Hay momentos a lo largo de una Fase Regular que sirven como reinicio. La derrota del pasado lunes de los Boston Celtics ante los Chicago Bulls fue uno de esos instantes que sirven para ayudar a cambiar todo.
No es para menos. Los de Ime Udoka llegaron a disponer de una renta de 19 puntos en la recta final del tercer cuarto antes de sucumbir en ambos extremos del campo, concediendo un parcial de 39-11 en el último asalto con unos porcentajes de tiro bajísimos. Tras el descalabro Marcus Smart atendió a la prensa, dejando declaraciones muy críticas sobre cómo estaban yendo las cosas para los verdes. A esto le siguió una reunión solo de jugadores, que fue reportada por ESPN, con el objetivo de buscar soluciones a los problemas que venía arrastrando el equipo en este inicio de curso.
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4 días después la situación no puede ser más diferente para los Celtics. Así de rápido cambian las cosas en la NBA y en ese breve lapso de tiempo los verdes han logrado dejar atrás las malas sensaciones y sumar dos triunfos de manera consecutiva, el último con suma autoridad frente a uno de los mejores equipos de la competición como Miami Heat. A los de Erik Spoelstra les dejaron en apenas 78 puntos, la cifra más baja de la franquicia en temporada regular desde enero de 2016 cuando apenas lograron 74 ante OKC.
Un notable esfuerzo defensivo y de consistencia que sirvió para demostrar que la plantilla y staff técnico están realizando los ajustes necesarios para enmendar la situación, unidos y trabajando en la misma línea.
"Todo el mundo entró en pánico después de siete partidos", comentó Dennis Schröder. “Pero en definitiva, solo tratamos de mejorar día a día, tratamos de seguir mejorando hasta que llegue lo que realmente importa. Intentamos armar el rompecabezas y, por supuesto, también necesitábamos esta victoria".
Dennis Schroder did a little bit of everything tonight as our @Gatorade Player of the Game pic.twitter.com/NMnJOwZpi9
— Boston Celtics (@celtics) November 5, 2021
Un triunfo por 95 a 78 en el que lo más llamativo de los Celtics no fue el 3 de 13 en tiros de campo de Jayson Tatum o el hecho de que Jaylen Brown se retirase del encuentro con un problema muscular, sino que fuese el banquillo quien realmente liderase a la victoria a los de Udoka. Una demostración de compenetración de la segunda unidad, de solidez y consistencia para que Miami sumase su segunda derrota de esta temporada. Un total de 45 puntos producidos por los sustitutos que lideraron con soltura para probar que la crisis forma parte del pasado.
"Esos muchachos estaban jugando bien, podíamos reducir minutos para los titulares, especialmente en un back-to-back. Podríamios haber puesto de nuevo a Jayson en algún momento. Apostamos por los chicos jóvenes que estaban en cancha. Estaban jugando tan bien en defensa que no queríamos romper el ritmo de ese grupo", añadió Ime Udoka.
La producción del banquillo estuvo liderada por Dennis Schroder con 14 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias, que en una noche de desacierto (5 de 12) marcó el ritmo de juego de los verdes y lideró hacia el triunfo. Junto a él, otros secundarios jóvenes que no habían rendido como se esperaba hasta el momento como Aaron Nesmith que aportó a un buen nivel desde la larga distancia (3 de 5) para un total de 13 tantos. Por otro lado, Romeo Langford, autor de un tiro clave para romper el partido, así como en defensa, logró 12 puntos en 4 de 8 intentos.
"Sentimos que cada partido es importante. Poder darles a los titulares algo de ayuda al salir de la banca y algo de energía fue clave", dijo Langford después del choque. “Sabíamos que era la segunda noche de un back-to-back, así que tuvimos que aportar un poco más porque aprendimos del último encuentro y los titulares iban a estar un poco cansados".
Una victoria vital para Boston, no tanto por lo que supone a nivel de resultados, sino por lo que representa a nivel interno, probando que el grupo tiene la capacidad de competir y ganar a cualquier conjunto de esta liga.
"Creo que este partido fue una declaración de intenciones", aseguró Nesmith. “Son el número uno en el Este, están jugando bien, tienen un equipo realmente bueno. Entonces, que saliésemos y les obligásemos a hacer lo que hicimos gracias a nuestra defensa fue notable".
La defensa fue la llave y está siendo el gran punto de mejora de Boston tras el descalabro frente a los Bulls. Hasta el 1 de noviembre los verdes habían sido la cuarta peor defensa de la NBA, permitiendo 110,3 puntos por 100 posesiones a sus oponentes y en los últimos dos partidos ha sido la segunda mejor en ese lapso con un ratio de 85,3, avanzando al 10º lugar en términos absolutos.
"Creo que en defensa tenemos que destacar, tenemos que poner nuestro esfuerzo en el lado defensivo y comenzar desde ahí", destacó Schröder. “Cuando hagamos eso, estaremos en muy buena forma. Hicimos eso esta noche y tenemos que seguir mejorando desde aquí ".
“Quiero decir, en el primer par de partidos lo hicimos todo por nuestra cuenta. Fue demasiada defensa individual", analizó el alemán. "Creo que cuando estás ahí fuera, tienes que competir, los cinco tienen que competir. No importa si tengo a Herro delante, creo que todos deben estar preparados para ayudar y ayudarse mutuamente. Creo que eso es lo que hicimos muy bien en los últimos partidos. Especialmente esta noche, todos ayudándose unos a otros. Salir, luchar, conseguir rebotes y, sí, jugar juntos".
Boston ha enmendado la adversa situación en la que se encontraban hace apenas unos días con dos triunfos seguidos en Florida. Ahora viajarán a Dallas para medirse a los Mavericks en un partido clave para mantener su dinámica positiva.
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