El promedio de asistencias de un equipo NBA en la última temporada fue de 24,8 por partido, entre las 27,7 de Golden State Warriors y las 21,3 de Portland Trail Blazers, dos equipos que terminaron con récords de victorias-derrotas algo similares (apenas tres triunfos más para Portland). Unos 22 años atrás, en una NBA de juego más lento y ataques menos efectivos, la media de asistencias por partido era de 20,7 por equipo. Pero aun así eso es bastante más que lo que consiguió Atlanta Hawks en aquella temporada 1998-1999 en la que no solamente fue el equipo con menos asistencias de esa campaña: fue el de menor cantidad de asistencias por partido en toda la historia (contando desde la introducción del reloj de posesión en 1954).
¿Y le fue mal a Atlanta con esos datos? Para nada. Revisamos su llamativo caso.
Fueron 15,6 las asistencias por partido que repartieron los Hawks en esa temporada en la que ganaron 31 de los 50 partidos de una Fase Regular recortada por el lockout abriéndose así paso hacia los Playoffs de 1999 en el cuarto puesto de la Conferencia Este para incluso terminar llegando hacia la segunda ronda de la postemporada logrando así una de las mejores temporadas de su historia desde la mudanza a Atlanta en 1968 (séptimo mejor porcentaje de victorias con un 62%).
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Desde la temporada 1959-1960 que la NBA no estaba por debajo de un promedio de 21 asistencias por equipo por partido y desde que sucedió en la campaña 1998-1999 no se repitió: estamos hablando de un contexto particular que incluye a la actividad reanudándose recién en febrero tras un parate de entre ocho y diez meses dependiendo de las franquicias, una época en la que el juego individualista primaba bastante más que en la actualidad y con un ritmo de juego de 88,9 posesiones por partido que en el caso de Atlanta era de 85,3 posesiones por partido, siendo este el segundo más lento de toda la liga, por ejemplo unas 12,3 posesiones menos por partido que el de los Hawks en la 2020-2021.
Con Lenny Wilkens como entrenador los Hawks llevaban tres temporadas consecutivas entre los cuatro equipos de menor cantidad de asistencias de toda la NBA pero no por eso se veían impedidos de ganar: su juego no se basaba en un ataque de lujo sino en una defensa férrea armada alrededor de la presencia de Dikembe Mutombo como pivote: mejor defensor de la NBA en las temporadas 1996-1997 y 1997-1998 (también en 1994-1995 y 2000-2001 jugando en otros equipos) y tres veces de los quintetos all-defensive en sus cuatro años en Atlanta.
También era destacadísimo en ese costado lo que hacía Mookie Blaylock, el base del equipo, seleccionado entre los mejores defensores perimetrales de la NBA desde 1994 hasta 1999 y top ten en el promedio de robos por partido desde 1991 hasta 2001. Mientras que Blaylock repartía 5,8 de las 15,6 asistencias de media de los Hawks, Steve Smith y Anthony Johnson eran los únicos otros dos jugadores del equipo con una media mayor a las 2 asistencias por encuentro. Johnson era el base suplente (2,2 asistencias por partido) y Smith era la principal referencia ofensiva de Atlanta, con 18,7 puntos y 3,3 asistencias de media y encestando apenas el 40,2% de sus tiros de campo en la temporada siguiente a haber sido All-Star por primera vez.
El manejo de balón de Atlanta no era el mejor lógicamente: perdían 14,9 balones por encuentro quedando casi con un balance negativo, pero así como apenas anotaban 86,3 puntos por partido (segundo registro más bajo de la liga), solamente permitían 83,4 tantos por encuentro teniendo así el mejor registro de toda la NBA, superior por ejemplo a los 84,7 y 85,4 de San Antonio Spurs y New York Knicks, los finalistas de esa temporada.
Fue justamente poniéndose firmes a la hora de proteger el aro como esos Hawks triunfaron en la postemporada, consiguiendo un 3-2 contra los Detroit Pistons de Grant Hill, Christian Laettner, Lindsay Hunter, Jerry Stackhouse y Joe Dumars entre otros. Detroit no alcanzó a superar la línea de los 75 puntos en los tres triunfos de Atlanta en la serie, todos en la casa de los Hawks por una diferencia de 12 puntos o más. Eso si, en la segunda ronda ante New York no bastó con eso y las limitaciones ofensivas de los Hawks los dejaron eliminados al caer por 4-0 en una serie en la que promediaron apenas 76,5 puntos por partido, quedándose tan solo en 66 en un cuarto encuentro en el que lanzaron 23-78 de campo.
Cerca de Atlanta
Curiosamente el segundo equipo de menor promedio de asistencias en la historia de la NBA con reloj de posesión también se encontró en la temporada 1998-1999: fueron los LA Clippers dirigidos por Chris Ford y con la temporada de rookie de Michael Olowakandi (pick 1 del Draft 1998), un equipo que repartió 16,4 asistencias por partido y que solamente ganó 9 de los 50 encuentros que disputó, teniendo de hecho peores registros defensivos que ofensivos.
El tercer lugar de la historia está bastante más lejos en el tiempo, con las 16,6 asistencias de un equipo que ganó una serie de Playoffs: los Minneapolis Lakers de 1956-1957. Los New York Nets de la campaña 1976-1977 (17,3 asistencias por partido) y los Memphis Grizzlies (17,4 asistencias por partido) de la temporada 2008-2009, la del debut de Marc Gasol, completan el top 5, habiendo quedado esos dos equipos con un porcentaje de triunfos en Fase Regular inferior al 30%.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.