La velada del 5 al 6 de enero es entendida tradicionalmente como la noche de Reyes, un momento en el que los más pequeños (o no tan pequeños) reciben multitud de regalos como el cierre perfecto de las fiestas navideñas. Brooklyn Nets tuvieron su particular presente en esta jornada de partidos cuando, por primera vez desde el pasado mes de junio, Kyrie Irving volvió para un partido oficial, anotando 22 puntos en 9 de 17 tiros de campo y añadiendo 4 asistencias y 3 robos. Todo ello para ganar a Indiana Pacers por 129 a 121.
Una situación que ha sido una de las historias del arranque del curso después de que la ciudad de Nueva York aplicase ciertas restricciones sanitarias que afectaban al base de 29 años por su actual estatus de vacunación. La imposibilidad de jugar en los duelos disputados como local en el Barclays Center llevó al equipo a tomar la decisión de que tampoco lo hiciese en aquellos que jugasen como visitantes, dejando en un limbo a Irving. La evolución de la situación sanitaria llevó finalmente a los Nets a cambiar su parecer y permitir que el jugador se uniese a tiempo parcial al grupo, únicamente para los partidos fuera de casa.
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Salvo que el estatus de vacunación del jugador cambie en los próximos meses, a los Nets les restan 25 encuentros a disputar como visitantes, lo que permitirá a Kyrie recuperar el ritmo de competición justo para los Playoffs (teniendo en cuenta que de esos 25 no podrá jugar tres, dos ante los Knicks en New York y uno en Toronto ante los Raptors, lugar donde aplica las mismas normativas sanitarias). Una adición que no solo mejora evidentemente a uno de los principales candidatos al título, sino que puede servir para rematar aquello que comenzaron a delinear la pasada campaña.
Un Big Three temible
El desembarco de James Harden en Brooklyn en enero de 2021 se produjo en un momento bastante inestable para el equipo, con Kevin Durant atravesando problemas musculares así como el propio Irving superando lesiones menores que limitaron sus partidos notablemente. De este modo, este particular Big Three solo compartió cancha un total de 202 minutos en Fase Regular y 130 en Playoffs.
La experiencia durante el curso de la temporada apenas puede tenerse en cuenta ya que solo se dio en 8 partidos, la mayoría de los cuales fueron muy separados en el tiempo y en circunstancias, todos ellos muy diferentes. Es por ello que lo ocurrido en postemporada es la muestra más objetiva del impacto que pueden llegar a tener.
En esos 130 minutos que acumularon, el trío de estrellas aventajó a sus oponentes considerablemente para un +33,2 de net rating, lo que supuso ser la tercera mejor combinación de todos los Playoffs, solo superada por la unión de Danny Green y Joel Embiid alternando a Tobias Harris (+37,0) y Seth Curry (+33,6). La lógica al ver una combinación de tres talentos como estos es creer que van a funcionar a las mil maravillas, pero en la NBA nada es seguro, menos en estas instancias de la campaña.
El hecho de que fuesen capaces de unirse sin apenas haber jugado juntos antes y rendir así es una muestra de lo que pueden llegar a realizar cuando acumulen rodaje juntos. Lo más destacable a nivel numérico es que lograron tener un ratio ofensivo descomunal: 140,7. Si bien la muestra es muy limitada y fue principalmente contra Boston Celtics por la baja de Harden primero y más tarde de Irving, deja entrever el potencial.
La pieza que faltaba
Más allá de lo que puedan hacer juntos, lo más probable que suceda es que la reincorporación de Irving sirva para ajustar mejor los descansos tanto de Kevin Durant como de James Harden, que hasta el momento han cargado con todo el peso del equipo sobre sus hombros. Unos Nets que, a diferencia de lo que hicieron la pasada temporada, donde terminaron como el ataque más eficiente de toda la historia con 117,3 de ratio ofensivo, en este curso todavía no han logrado replicarlo.
Han cambiado muchas cosas desde la 2020-2021. La interpretación y aplicación de las normas ha variado, así como el personal disponible de los neoyorquinos, lo que se ha traducido en un juego interior muy limitado, un banco no muy profundo y la pérdida por lesión de manera indefinida de Joe Harris. Todo esto ha significado que los de Steve Nash pasen a ocupar la zona media en eficiencia ofensiva (13º) con un ratio 110,1.
La incorporación de Kyrie Irving suma un talento único en este costado del campo. Por un lado, el base es uno de los mejores en situaciones de aclarado de toda la NBA, acción en la que terminó el curso anterior en el percentil 90 con 4,3 posesiones por noche para un 50% de efectividad en sus lanzamientos. El nativo de Melbourne ha evolucionado y pulido su juego hasta convertirse en un virtuoso del control de balón, permitiendo dar aire al ataque de Brooklyn que en muchas ocasiones tiende a atascarse.
Por otro lado, junto a James Harden en la 2020-2021, demostró poder compartir cancha junto a otro manejador de volumen, logrando un 118,6 de ratio ofensivo, y lo más importante: delegando en La Barba las funciones de base director. Mover a Irving a una posición más cercana al combo-guard o al de escolta permitió sacarle el máximo partido posible a su perfil, teniendo probablemente su mejor temporada individual al terminar con 26,9 puntos de media y dentro del club del 50-40-90.
La llegada de Kyrie supondrá además que Patty Mills vuelva a desempeñar funciones de sexto hombre, razón por la que decidió unirse a los Nets y que solo las actuales circunstancias lo movieron al quinteto inicial. Eso significaría que Brooklyn estaría dotando de una mayor consistencia a sus rotaciones, pudiendo gestionar mejor cómo administrar sus piezas de ajedrez y utilizando al australiano como un revulsivo de élite.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.