La corta historia de Charlotte Hornets no se entiende sin Kemba Walker . Y la carrera de este último tampoco se entiende sin la franquicia de la que es propietario Michael Jordan.
Quizás de todas las súper estrellas que cambiaron de equipo en la pasada Agencia Libre, el nacido en el Bronx, Nueva York, fue el que mayores sentimientos de alegría-tristeza arrancó a los aficionados.
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Ocho años, tres All-Star y una selección al All-NBA . Apenas en febrero pasado, Kemba vivió su tercer Juego de Estrellas y lo hizo ante su gente. El presentador dijo su nombre y el Spectrum Center explotó ovacionándolo.
Su gente no lo sabía, pero meses después optaría por cambiar de equipo y firmar con los Celtics . Les dolió esa decisión, sin embargo, tiempo después se reencontraron en Charlotte. El equipo le preparó un video tributo, el cual le arrancó algunas lágrimas.
“ Cuando estaba aquí, me preguntaba cómo se sentiría nunca regresar. Nunca pensé que pasaría pero ahora que está pasando… es raro” , dijo Walker. “Estar (en el vestidor visitante), al que solo íbamos cuando nos practicaban pruebas antidopaje, es raro”.
“Estoy contento de estar de regreso, ver a mis amigos, a mis compañeros anteriores, personas que trabajan en este recinto, gente que he visto en los últimos ocho años. Estoy realmente emocionado de ver a todos ” , añadió el base.
Ya la afición tenía un caluroso recibimiento preparado. Pancartas de agradecimiento, mensajes cariñosos, algunas imágenes con su cara. Uno de ellos, Héctor Cortes , mejor conocido como El Sombrero Man , quien recibió a Walker calurosamente. “Gracias, Kemba”, le escribió. El mexicano asistió con su sombrero característico pintado del color azul de los Hornets.
“Sentimientos encontrados, porque estoy muy contento de que está en un nuevo equipo, estoy muy contento por él, porque va tener un equipo que lo va a respaldar y a lo mejor en un futuro no muy cercano puede ganar un anillo. A la misma vez es muy triste porque lo he seguido durante ocho años y siempre lo he visto en la camiseta de los Hornets y ahora que lo vi, se me enchinó la piel y tuve un nudo en la garganta” , explicó Héctor.
Probablemente las emociones le ganaron a Kemba Walker en el partido: 0 de 6 en tiros de campo, sólo tres puntos y dos asistencias en la primera mitad. Pero una de las escenas más curiosas la dejó al término del segundo periodo. El triple que intentó no cayó y dio un paso hacia los vestidores de los Hornets. Inmediatamente reviró y se fue al de Boston.
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“Es bien difícil porque estoy acostumbrado a abuchear al equipo contrario que siempre viene a visitarnos y va ser muy difícil abuchearlo a él cuando lo he seguido por tantos años y lo he querido por todo este tiempo ” , compartió Héctor.
Kemba finalizó con 14 puntos, 6 asistencias y 2 rebotes en 4 de 12 de campo. Sin embargo, vivió quizá el partido más emotivo de su carrera y con la gente que lo apoyó durante ocho años.
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