Nueva edición de "La Posesión", una sección en la cual el Staff de NBA.com analiza una posesión en particular de determinado partido de la temporada 2020-2021, revelando detrás de ella un significado mucho más grande del que parece. En esta oportunidad, hora de poner la atención en DeMar DeRozan, estrella de San Antonio Spurs.
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Contexto: El 27 de febrero DeRozan tuvo una de sus mejores producciones de la temporada.
En su primer partido en casi dos semanas, DeRozan llevó a los texanos a una victoria sobre New Orleans Pelicans con 32 puntos y 11 asistencias. Fue solo la cuarta vez en su carrera que sumó 30 puntos y 10 asistencias en el mismo partido, dos de las cuales han llegado esta temporada.
DeRozan siempre ha sido capaz de anotar a un volumen alto, pero ha crecido considerablemente como facilitador en las últimas temporadas, alcanzando su punto máximo en esta 2020-2021, con 7,2 de promedio, la mejor marca de su carrera. Una asistencia en particular en la victoria de San Antonio sobre Nueva Orleans arrojó luz sobre su crecimiento.
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La Posesión:
El análisis:
DeRozan sube el balón luego de un par de tiros libres de Zion Williamson que bajaron la ventaja de San Antonio a tres puntos, con 2m22s restantes en el partido.
Alrededor de DeRozan se encuentran Patty Mills, Dejounte Murray, Trey Lyles y Jakob Poeltl. Mills, Murray y Lyles espacian la cancha estacionándose en el perímetro (Mills y Murray en esquinas opuestas, Lyles en el ala opuesta a DeRozan), mientras que Poeltl se dirige hacia DeRozan para colocar una pantalla sobre su defensor, Josh Hart.
DeRozan usa el bloqueo de Poeltl e inmediatamente se encuentra con Steven Adams, pívot de los Pelicans, en el otro lado.
DeRozan da un bote más para obligar a Adams a tomar una decisión. Si cambia, le dará a DeRozan la oportunidad de atacar a un defensor más lento en forma aislada. Si se recupera, le dará a DeRozan espacio para llegar hacia el fondo. Si se queda para ejercer presión, alguien más tendrá que tomar a Poeltl hasta que Adams pueda recuperarse.
Adams opta por tercera la opción y continúa aplicando presión sobre DeRozan hasta que Hart pueda volver a ponerse frente a él.
¿El problema? Nadie ayuda a Adams.
Con Lonzo Ball enfocado en Mills, Brandon Ingram en Murray y Williamson en Lyles, Poeltl queda solo mientras cae hacia el aro.
DeRozan lo asiste perfectamente, dando un pase sobre Hart y Adams para el mate del interior.
¿Por qué es importante? De acuerdo, no hay nada particularmente llamativo en este pase, pero tengan paciencia conmigo.
La clave de esta jugada es la amenaza de anotación de DeRozan. Como se mencionó en la parte superior, siempre ha sido un anotador peligroso, pero se ha convertido en un anotador completamente diferente desde que se unió a los Spurs. Esta temporada, DeRozan está promediando 20,0 puntos por partido, la menor cantidad desde la temporada 2012-2013. Lo está haciendo con 13,8 intentos de campo por partido, la menor cantidad desde su temporada de novato en 2009-2010.
Esa combinación sería motivo de preocupación para la mayoría de los jugadores y, sin embargo, DeRozan se encuentra en medio de una de las mejores temporadas de su carrera. Por un lado, su eficiencia ha aumentado. Puede que no esté buscando anotar tanto como antes, pero aún es más que capaz de anotar sobre casi cualquier persona.
Consideren esto: el ex de Raptors está generando más de un tercio (36,7% por ciento) de su ofensiva como el manejador de balón en pick and rolls esta temporada. Tiene un promedio de 0,99 puntos por posesión, ubicándolo en el percentil 78 junto a jugadores como Kevin Durant, Devin Booker y Luka Doncic.
DeRozan no es una amenaza para sacar el tiro de tres desde el drible como lo son ellos, pero sigue siendo automático desde la media distancia y es un buen finalizador en la pintura. Si consigue algún tipo de espacio dentro de la línea de 3 puntos, la defensa está liquidada.
Además, DeRozan sigue siendo uno de los mejores anotadores uno contra uno de la liga. Está generando poco menos de una quinta parte (15,8%) de sus anotaciones en aclarados en este curso y se ubica en el percentil 94 con 1,24 puntos por posesión, lo que lo coloca en el mismo rango que Durant, James Harden y Kyrie Irving.
Como los Pelicans aprendieron por las malas, el tamaño de DeRozan lo convierte en una cobertura difícil para los exteriores.
...y su juego de pies lo hace casi imposible de tomar para los interiores.
Lo que nos lleva de nuevo a la asistencia a Poeltl.
Más que nunca, DeRozan está usando la amenaza de su anotación para destrozar a los equipos como pasador esta temporada. La razón por la que Adams se protegió es que le preocupaba que DeRozan doblara la esquina en el pick-and-roll, sabiendo lo dinámico que es como anotador en esas situaciones. Y la razón por la que no quiso cambiar es porque Adams defendiendo a DeRozan en un aclarado casi seguramente no habría terminado bien para los Pelicans.
Por supuesto, los otros tres defensores podrían haber hecho un mejor trabajo al rotar para cubrir a Adams, pero algunas de las lecturas que DeRozan hizo al principio del partido probablemente los hizo dudar en ayudar a los tiradores de San Antonio.
La configuración es básicamente la misma en la siguiente posesión, con tres tiradores espaciados mientras DeRozan ejecuta un pick and roll alto, pero los Pelicans juegan otra cobertura, lo que significa que el jugador que defiende al bloqueador vuelve a la pintura en lugar de encontrarse con el manejador de balón al nivel de la pantalla. Sin embargo, el jugador a seguir es Ball. Está ayudando a Mills a limitar la cantidad de espacio con el que DeRozan tiene que trabajar.
Cuanto más profundo se pone DeRozan en su penetración, más Ball ayuda a Mills, lo que lleva a la penetración y descarga.
Ahora miren lo que pasa cuando Ball lo hace de nuevo en el tercer cuarto.
Es un gran lanzamiento de Mills, pero miren el momento del pase de DeRozan. Mira a Ball haciendo lo mismo de nuevo, ayudando a Mills a reducir el espacio, solo que esta vez le lanza un pase a Mills antes de que pueda reaccionar.
Después de haber sido superado dos veces por DeRozan por ayudar demasiado al principio del partido, no es de extrañar por qué Ball estaba pegado a Mills en una posesión tan importante.
Ese tipo de manipulación no es algo de lo que los defensores tuvieran que preocuparse cuando DeRozan tenía el balón en sus manos al final de los partidos en el pasado, pero el DeRozan que estamos viendo esta temporada no es el que hemos conocido en el pasado.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.