Boston Celtics acaba de atravesar una offseason con muchos cambios. Jayson Tatum, Jaylen Brown y Marcus Smart continúan siendo los pilares del plantel, pero el ex entrenador Brad Stevens ahora ocupa un rol principal como directivo, el debutante Ime Udoka llegó como nuevo head coach y tres nuevos veteranos (Al Horford, Dennis Schroder y Josh Richardson) se sumaron a la rotación del equipo.
Con todo este contexto se generaron expectativas altas sobre los nuevos Celtics, pero también puede entenderse un poco que los resultados no hayan acompañado de inmediato: Boston apenas ganó 2 de sus primeros 5 partidos en lo que es su peor comienzo de temporada desde la campaña 2015-2016.
Sin embargo, más allá de la alarma por las tres derrotas sin haber enfrentado a un contendiente real al título (perdieron con New York Knicks, Toronto Raptors y Washington Wizards y vencieron a Charlotte Hornets y Houston Rockets), la preocupación general en el TD Garden tiene como disparador al mal desempeño defensivo que los Celtics han mostrado en la primera semana de competencia.
Más | Las ocho mayores sorpresas del comienzo de la temporada NBA 2021-2022
Los números exponen esto: Boston está siendo, según NBA.com/stats, el dueño de la tercera peor defensa de la Conferencia Este en rating defensivo* (permite 110,6 puntos cada 100 posesiones). Los Celtics son el sexto equipo que mejor porcentaje en tiros de tres puntos le permite a sus rivales (38,1%) y están por la mitad de la liga en cuanto a porcentaje de acierto de rivales a menos de dos metros del aro (62,2%).
No solamente están flojos a la hora de frenar a los ataques rivales en cuanto a porcentajes, sino que son la segunda franquicia que menor porcentaje de rebotes defensivos disponibles recoge (apenas el 70% de ellos). Así están entre los 10 equipos que más puntos de segunda oportunidad permiten (13,6 por partido).
Probar con tiros de tres puntos ante ellos termina siendo una invitación, pero atacar dentro también: les anotan 51,6 tantos por encuentro en la pintura, la cuarta peor marca de la liga, y permiten unos 25,8 tiros libres por encuentro, el número más alto de la NBA.
*Todos los datos son hasta el momento previo a la jornada del viernes 29 de octubre
Boston jugó más minutos por partido que varios de sus rivales (fue a doble prórroga ante New York Knicks y otro tiempo suplementario contra Charlotte Hornets), lo que termina distorsionando un poco algunos de estos números en su contra, pero igual sus problemas son evidentes y llaman la atención cuando se suponía que el de la defensa era un tema a mejorar en la 2021-2022: Horford y Richardson fueron incorporaciones pensadas con ese efecto dentro y fuera y el entrenador Udoka es un especialista defensivo que expresó que este iba a ser un punto clave en esta campaña.
Hacía más de 30 años (temporada 1987-1988, en la que empezó 5-0) que Boston no recibía al menos 595 puntos en sus primeros cinco partidos, algo que ocurrió ahora.
Esa defensa intensa salió a la luz para remontar ante Charlotte Hornets el domingo pasado, pero los Celtics no pueden vivir de remontadas y ya en cuatro partidos de este curso se encontraron perdiendo por al menos 10 puntos en algún momento, encajando en cada partido al menos un cuarto con 30 puntos del equipo rival.
Ante este rendimiento no llamaron la atención las declaraciones de Horford y Schroder post derrota ante Washington en la última presentación: un 107-116 en casa en el que los Wizards ganaron por 29-21 el último cuarto acertando un 56% de sus lanzamientos al aro en ese período y recogiendo 11 rebotes ofensivos en todo el partido sobre 38 posibles.
"Cuando se lanza el balón al aire tenemos que estar listos. Y no podemos empezar desde el ataque. Eso es algo que queremos cambiar. Traer la mentalidad necesaria en el costado defensivo y jugar desde eso", dijo Schroder mientras que Horford fue más duro con la autocrítica: "no estuvimos lo suficientemente enfocados (...) hay cosas que necesitamos hablar para continuar estando seguros de que no caemos en malos hábitos o algo".
Los lapsus de desconcentración o de mala comunicación parecen afectar seguido a los Celtics y estos lo pagan caro con un esquema defensivo apoyado en los cambios constantes que bien ejecutado puede ser una tortura para los rivales pero mal hecho les ofrece tiros abiertos rápidamente.
Con estrellas como Jayson Tatum y Jaylen Brown y otros talentos como Schroder o Horford su ataque siempre puede ser recuperado individualmente, pero la defensa es un trabajo en conjunto en el que a Boston no le está alcanzando con tener buen personal.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.