Atlanta ha tenido un inicio ideal de competencia. Vencieron a dos franquicias que en la 2018-2019 formaron parte de la postemporada, como Detroit y Orlando, gozando de un Trae Young en un nivel superlativo. El base anotó 38 puntos contra los Pistons y 39 contra el Magic, juego en el que además convirtió el triple para asegurar la victoria. Más no se le puede pedir al jugador de segundo año. Y para ser sinceros, tampoco a su equipo.
Si bien había mucha ilusión por lo que varios de sus jugadores podían hacer en esta campaña, la expectativa estaba más relacionada a lo individual que a lo colectivo. Y es cierto, dos victorias no son suficientes para transformar los objetivos, pero lo cierto es que los Hawks han lucido muy bien en esos encuentros y podrían hacer más ruido del esperado dentro de una abierta Conferencia Este.
Atlanta no sólo está teniendo un esperado gran rendimiento ofensivo (tercer mejor rating), sino que además han defendido mejor de lo que se podía imaginar (11° en rating). Al menos hasta el momento. Y es que este lunes tienen su prueba más exigente de la joven campaña: reciben a los Philadelphia 76ers, también con marca de 2-0.
Más allá de que en los Sixers es duda Joel Embiid, aún recuperándose de un esguince de tobillo, los Sixers ya demostraron que tienen material suficiente para cubrir la baja del camerunés. Horford salió como pivote ante los Pistons y aprovechó el mayor protagonismo para finalizar con 23 puntos, incluyendo un tremendo cierre en el último cuarto. Sin importar quién esté presente, los de Brett Brown son un rival a tener en consideración.
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Para los Hawks, derrotar a Philadelphia sería mandar un mensaje al resto de la conferencia y demostrar que van en serio, en eso de saltarse etapas y meterse en la lucha grande. Esto no significa que una caída los saque de ese escenario, por supuesto. Después de todo, los Sixers son uno de los máximos favoritos de esta temporada. Pero será importante para los de Pierce demostrar que pueden competir contra esta clase de conjuntos.
La clave del partido parece pasar por el duelo en la base. No hace falta marcar la importancia que tiene Young para las chances de Atlanta, mientras que Ben Simmons es fundamental para hacer funcionar a los Sixers. Especialmente si ese faro llamado Joel Embiid no es de la partida.
Lo curioso es que más allá de compartir posiciones, es muy probable que no veamos a los dos armadores defenderse mutuamente. Los 76ers suelen colocar a Josh Richardson o el rookie Mattise Thybulle para defender al portabalón rival, mientras que teniendo en cuenta la diferencia de estatura, es poco probable que Young sea emparejado con Simmons. Más allá de esto, en lo que ambos puedan hacer este lunes estará buena parte de las posibilidades de sus equipos.
El show de Trae
Los primeros dos partidos de Trae Young no fueron solamente muy buenos. Fueron históricos: es el primer jugador en haber arrancado una campaña NBA anotando al menos 38 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes. Toda una demostración de que el ex Universidad de Oklahoma es más que un anotador.
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Igualmente, aún con esa versatilidad, está claro que el principal foco del juego de Young pasa por su habilidad para anotar y crear con el balón en las manos. Según los números de Synergy Sports, el base lidera toda la NBA en puntos anotados desde el pick and roll (22 por partido), jugada que acapara el 52% de sus posesiones. En esa clase de acciones, está lanzando un excepcional 69% de cancha. ¿Casi imposible de sostener? Seguro, pero no deja de marcar todo el talento de un jugador que cada día suma más fanáticos.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
