Todo iba viento en popa hasta el pasado 13 de diciembre. Los Cleveland Cavaliers estaban en la cresta de la ola, acababan de vencer a Miami Heat para sumar su cuarta victoria consecutiva, la octava en los últimos 10 duelos. En los dos días siguientes buena parte de la plantilla iría entrando en el protocolo de salud y seguridad de la liga, siendo el primero de ellos Evan Mobley, dos encuentros más tarde lo haría Jarrett Allen. En ese lapso de tiempo sin las dos referencias interiores de los Cavs (y otros más del plantel) las llaves del equipo recalaron en Darius Garland y Ricky Rubio, quienes manejaron el temporal como buenamente pudieron, dejando buenas actuaciones y superando con 1-2 de marca el tramo.
Fue justo cuando los pivotes estaban a punto de abandonar el protocolo cuando la temporada de Cleveland entró en otra fase crítica. Ante los Pelicans, en una jugada como otra cualquiera, Ricky Rubio se lesionó de gravedad su rodilla izquierda, perdiéndose lo que resta de curso. En la previa de ese mismo compromiso, Garland fue descartado por haber dado positivo en COVID-19, lo que le iba a dejar fuera de juego un tiempo prudencial.
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En la mejor campaña de la franquicia desde 1998, sin tener en cuenta los años de LeBron James, todo parece estar yendo en contra de los Cavaliers de un modo u otro. Pese a todo, hay hueco para la esperanza, especialmente porque las tornas han cambiado de nuevo y el foco del equipo vuelve a estar en los aledaños del aro y los resultados son nuevamente favorables para el grupo. En la jornada del 2 al 3 de enero los de JB Bickerstaff rompieron su racha de 3 derrotas consecutivas imponiéndose a Indiana Pacers por 108 a 104. Una victoria de mérito por la falta de efectivos exteriores que aducen los de Ohio, pudiendo contar únicamente con 8 jugadores activos para el encuentro y sobreponiéndose a un Domantas Sabonis excepcional.
Esta fue la primera victoria desde que Garland y Rubio saliesen de la rotación, una en donde la unión de Mobley y Allen ha demostrado nuevamente su valía e impacto sobre la cancha. Una combinación atípica en un momento en el que cada vez más se prima la versatilidad frente al tamaño, la rapidez respecto de la presencia física y, en definitiva, un baloncesto móvil en comparación al integrado por dos pivotes naturales. Con 24 puntos en 11 de 16 (68,8%) tiros de campo y 9 rebotes por parte de Mobley y 18 tantos en 6 de 12 (50%) lanzamientos así como 11 rebotes y 3 tapones de Allen los Cavs volvieron a la senda del triunfo.
En origen, la lógica invitaba a pensar que el experimento de unir a dos interiores tan dispares como estos dos no iba a traer nada bueno para Cleveland. Al fin y al cabo, uno se trataba de un rookie, quizá muy verde todavía, y cuyo mejor nivel había venido de la mano de ser la única referencia como pivote. Por otro lado, el ex de Nets acababa de renovar y su crecimiento podía colisionar con el de su homólogo novato. Nada más lejos de la realidad.
Cuando ambos han compartido cancha han sido una de las mejores parejas de los Cavaliers, consiguiendo un +8,2 de net rating cuando los dos han estado sobre el parqué, según PBP Stats. Por separado, su impacto se ha reducido notablemente, bajando a +7,0 en el caso de Mobley y a +5,7 con Allen. Más que notable está siendo el impacto que están logrando demostrar en el costado defensivo, donde los Cavs están logrando un 100,9 de ratio defensivo con los dos en cancha, lo que llevado al contexto general de la NBA supondría tener la mejor defensa de toda la competición. La combinación de tamaño y desplazamiento de la que gozan ambos, especialmente en cuanto a envergadura, está permitiendo a los de Bickerstaff hacer sufrir a sus rivales a la media cancha. Un rendimiento que solo irá a más conforme el pick 3 del pasado Draft vaya adquiriendo más y más experiencia.
Por otro lado, en ataque están en proceso de construcción, lo que significa que pese a que los roles están marcados, el desempeño dentro de esos márgenes tiene todavía un amplio margen de mejora. No obstante, en el último duelo ante los Pacers, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, los dos interiores se combinaron para sacar adelante las defensas mixtas que propuso Indiana y realizando acciones como estas:
HUGE dunk from Evan Mobley!#EvanMobley | #NBAAllStar pic.twitter.com/ml0rRkYqTf
— Bally Sports Cleveland (@BallySportsCLE) January 2, 2022
Pese a que los Pacers contaban con Sabonis y Turner como referencias en los aleadaños del aro, los Cavaliers lograron dejarlos en tan solo 26 puntos en la pintura para un 13 de 29 en tiros de campo (44,8%), al mismo tiempo que ellos sumaban 58 tantos en 29 de 48 intentos (60,4%).
“Ese fue uno de nuestros principales enfoques durante el partido", destacó Allen sobre el rendimiento colectivo. "Los Pacers son un gran equipo de pintura, y nosotros no, ellos no lanzan muchos triples, excepto cuando juegan contra nosotros, así que realmente pusimos un gran énfasis en defender la pintura. Todos entraron para taponar tiros y disputar todo. Hicimos lo que el informe de scouting nos dijo que hiciéramos".
En ausencia de Ricky Rubio los dos interiores han dado un considerable paso adelante para hacerse cargo de la responsabilidad de sostener al equipo. Jarrett Allen viene promediando 19,5 puntos con un 65,2 de eficacia al tiro y añadiendo 9,5 rebotes y 3,0 tapones, mientras que Evan Mobley ha sido la gran sorpresa con 20,3 tantos y un 60,4 de acierto así como 7,3 capturas, 4,0 asistencias y 1,7 tapones.
Puede que los Cavs hayan perdido la fuerza que les hizo colocarse en la élite del Este hace apenas unas semanas, pero lo que no ha desaparecido es su deseo de seguir mejorando, de crecer y de imponerse a la adversidad. Con una pareja tan interesante como la integrada por Allen y Mobley estos Cavaliers tienen el destino en sus manos.
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