esta liga puedes ser muy bueno o muy malo, depende de tu consistencia. No vale con hacerlo una noche y ya está. Tienes que construir una identidad, confianza y pasar por momentos duros para tejer quiénes queremos ser".
Palabras de líder y veterano que deberán ser aplicadas lejos de Minneapolis, pues la gerencia comandada por Gersson Rosas tomó la decisión de enviar a Ricky Rubio rumbo a Cleveland Cavaliers a cambio de Taurean Prince, una Segunda Ronda de 2022 y dinero, según reportes.
Ahora bien, ¿por qué se ha producido este traspaso? A continuación todos los detalles y explicación.
Las razones del movimiento
Los Minnesota Timberwolves tenían garantizados 131 millones de dólares para la presente temporada, lo que incluía dos jugadores con el máximo (Towns, 33,7M y Russell, 31,3M), además de dos figuras con salarios moderadamente altos como son Rubio (17,8M) y Beasley (14,3M).
La razón principal de este movimiento es de raíz económica, pues al desprenderse de Ricky los Wolves han liberado 4,8 millones y han adquirido a un jugador que puede serles de utilidad en el banco. Por otro lado, esta transacción desde un punto de vista deportivo significaría que Russell volverá al puesto de base y que Edwards adquirirá un mayor peso en la creación de juego, algo que con el catalán en el equipo hubiese resultado más complicado.
La eterna reconstrucción
Si por algo se ha caracterizado la carrera de Ricky Rubio en la NBA ha sido por su constante presencia en conjuntos sin aspiraciones competitivas. Su primera etapa en los Timberwolves fue sinónimo de derrota. Inmersos en un continuo proceso de reconstrucción la franquicia dispuso de dos números 1 del Draft (Towns y Wiggins) así como de elecciones altas como Derrick Williams (2, 2011), Zach LaVine (13, 2014) o Kris Dunn (5, 2016) que no los ayudaron a salir del agujero.
La suerte del base catalán comenzó a cambiar cuando fue trasladado a Utah Jazz, lugar que no apuntaba ni mucho menos a convertirse en lo que acabaría siendo, un conjunto sólido y asentado en los Playoffs. Allí Ricky pudo finalmente demostrar que estaba listo para formar parte de una franquicia ganadora, experiencia que repitió en Phoenix Suns siendo la segunda espada de una de las revelaciones de la burbuja.
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Tras un año inmerso en la reconstrucción de los Wolves, Rubio pondrá rumbo a Cleveland Cavaliers, equipo que acumula un 27% de victorias en las últimas tres campañas y que todavía no ha superado la marcha de LeBron James en 2018 en términos competitivos. La franquicia de Ohio cuenta con figuras jóvenes de las que se espera mucho, algo que han logrado gracias a sus negativos resultados, pudiendo hacerse con Isaac Okoro, alero de técnica pulida y que necesita rodaje todavía, Darius Garland, el base titular y líder del juego del equipo, Evan Mobley, flamante pick 3 de este Draft y llamado a ser jugador franquicia, y Collin Sexton, la gran incógnita.
Respecto a este último los últimos informes de los insiders apuntaban a que la franquicia estaría tratando de traspasarlo rumbo a otro destino ya que esta será su última campaña bajo contrato rookie, pudiendo renovar con los Cavs hasta antes del inicio de este curso, algo que no parece que vaya a suceder. Es aquí donde entraría en juego Ricky Rubio, pues uniendo su salario junto al del base de Alabama (6,3M) se conformarían 24,1, lo que daría la opción a Cleveland de poder formar un pack interesante para realizar una operación.
No obstante, desde los medios locales de Cleveland se ha apuntado a que la intención de los Cavaliers sería retener a Rubio y aprovecharse de su experiencia y veteranía para que el equipo crezca, descartando un traspaso inmediato. Visto desde otro punto de vista, esto no significa que vaya a mantenerse toda la temporada, sino más bien que la franquicia podría esperar a que su valor de mercado fuese más alto para intentar sacar más rédito de la situación.
Las expectativas en los Cavaliers rumbo a la 2021-2022 pasan por asentarse en la Conferencia Este, abandonando los últimos puestos de la tabla y amparados en un elenco de jóvenes que sea capaz de devolver el brillo a una franquicia que solo lo tuvo bajo el aura de LeBron James.
¿Transbordo en Cleveland o destino final?
Su salida de Phoenix rumbo a Oklahoma City Thunder no fue muy bien recibida por parte del jugador como así lo expresó en su cuenta de Twitter, cambiando en cierto modo el contexto al regresar a los Timberwolves apenas unos días más tarde. Las cosas en la NBA suceden muy rápido y lo que un día es seguro al siguiente se ha desvanecido. En una Agencia Libre donde el talento escasea y los principales nombres serán bases (Lowry, Paul, Schroder, Dinwiddie...), Rubio podría beneficiarse de esta situación para acabar recalando en un destino más amable.
A su favor juega el hecho de que es uno de los pocos jugadores que en la actualidad se encuentra compitiendo, ya que está formando parte de la Selección española en los Juegos Olímpicos y además lo está haciendo francamente bien, demostrando que no solo puede ser un fantástico director de juego sino también un anotador. Esta particularidad podría hacer que su valor de mercado creciese, especialmente si España tiene una larga carrera en la cita olímpica.
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Ricky entrará este curso en su último año de contrato, aquel que firmó en 2019 con Phoenix Suns, por lo que conforme avance la temporada algunos contenders podrían tratar de hacerse con el base con el fin de ampliar sus opciones de título como sucede normalmente.
Por otro lado, no puede obviarse la posibilidad de que Rubio acordase con la franquicia de Ohio no jugar hasta que se decidiese su futuro, pues tras 3 traspasos en prácticamente 9 meses con una familia establecida pueden llevarlo a tomar la determinación de evitar un nuevo cambio de aires forzoso. Esto abriría dos posibilidades, la primera el traspaso como tal, poniendo rumbo a otra franquicia, y la segunda el corte o buyout, por el cual el jugador tendría que acordar una rescisión de contrato, perdonando dinero, a cambio de tener la libertad de decidir.
A punto de cumplir 31 años, el base catalán está en el mejor momento de su carrera, habiendo desarrollado una serie de habilidades ofensivas que lo hacen ser un jugador de primer nivel y con la experiencia suficiente para impactar donde vaya. Si finalmente termina el curso en Cleveland podrá optar a un último gran contrato en la próxima Agencia Libre en 2022.
El futuro de Ricky Rubio es a día de hoy una incógnita y solo el tiempo aclarará las cosas.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.