La victoria de Orlando Magic, 125-89 ante San Antonio Spurs es un resultado completamente anecdótico. El foco en la noche del sábado estuvo en dos jugadores jóvenes con muchísimo potencial que, después de una larga inactividad por lesiones, regresaron a la acción en la mejor liga del mundo. Hablamos de Markelle Fultz y Dejounte Murray.
320 días. Ese es el tiempo que pasó desde la última vez de Fultz en un partido NBA. Había sido el 19/11/2018, cuando aún estaba en Philadelphia 76ers, el equipo que lo eligió en el N°1 del Draft 2017. Una extraña lesión en uno de sus hombros generó un parón prolongado y muchísima incertidumbre. En el medio se produjo el traspaso a Orlando, que lo recibió con los brazos abiertos y lo esperó hasta este regreso.
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Fueron 17 minutos de acción desde el banco ante los Spurs, sumando 6 puntos (3-8 campo), 2 rebotes, 4 asistencias y 2 robos. Buena intensidad y sensaciones, más un mate fulminante en una contra.
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"Jugar esta noche fue enorme, fue una bendición. Es mi primera vez en mucho tiempo y simplemente estoy feliz por poder estar en una cancha nuevamente compitiendo", señaló el base de 21 años, que cuenta con el apoyo de su entorno: "Todos hacen un gran trabajo para apoyarme. Siento que tengo el sostén del equipo y de mis compañeros".
363 días. Sí, casi un año transcurrió desde el último encuentro de Murray. Como ahora, había sido en pretemporada, el 7 de octubre de 2018, cuando se rompió los ligamentos cruzados de su rodilla derecha en un enfrentamiento contra Houston Rockets. Lo que sería su tercer curso en la NBA, primero con la responsabilidad de la titularidad tras la salida de Tony Parker, se transformaba en una larga espera para volver.
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"Sé que tengo mucho camino por recorrer y también lo tenemos como equipo. Pero esto es enorme para mí. Tuve que sentarme durante toda la temporada, atravesar la recuperación y volver fuerte y en forma. Estoy feliz por este momento, estoy feliz por jugar", resaltó el base de 23 años, que mostró destellos de ese gran potencial en los dos costados de la cancha que supo exhibir en sus inicios: 11 puntos (3-7 campo, 4-4 libres), 4 rebotes, 4 asistencias y 2 robos en apenas 14 minutos antes Orlando. "Me siento genial. Amo el baloncesto, amo competir. Quiero verme mejorar a mí y al equipo, que son cosas de van la mano", agregó.
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Tanto Murray como Fultz guardan una buena relación y sus momentos coincidieron. "Es mi hermano pequeño. Estoy feliz por él. Nunca saben lo que la gente atraviesa como seres humanos y todos sabemos que nosotros somos humanos y tenemos nuestros problemas personales. Estoy contento por él y él está contento por mí. Es hora de jugar al baloncesto y divertirse", cerró el de los Spurs.
La NBA recupera a dos talentos jóvenes que estaba extrañando. Bienvenidos de regreso.
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