La NBA tendrá un martes de alto vuelo, con varios partidos que animarán una jornada imperdible. Uno de ellos será en Canadá, donde el campeón Toronto Raptors recibirá a Miami Heat (18.30 CDMX, 21.30 Argentina). Lo que es lo mismo que decir que se verán las caras el 2° (15-4) y 3° (14-5) de la Conferencia Este, o también se puede afirmar que será un enfrentamiento entre los dos mejores de la región.
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Sí, pese a que Milwaukee Bucks es el actual líder (registro de 18-3), con una racha de 12 victorias consecutivas que lo muestran en mono aplanadora, los canadienses y los de Florida cuentan con fundamentos concretos para ponerse la ropa de candidatos, sobre todo considerando los contextos en el que llegaron a la temporada. ¿Por qué Toronto y Miami son los mejores del Este? Dejamos tres motivos para sostener cada caso.
Toronto Raptors
Una idea que trasciende nombres
La partida de Kawhi Leonard rumbo a Los Angeles Clippers en la Agencia Libre generó un efecto dominó casi automático: sin el jugador que los llevó al primer título de su historia, los canadienses se bajaban de la pelea en la gran mayoría de las predicciones antes de la 2019-2020. Como si fuera poco, Giannis Antetokounmpo llegaba en modo revancha con sus Bucks, y Philadelphia 76ers se había reforzado para ir por todo.
Sin embargo, los Raptors son un bloque que, con una base solidificada durante la campaña de campeonato, se mueve más allá de los nombres de las piezas. Sí, perder a Leonard los hace bajar un escalón, y no hace falta entrar en grandes detalles para explicar cuál es el impacto del ahora Clipper. Por supuesto que también se suma el haberse quedado sin Danny Green, otro pilar del título. Pero la realidad es que la diferencia que parecía que iba a ser enorme es, por ahora, mínima.
Toronto es una estructura colectiva como pocas en la NBA, con las ideas muy claras y con una dosis de carácter, personalidad, determinación y compromiso que pocos tienen, porque esas cuestiones en su mayoría llegan con la experiencia, y eso abunda en Canadá.
Está claro que tener un jugador como Pascal Siakam (ya llegaremos a esa parte) ayuda para compensar el efecto Kawhi. Pero hay mucho más. Por ejemplo, Kyle Lowry había iniciado en gran nivel la temporada, pero lleva 11 partidos seguidos afuera por una lesión en el pulgar izquierdo. Sin él, Toronto ganó 9 de esos 11 encuentros. En el mismo tramo (salvo en el último partido) tampoco estuvo Serge Ibaka (esguince en un tobillo), un pilar del banco.
Sin dos jugadores muy importantes, el equipo siguió rindiendo porque los de atrás aportaron lo suyo. Desde los más reconocidos, como Fred VanVleet (21,2 puntos y 7,5 asistencias desde la lesión de Lowry, confirmando su año de explosión) o Norman Powell (15,8 tantos en estos 11 partidos); hasta los que estaban en el fondo (o afuera) de la rotación, como Rondae Hollis-Jefferson (10,5 puntos y 6,8 rebotes en 24,1 minutos), Terence Davis (10,8 unidades en 21,1 minutos) y Chris Boucher (8,3 puntos y 6,1 tableros en 16,6 minutos). La suma de las partes es la mejor receta para Toronto.
Una estrella con potencial de MVP
La historia de evolución de Pascal Siakam es maravillosa. En la temporada pasada saltó de jugador de rotacion a titular importante en un equipo campeón, con un crecimiento sostenido que le valió el premio de Mayor Progreso. En esta, pasó de ese papel a estrella absoluta del equipo, cara a futuro de la franquicia y candidato a MVP.
No poner al africano en la lista de nombres para el Jugador Más Valioso sería un grave error, porque llevó a su juego a otro nivel completamente decisivo, un nivel estelar, determinante desde todo punto de vista y, como si fuera poco, evolucionando en aspectos que aún no había explotado.
De los 16,9 puntos y 6,9 rebotes de la 2018-2019, a estos 25,6 tantos (39% triples en 6,5 intentos), 8,4 rebotes y 4,0 asistencias de la 2019-2020. Todo un crack con 25 años, con mucho margen para seguir en una línea ascendente.
Un entrenador fantástico
Ser campeón en una primera temporada es cosa de pocos. Pero claro, en sostener está el secreto, y vaya si Nick Nurse lo está haciendo. La manera en que está encarando está nueva etapa tras perder a Kawhi Leonard es maravillosa, y en su trabajo diario, en su capacidad y convencimiento, se encuentra parte del secreto que permite que todos estén listos para dar una mano cuando el equipo lo necesita.
En este inicio de temporada se convirtió en apenas el quinto entrenador de la historia en sumar más de 70 victorias en sus primeros 100 partidos en la NBA. Todo un logro de alguien que parece destinado a establecer su nombre entre los mejores por un buen tiempo.
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Miami Heat
La continuidad de una cultura
A lo largo de estos años, desde aquellas épocas de Pat Riley como entrenador, Miami ha formado una cultura que lo distingue. Equipos trabajadores, que juegan duro, que tienen identificación y sentido de pertenencia por la organización, que disfrutan la competencia y se alimentan de ella... Hay sellos que hacen a las franquicias y Miami los tiene.
Bastante de eso se puede ver en este inicio de temporada, y se potenció a partir de la llegada de Jimmy Butler (también ya vamos a llegar a él). Además, no hay nada como ver a un plantel escalonado detrás de quien aparece como el líder. El ex Chicago, Minnesota y Philadelphia tiene una personalidad muy particular, y su deseo de competencia y esfuerzo están siendo acompañados por el resto, incluso por los más jóvenes como Tyler Herro o Kendrick Nunn, quienes se sienten identificados y representados por él.
Una estrella que piensa de manera colectiva
"Nos ha ayudado a ganar. Estuvimos buscando un jugador así por mucho tiempo. Sabe cómo impactar para ganar. Y es un jugador del pasado en cuanto a no preocuparse por sus estadísticas. Está pasando la pelota y jugando como un base efectivo en un rol como tenían LeBron James o Dwyane Wade". Cuando la comparación se encuentra con semejantes nombres, podemos dimensionar el elogio. Erik Spoelstra, entrenador del Heat, le tiró esas palabras a Jimmy Butler, en toda una definición del impacto que está teniendo.
Después de un par de pasos raros en Minnesota y Philadelphia, Butler por fin parece haber encontrado una casa en donde se siente cómodo, en donde puede liderar desde todo punto de vista y en donde se siente comprendido y acompañado por el entorno. Y cuando un jugador de su tipo vive ese contexto, es un peligro para cualquier rival.
Su número de anotación está por debajo de lo que tenía acostumbrado en sus años de arma central en Chicago (18,8 puntos por encuentro), pero su registro de asistencias (6,3) es el mejor de su carrera, toda una muestra de cómo está tratando de dejar su impacto. Además, lidera la NBA en robos (2,5), dejando en claro que es uno de los mejores jugadores two-way de la competencia. Butler es una estrella diferente al resto, y en Miami encontró su lugar.
La mezcla perfecta entre juventud y experiencia
Un líder que aporta desde el banco pero con enorme valor (Udonis Haslem, 39 años), dos figuras centrales con recorrido y rendimiento probado (Butler 30, Dragic 33 y brillando en su nueva función como Sexto Hombre), un jugador en plena explosión y con potencial para hacer cosas muy interesantes (Bam Adebayo, 22 años), otro joven que se asentó y cumple siempre (Justise Winslow, 23), dos jugadores maduros y rendidores (Kelly Olynyk, 28; Meyers Leonard 27), y tres jóvenes (dos rookies) con personalidad y talento que impactan como experimentados (Tyler Herro 20, Kendrick Nunn 24, Duncan Robinson 25)...
Erik Spoelstra, uno de los mejores entrenadores de la liga, tiene una base que luce con muchísimo potencial y le permite tener versatilidad, defensa, un ataque solidario y muy efectivo... El Heat no tendrá nombres por demás llamativos, pero son un bloque que promete muchas cosas...
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.