En caso de mantenerse la fecha tentativa de inicio para la temporada 2020-2021, apuntada a comenzar el próximo 22 de diciembre, John Wall estará haciendo su regreso a las canchas con casi dos años de inactividad. El base de Washington Wizards jugó su último partido el 26 de diciembre del 2018, en una derrota de su equipo ante los Detroit Pistons. Desde entonces, una sucesión de complicaciones físicas lo han marginado: una lesión en el talón izquierdo, una infección tras la operación en dicha zona y luego, la ruptura del tendón de Aquiles en su propia casa.
Sin Wall disponible, el rendimiento de los Wizards se vino a pique. Terminaron la 2018-2019 con marca de 32-50 y les fue aún peor en la última campaña, acabando con un registro de 25 victorias y 47 derrotas. ¿El mayor problema? La defensa. Tuvieron el 28° rating defensivo dos torneos atrás y directamente el peor de toda la liga en la temporada más reciente.
Sí, Bradley Beal aprovechó la ausencia del base para alcanzar números de súperestrella, incluyendo los 30,5 tantos que promedió en la 2019-2020. Pero poco sirvieron para el éxito de un equipo que jamás pudo ser competitivo. Wall recibía críticas y cuestionamientos por diferentes motivos mientras estaba activo, pero su baja demostró cuán importante era en el esquema de Washington. El famoso uno no valora lo que tiene, hasta que no lo tiene.
La pregunta con la que nos acercamos a la próxima campaña es cuánto de ese mejor John Wall pueden recuperar los Wizards. Está claro que los dos años de ausencia no serán gratuitos. Especialmente en un contexto de pandemia donde no sabemos desde cuándo y cuánto podrán entrenar juntos los equipos (según diferentes reportes los campos de entrenamiento arrancarían alrededor del 1 de diciembre).
Desde lo físico, Wall parecería estar a punto para volver a jugar. De hecho, se cree que el base ya estaba listo para volver durante la reanudación de la 2019-2020 en Disney, pero se prefirió no correr riesgos, ante las pocas chances de que Washington alcanzara a Brooklyn u Orlando en la lucha por los Playoffs. De todas maneras, su regreso probablemente vaya a ser un proceso que lleve su tiempo. Sería ilógico entrar a la temporada con expectativas de tener al nacido en North Carolina promediando 25 puntos y 10 asistencias desde el día uno. Pero si poco a poco va recuperando su mejor versión, los Wizards podrían terminar siendo uno de los tapados de la Conferencia Este.
Después de todo, Wall sigue siendo un jugador relativamente joven (30 años) y si se mantiene sano, podría ser exactamente la pieza que Washington necesita para volver a ser un equipo con aspiraciones ciertas de postemporada. Y es que aún sin el atlético base empujando la bola, los Wizards fueron de los equipos más dinámicos en ofensiva desde que Scott Brooks tomó sus riendas: tuvieron el 9° ritmo más alto y el 10° mayor promedio de puntos en la 2018-2019, mientras que dichos rankings alcanzaron el 7° lugar en ambos casos durante el último certamen.
Anotar nunca ha sido un problema para Washington, a pesar de haber usado a bases poco determinantes como Isaiah Thomas, Chris Chiozza, Ish Smith, Shabazz Napier, Chasson Randle y Tomas Satoransky como reemplazos de emergencia desde el 2018 a la fecha. Viendo esos nombres, queda claro que Wall no necesita volver a ser una estrella para elevar la producción en esa posición: aún una versión suya al 70% u 80% sería una mejora, para un equipo que ya tiene una estructura ofensiva interesante.
La clave, sin embargo, está en cuánto podrá mejorar Washington defensivamente, donde han sido históricamente malos. Aquí tampoco se necesita demasiado para tener un rendimiento superior al de jugadores como Thomas o Napier, pero una pequeña mejora no será suficiente para los Wizards. Necesitan un cambio de cara rotundo. Al fin y al cabo, hablamos de la peor defensa de toda la 2019-2020.
Si bien es cierto que Wall nunca ha terminado de maximizar sus condiciones naturales en el costado defensivo, no deja de ser un base por encima del promedio en ese aspecto. Desde su llegada a la liga, Washington permite 106,7 puntos por cada 100 posesiones cuando ha tenido al ex de Kentucky en la alineación. Una cifra que por ejemplo, hubiera sido la cuarta mejor de la reciente temporada, solo superada por lo hecho por Bucks, Raptors y Lakers. En comparación, ese rating defensivo sube a 109,8 en la carrera de Thomas, a 108,2 en la de Napier y a 109 en la de Smith. El upgrade con respecto a las opciones de Wizards en la última temporada es notorio.
Claro que con una mayor seguridad defensiva en la base no alcanza. Washington también tiene que encontrar un pivote que ofrezca mayores garantías en el campo propio que Thomas Bryant, quien tiene un rating defensivo de 115,8 puntos en sus tres años NBA, siendo una de las peores marcas de toda la competencia. El problema para los capitalinos es que prácticamente no tienen espacio salarial para contratar a un agente libre que les cambie el panorama en esa posición. Los mejores pivotes defensores disponibles son Serge Ibaka y Marc Gasol, pero es muy poco probable que pudieran convencer a alguno de ellos solamente con la mid-level exception a su disposición.
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¿Otras opciones? Nerlens Noel y Hassan Whiteside podrían darles protección de aro, pero tampoco son defensores seguro más allá de las tapas. ¿Alex Len, Mason Plumlee o Bismack Biyombo? Alternativas a tener en cuenta. Mientras que probablemente el mejor encaje pase por el austriaco Jakob Poeltl. El tema allí es que es agente libre restringido, por lo que San Antonio podría igualar cualquier oferta, que además no podría pasar del mid-level (alrededor de 9 millones).
Aún si los Spurs probablemente igualarían ese salario de 9 millones que podría ofrecerle Washington, los Wizards necesitan hacer el intento por un Poeltl que les daría una presencia defensiva muy interesante. La apuesta no es riesgosa en términos de salario y si San Antonio iguala el ofrecimiento, tampoco habrán perdido nada. Washington no tiene nada para perder en ese sentido.
Apuntar a Poeltl o eventualmente a otro buen defensor como Plumlee es especialmente importante para Washington, teniendo en cuenta el panorama del Draft 2020: tienen el 9° pick, donde es probable que los pivotes que podrían generar un cambio importante en defensa (James Wiseman o Onyeka Okongwu) ya no estén disponibles. Si Okongwu cae en el orden, problema resuelto. Pero al menos hoy, no pueden contar con ello.
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Lo que sí ofrece el Draft a esa altura de mitad de Lotería son buenas alternativas defensivas en las posiciones de alero, donde los Wizards también deben reforzarse: Isaac Okoro, Patrick Williams, Devin Vassell o Saddiq Bey, entre otros, pueden ser opciones a tenre muy en cuenta para los de Scott Brooks. Los cuatro son muy seguros en el campo propio y encajarían a la perfección jugando en un perímetro con Wall y Beal. Vassell, específicamente, podría cumplir una función muy similar a la que tenía en su mejor momento Otto Porter.
A la hora de hablar de los posibles equipos de Playoffs por el Este en la 2020-2021, es fácil olvidar a Washington. De la misma manera en la que resulta sencillo descartar a John Wall como una de las figuras de la conferencia. Sin embargo, los Wizards podrían estar más cerca de esa realidad de lo que parece. Un potencial quinteto con Wall, Beal, Vassell, Hachimura y Poeltl (u otro pivote defensivo) parecería ser suficiente como para subir algunos escalones en la tabla y meterse en el Top 8. Sobre todo si los jóvenes (Hachimura, Brown, Bonga, Bryant, Wagner) dan un paso adelante en su desarrollo. Y más aún, si Wall nos recuerda que su historia en la NBA todavía tiene varios capítulos por contar.
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