Las últimas semanas de Philadelphia 76ers son el ejemplo perfecto de la realidad de su temporada: dudas, irregularidades y frustración en un equipo pensado como gran candidato en la Conferencia Este que, por ahora, luce lejos de eso. La Navidad parecía ser el despertador, con esa dominante actuación para borrar a Giannis Antetokounmpo y sus Milwaukee Bucks. Claro que en lugar de ser el envión, fue el último destello de luz antes de la peor racha de derrotas desde diciembre de 2017.
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Fueron 5 sobre el final de aquel año y son 4 ahora, la última contra un colosal James Harden (triple-doble con 44 puntos) para liderar el 118-108 de Houston Rockets ante unos 76ers que no hacen más que acumular fastidio. De hecho, Joel Embiid, su gran símbolo, lo expresó en el vestuario después del encuentro.
"Perder cuatro seguidos apesta y no parece que estemos mejorando. Es frustrante. A mí me importa ganar y esto me está impactando. Sólo me preocupa ganar y esto apesta. Pero tenemos que encontrar una manera de salir y creo que debemos seguir luchando", señaló el pívot, que sumó 20 puntos (7-17 en tiro, 6-6 libres), 12 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 1 tapón ante los texanos.
.@JoelEmbiid goin' to work.
— Philadelphia 76ers (@sixers) January 4, 2020
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¿Qué está pasando con los 76ers? Si bien dos de las derrotas fueron por la mínima, ante Orlando (98-97) y Miami (117-116), la otra (más allá de la de Houston) fue sin atenuantes contra Indiana Pacers (115-97, sin Embiid). Y en este tramo de partidos se vieron evidenciados dos de los principales problemas del equipo: los dramas para encontrar respuestas claras en situaciones de clutch, y una preocupante carencia ofensiva que nace de la poca capacidad de tiro exterior en la estructura. Veamos.
- En la racha de derrotas, Philly tiró un pobre 27,8% triples (28,8 intentos), contra el 35,9% (en 30,1 lanzamientos) que tiene en la 2019-2020. Sólo OKC (25,5% en 25,9 intentos) tuvo peor porcentaje en este tramo, aunque los Thunder ganaron sus cuatro duelos.
- Antes de esta racha negativa, el rating ofensivo de Philly era de 109,5 (10° en la NBA). Durante la racha, bajó a 104,0 (24°).
"Me doblan la marca cada vez que recibo la pelota y todos se cierran en la pintura. Así que se hace difícil mover y seguir moviendo la pelota hasta encontrar opciones para anotar", analizó Embiid sobre un aspecto que cada día es más claro. Las dificultades de los Sixers para generar en ataque estacionado (sobre todo a partir de un creador sin tiro como Ben Simmons) se potencian si alrededor de su pívot no hay jugadores con opciones para hacer pagar la doble marca. "Tenemos muchísimo talento, pero al mismo tiempo debemos descubrir cómo unir esos talentos y hacerlos funcionar para el bien común", agregó Tobias Harris.
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Lo concreto es que Philadelphia cayó hasta el 6° lugar del Este con 23-14, 8,5 partidos detrás del líder Milwaukee Bucks. Por fuera de la matemática, la parte negativa de su funcionamiento está cada día más en evidencia. Todo parece indicar que, más allá de la mejora interna, los Sixers buscarán algo de ayuda en el marcado (tiradores) antes de encarar la recta final de una temporada que se está tornando tediosa para ellos.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
