Con la temporada 2019-2020 suspendida de forma indefinida por la pandemia del coronavirus COVID-19, desde NBA Global miramos hacia atrás para recordar qué estábamos viendo en una campaña repleta de condimentos. Por lo tanto, largamos con una serie de artículos recordando cinco historias, momentos u observaciones de cada uno de los 30 equipos que componen la mejor liga del mundo. En esta entrega, toca mirar la situación de Philadelphia 76ers.
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Joel Embiid y Ben Simmons, ¿compatibles?
Una de las preguntas que más rebotan en el mundo de los 76ers pasa por cómo encajan y conviven sus dos principales estrellas. Cuando las irregularidades se hacen presentes, cuando los complementos no parecen los ideales y, encima, cuando aparecen lesiones que complican la historia, las dudas crecen muchísimo más. Así es que el proceso de los Sixers llegó a un momento crítico, en una campaña donde esa estructura que estaba llamada a ser una de las principales de toda la NBA se encuentra, apenas, en el sexto lugar del Este (39-26).
Dentro de esa dinámica, la salud de la dupla entre los dos All-Star del equipo empieza a temblar, ya que no son pocos los que creen que no son complementarios entre sí a la hora de buscar un campeonato. Embiid, probablemente, necesita otro tipo de base (con tiro, principalmente) para operar con mayor espacio en la pintura. Simmons, por su parte, necesita de la pintura para poder dañar a partir de sus carencias perimetrales. Con eso como punto de partida, es probable que en esta tercera campaña seguida del equipo en Playoffs, una eliminación temprana (o que no supere el umbral de las semifinales que alcanzaron en 2018 y 2019) lleve a decisiones de impacto.
Como si fuera poco, las circunstancias del curso dejaron razones para pensar que uno es mejor sin el otro. En enero, por ejemplo, Embiid faltó a nueve partidos por lesión. En ellos vimos al mejor Simmons de siempre, con promedios de 21,6 puntos (65,3% en tiros de campo), 9,3 rebotes, 7,9 asistencias y 2,3 robos en 39,5 minutos. Los números son superiores a los generales de la temporada, donde tiene medias de 16,7 tantos (58,5% en tiro), 7,8 rebotes y 8,2 asistencias.
Cuando Simmons está en cancha con Embiid, los Sixers tiene un rating ofensivo de 104,4 puntos cada 100 posesiones. Cuando JoJo no está, el valor sube bastante: 106,9. La situación se potencia al revés. Cuando Joel Embiid está en cancha y comparte con el australiano, el rating neto del equipo es de +0.9. Cuando juega el africano pero se sienta el de Oceanía, el valor crece a +11,2. Otro ejemplo: en los últimos tres partidos de Embiid, sin Simmons (lesionado), sus promedios fueron de 42,6 puntos, 14,7 rebotes y 2,7 asistencias.
¿Es mejor Embiid para los 76ers? ¿O lo es Simmons? ¿Es culpa de una estructura que no se construyó de la mejor manera alrededor de ellos, sobre todo por la falta de tiradores? Preguntas que, sin dudas, rebotan en la gerencia. El tiempo dirá cómo se desarrolla, pero la realidad acompaña a la narrativa: algo no está bien a la hora de pensar en el funcionamiento ideal entre las dos estrellas del equipo.
This possession was comical with Joel Embiid and Ben Simmons trying to post up at the same time, then Tobias Harris deciding to back down from the right block. All five Heat players were in the paint because Horford and Milton are middling 3-point shooting threats. Awful offense. pic.twitter.com/QFJikO4Ql5
— Kevin O'Connor (@KevinOConnorNBA) February 4, 2020
El fichaje de Al Horford, ¿acierto o error?
Está claro que la calidad, experiencia y jerarquía del dominicano es incuestionable. Hablamos de un jugador generalmente infravalorado pero que venía siendo un pilar del éxito de los Celtics. Al salir a la Agencia Libre, a muchos les sorprendió su fichaje por Philadelphia más allá del enorme compromiso económico (109 millones de dólares por cuatro temporadas). El tema, desde el inicio, fue cómo encajaría en una formación que iba a tener a Tobias Harris y Joel Embiid en el frontcourt.
¿Embiid y Horford pueden complementarse? En 535 minutos como dupla, el rating neto de los 76ers es negativo (-1,3), con un gris 100,6 de rating ofensivo. Por ejemplo, cuando Embiid está en cancha y Horford descansa, el rating neto del equipo se dispara a +8,5 (109,4 puntos anotados cada 100 posesiones). Al revés, el efecto es similar: cuando el dominicano está en acción y el africano descansa, el rating neto pasa a ser de +5,2. Si lo medimos como trío, Embiid, Horford y Harris compartieron 494 minutos en cancha, con resultados similares en cuanto a rating ofensivo (101,0) y defensivo (100,9).
Por algo, durante el último mes de acción, Brett Brown empezó a tomar con más fuerza la idea de salir con el dominicano desde el banco (incluso lo usó en ese rol en un puñado de partidos). De nuevo: no es un problema de calidad de Horford (más allá de que sus registros hayan bajado a 12,0 tantos, 6,9 rebotes y 4,1 asistencias en 30,8 minutos), sino de encastre. ¿Era lo mejor para los 76ers? Las dudas, está claro, se encuentran sobre la mesa.
Furkan Korkmaz y Shake Milton, los tiradores inesperados
El primero, de manera más sostenida durante toda la temporada. El segundo, con una irrupción marcada desde el final de enero. Los dos, sin duda, con un aporte que quizás pocos esperaban para un equipo llamado a ser candidato. Lo concreto es que Philly encontró en Korkmaz y Milton (tres y dos campañas de experiencia, respectivamente) una bocanada de aire fresco en esa clara carencia del equipo en relación al lanzamiento perimetral.
El turco está promediando 9,7 puntos, 2,3 rebotes, 1,1 asistencias y un gran 39,7% triples en 5,0 intentos (21,8 minutos). Esos números, proyectados cada 36 minutos, serían de 16,0 tantos, 3,8 rebotes y 1,8 asistencias. ¿Nada mal, no? Acumula dos partidos encima de los 30 puntos, 26 en doble dígito anotador y 34 con al menos dos conversiones a distancia.
Lo del nacido en Oklahoma fue una aparición más que necesaria en la recta final. En los primero 45 partidos del curso, apenas pisó la cancha en 12 de ellos. Sin embargo, se ganó un lugar en la rotación en los últimos 20, inició 16 de ellos y aportó 12,8 puntos, 2,7 rebotes y 3,1 asistencias en 25,5 minutos, con un genial 51,2% triples en 4,2 intentos por duelo. Tuvo un partido de 39 tantos frente a LA Clippers.
Una buena entre tantas irregularidades de los 76ers.
Matisse Thybulle, ¿la mejor noticia de la temporada?
Sin dudas que la selección del rookie en el 20° lugar del Draft 2019 fue de lo mejor (¿o lo mejor?) que le pasó a Philadelphia en este curso, ya que la franquicia encontró a un perimetral de elite en cuanto a lo que se refiere a defensa. Sí, de elite sin haber completado su primera campaña.
El ex de la Universidad de Washington mostró destellos y detalles de un defensor espectacular, con unos registros de 2,6 robos y 1,3 tapones cada 36 minutos. Además, el rating defensivo del equipo es bastante mejor con él en cancha (103,6) que cuando está fuera (107,3). Pero claro, lo mejor va más allá de lo numérico y está en las sensaciones que entrega al verlo. Si con el tiempo desarrolla y consolida un lanzamiento exterior consistente (35,2% triples en 2,5 intentos), podría transformarse en uno de los mejores 3&D de la liga.
¿Qué pasará con Brett Brown?
El entrenador está en su séptima temporada al frente del equipo, y ha vivido por completo el proceso, desde aquellos años de no pasar las 19 victorias en un curso (tres seguidos, incluido uno de apenas 10) hasta la construcción de un candidato con el salto de Embiid y Simmons.
El tema es que su equipo parece completamente estancado en esta temporada irregular y lejana a las expectativas, y las dudas sobre si es el indicado para llevar a las dos estrellas al siguiente nivel empiezan a crecer. Por ejemplo, en enero declaró públicamente que había fallado en el mensaje a la hora de querer que Simmons intentara al menos un triple por partido desde que metiera el segundo del curso en diciembre (apenas intentó dos lanzamientos lejanos desde aquel 7 de diciembre).
¿Tendrá la espalda suficiente para cambiar la situación y explotar al máximo la materia prima con la que cuenta? ¿O será el fusible a cambiar en verano si las cosas no se dan como la gerencia espera?
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.