Charlotte Hornets parece haber encontrado oro en el último Draft. Luego de que Minnesota Timberwolves haya escogido a Anthony Edwards y de que Golden State Warriors se haya hecho con James Wiseman, los de Carolina del Norte escogieron a LaMelo Ball con la tercera selección del Draft, hasta ahora, la única que cambió realmente la realidad de una franquicia.
No todo el progreso de Charlotte en la 2020-2021 es adjudicable al base de 19 años: por caso Gordon Hayward está dando un muy buen rendimiento y Terry Rozier dio otro paso adelante como anotador, pero es cierto que Ball tiene mucho que ver en el rápido cambio de un equipo que no tuvo las victorias suficientes para estar presente en la burbuja de la última temporada y que ahora se ubica quinto con récord de 20-19: su registro a esta altura de la 2019-2020 era de 15-24 y su última vez con 20 victorias en los primeros 39 partidos databa de 2017.
Las estadísticas de Ball vistas por encima hablan claramente de un candidato al premio de rookie del año: 15,7 puntos, 5,9 rebotes y 6,2 asistencias por encuentro con un 37,7% de acierto en triples. Pero tampoco es que son números impactantes.
Distinta es la historia al ver una parte de la película, fragmentando a partir del 1 de febrero, cuando Ball empezó a ser titular. 19,5 puntos, 5,9 rebotes, 6,4 asistencias y 1,7 robos en 32,5 minutos, con un 46,3% de campo y 43,3% en triples. Un jugador de casi 20-6-6 que lanza tan bien desde afuera ya está más cerca de ser un All-Star que una promesa. Y además gana partidos: los Hornets tienen récord de 11-8 con él formando parte del quinteto inicial. Devonte' Graham, la sensación de la franquicia en la campaña pasada, debió cederle su espacio.
¿Cuántos jugadores en la NBA han promediado 19 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias por encuentro como rookies? Solamente uno, una leyenda de la liga: Oscar Robertson en la temporada 1960-1961 (30,5 puntos, 10,1 rebotes y 6,7 asistencias), un crack total pero que para entonces ya tenía 22 años de edad. Y Robertson no logró un efecto tan positivo en su equipo como lo hizo Ball: los Cincinatti Royals, en una peor posición que estos Hornets, apenas crecieron de 19-63 a 33-46.
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El 43% en triples que está teniendo LaMelo desde el inicio de febrero es sorprendente para un novato que intenta 6,7 lanzamientos exteriores por partido: a su edad los jugadores usualmente todavía están corrigiendo su mecánica. La de Ball, poco ortodoxa por momentos, es eficiente: ya está entre los 50 jugadores con más triples encestados en esta temporada y escalando rápidamente en esa lista. Solamente ocho novatos tuvieron un acierto en triples del 43% o superior en al menos 120 intentos (los que lleva LaMelo como titular): esa lista tiene nombres como los de Stephen Curry y Jayson Tatum.
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El registro del triple-doble más joven de la historia de la NBA es otra cosa de lo que puede presumir Ball, como también de sus números comparados con los de otro jugador que ganó el premio de mejor rookie a los 19 años: LeBron James.
El Rey, entonces en Cleveland Cavaliers, promedió 20,9 puntos, 5,5 rebotes, 5,9 asistencias y 1,6 robos con un 41,7% en lanzamientos de campo en la temporada 2003-2004, cifras muy parecidas a las de LaMelo, que en esta NBA de mayor ritmo de juego que la de inicios de la década del 2000 necesita menos minutos en cancha que un James que promediaba 39,5 por encuentro entonces. Aquel LeBron vivió una situación como la de Robertson cuando novato: mejoró a su equipo pero igualmente terminó con un récord bastante negativo de 35-47, perdiendo 11 de los últimos 15 encuentros.
Si buscando más comparaciones con LaMelo salimos del criterio de novatos y pasamos a jugadores menores de 21 años en cualquier temporada, nos topamos con apenas tres nombres con un 19-6-6 de media: LeBron (en 2004-2005 y 2005-2006), Luka Doncic (en 2019-2020 y 2020-2021) y Magic Johnson (en 1980-1981). Más contexto de grandeza para lo de Ball, que todavía está lejos de esas dos leyendas e incluso de un All-NBA como Doncic, pero cuyo futuro es tremendamente promisorio.
Además de James, Kevin Durant (20,3 puntos, 4,4 rebotes y 2,4 asistencias con un 28,8% en triples) fue el otro jugador hacerse con el premio de Rookie del Año antes de cumplir los 20 años: todo indica que esta temporada se sumará un nuevo nombre a ese club. El nombre con el que una franquicia espera lograr conseguir a la estrella más grande de su historia. Una franquicia no del todo exitosa, que en los últimos 19 años no ganó ninguna serie de Playoffs y que en 31 temporadas en la liga apenas jugó 10 veces en postemporada, pero que ahora parece que logró capturar el tesoro.
¿Qué el 19-6-6 es simplemente una racha? Pues solamente Luka Doncic, Grant Hill, Michael Jordan, Magic Johnson, Ben Simmons, Alvan Adams, Tyreke Evans, Steve Francis, Anfernee Hardaway y Russell Westbrook lograron promediarlo en su primera temporada durante 15 partidos consecutivos.
Ball ha sido en cada uno de sus últimos 20 partidos una garantía de generar al menos 20 tantos por encuentro como anotador o asistidor: incluso en sus encuentros más discretos, como el de 7 puntos y 7 asistencias frente a Golden State Warriors para ganar por 102-100. Su porcentaje de pérdidas de balón es alto, si, con unas 4,6 cada 100 posesiones, pero el ratio queda pequeño comparado con los 26,6 puntos, 10,5 asistencias y 10 rebotes que genera en esa muestra a escala. Otros bases establecidos en la NBA como Ben Simmons (20,3%), Ricky Rubio (20%), James Harden (18,1%) y Russell Westbrook (18,1%) lo superan en el porcentaje de pérdidas: ser creativo tiene sus riesgos.
Su defensa es aceptable, pero puede mejorar bastante todavía. Su actitud es incuestionable hasta el momento: los entrenadores han declarado que aman entrenarlo y que es un chico tranquilo que se deja llevar, mientras que dentro de la cancha no demuestra un egoísmo que hasta podría ser considerado normal en un novato talentoso.
En el clutch todavía no toma grandes responsabilidades (el éxito de Charlotte para cerrar partidos proviene de los ex Celtics Hayward y Rozier) y su finalización de jugadas cerca del aro debe mejorar: LaMelo todavía no es perfecto, es apenas un talentoso jugador de 19 años, pero para su franquicia es maná del cielo.
En los últimos 30 años de la NBA, solamente tres jugadores fueron votados como rookie del año de forma unánime: Blake Griffin en 2011, Damian Lillard en 2013 y Karl-Anthony Towns en 2015. ¿Tendremos un cuarto nombre en esa lista?
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.