Los últimos 10 partidos de Joel Embiid han sido devastadores, aplastantes y, al menos estadísticamente hablando, de proporciones históricas.
Desde su explosión de 43 puntos con un 15-20 de campo ante los Hornets, a sus 36 puntos con un 11-16 de cancha del miércoles ante los Raptors, el camerunés ha recuperado (o incluso superado) el nivel que lo supo catapultar a la discusión por el MVP de la 2020-2021. Un premio que de no ser por el factor partidos jugados, probablemente hubiera ganado en esa campaña.
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Los números de Embiid en este tramo de 10 partidos son inmejorables: 30,5 puntos, 10,8 rebotes, 4 asistencias, 1,3 robos, 1,1 tapones, además de tener excelentes porcentajes (54-37-88). No solo es la primera vez que tiene números de ese tipo durante 10 encuentros, sino que además cuesta encontrar producciones similares de otros pívots. Especialmente en las últimas décadas de la liga.
Para encontrar otro pívot promediando 30-10-4-1-1 con su eficacia de campo, hay que retroceder al año 2000 con Shaquille O'Neal, que tuvo una media de 30,8 puntos, 12,5 rebotes, 4,2 asistencias, 2,3 tapones, un robo y un 62% de acierto durante 10 partidos entre finales de diciembre del 2000 y principios de enero del 2001. Fuera de ese y el de Embiid actual, no hay otro caso en el nuevo milenio.
Claro que incluso retrocediendo más allá en el tiempo, encontrar pívots con tramos de 10 partidos en ese nivel tampoco es tan frecuente. Los únicos otros nombres que lo consiguieron son Hakeem Olajuwon, David Robinson, Kareem Abdul-Jabbar y Bob McAdoo. Sumando a Embiid y a Shaq, hablamos de solo seis jugadores de los que se tenga registro.
Pensar a Embiid volviendo a pelear por el MVP de la temporada parecía hasta hace poco una utopía, teniendo en cuenta la irregularidad de los 76ers (sextos en el Este) y los propios altibajos de las primeras semanas de la 2021-2022 del pívot de Philadelphia. Sin embargo, si lo de los últimos 10 partidos es una señal de lo que vendrá en el resto de la campaña, el nombre de Embiid deberá regresar automáticamente a, cuanto menos, la consideración de los votantes por el Más Valioso.
La NBA otra vez se ha quedado sin respuestas para el monstruo de Yaounde.
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