Cuando un jugador entra en el protocolo de seguridad y salud de la NBA lo preocupante no es cuántos partidos va a perderse, sino cómo y en qué medida va a afectar el COVID-19 a la persona. En el momento en el que esa figura de positivo todo cambia y se detiene pues pese a que se trate de atletas de primer nivel, con una buena salud y medios para acceder a diferentes tratamientos, el virus no discrimina a nadie y sus efectos son imprevisibles. El 7 de noviembre Joel Embiid fue apartado y aislado de la dinámica de Philadelphia 76ers por haber dado positivo, una circunstancia que afectó también a varios de sus compañeros y que cortó de lleno el gran momento del equipo.
Mientras Tobias Harris o Matisse Thybulle regresaban al cabo de unos días, el camerunés no, y las noticias al respecto de este llegaban con cuentagotas. Una, dos y hasta tres semanas tuvieron que pasar para que Embiid pudiese salir del confinamiento y retomar la actividad. Lejos de que esto fuese una noticia a celebrar, en la memoria del camerunés quedaron los duros días que había pasado pues el COVID afectó severamente a su salud, complicando considerablemente su vuelta y preocupando al propio jugador.
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Durante toda esta crisis sanitaria la NBA ha hecho grandes esfuerzos en tratar de utilizar los mecanismos más vanguardistas y realizar un seguimiento detallado de todos aquellos jugadores que se han visto afectados por el virus. La razón de esto reside en las posibles secuelas a largo plazo que la enfermedad pueda tener en el deportista pese a haber superado el COVID y que se materializa en problemas respiratorios, fatiga, aumento del riesgo de lesiones y otras complicaciones.
Por ello, lo realizado por Joel Embiid en sus primeros minutos tras 20 días inactivo tiene un mérito enorme, ya que no es solo que volviese a un gran nivel, sino que completó un partido descomunal en todos los sentidos. No obstante, su actuación y, sobre todo, su presencia ante los Timberwolves no estaba en absoluto garantizada pese a haber sido dado de alta, no tras los primeros entrenamientos que tuvo a su vuelta que, según el camerunés, es un "milagro" que jugase así.
La derrota in extremis por 121 a 120 a manos de Minnesota Timberwolves en dos prórrogas empañó la historia del regreso del pívot camerunés, que hizo todo lo que estuvo en su mano y más para lograr el triunfo. En los 45 minutos y 26 segundos, la segunda cifra más alta de toda su carrera, Embiid fue capaz de sumar 42 puntos en 12 de 23 tiros de campo (52,2%) además de 16 de 21 tiros libres (76,2%) y 14 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones. De largo, su mejor partido de este curso, más dadas las circunstancias.
STEP BACK, EMVPIID. pic.twitter.com/GUcGnaIn4Q
— Philadelphia 76ers (@sixers) November 28, 2021
"Joel estuvo fenomenal esta noche, pero aún así perdimos. Joel hubiera preferido anotar 30 y ganar, pero estuvo genial", aseguró Doc Rivers. "Jugó una tonelada de minutos, algo que es impredecible teniendo en cuenta el COVID. Hay que darle crédito. Claramente, ha estado haciendo ejercicio y nos lo demostró".
No es solo que el pívot estuviese acertado, sino que su actuación sirvió para tapar muchas de las carencias que los Sixers venían arrastrando además de elevar el propio nivel del equipo. El camerunés fue el responsable de anotar los 7 puntos de Philadelphia en la segunda prórroga y 13 de los 20 en todos los tiempos extras. "Cargó con nosotros en los tiempos extra", dijo Tobias Harris.
Embiid se encontraba feliz al término del encuentro, independientemente del resultado, simplemente por el hecho de estar ahí, de poder compartir pista con sus compañeros, especialmente tras el particular infierno vivido por el camerunés a lo largo de las últimas semanas. No es para menos, pues según reveló el jugador, el COVID le impactó fuerte, llegando a pensar que no sería capaz de superarlo.
"Me golpéo duro. Pensaba que no iba a poder conseguir recuperarme. Estuve así de mal", reconoció el jugador de 27 años. "Estoy simplemente agradecido por el hecho de estar aquí. Lo pasé mal, pero estoy contento de que haya sucedido y puedo volver a hacer lo que amo con buena gente a mi alrededor".
"Estoy feliz por volver con estos chicos, adoro el baloncesto y una vez que estoy en cancha trato de hacer lo que sea necesario", añadió.
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— Philadelphia 76ers (@sixers) November 27, 2021
De hecho, al término del encuentro el propio Embiid y Karl-Anthony Towns, dos jugadores que han tenido sus más y sus menos a lo largo de los años, compartieron un momento para hablar sobre lo que había experimentado el camerunés, enterrando sus viejas diferencias. "Le dije a Embiid que estoy muy feliz de que haya llegado al otro lado del COVID [superarlo] y estoy muy feliz por el hecho de que lo haya superado", relató un KAT cuya experiencia personal con la enfermedad ha sido especialmente dramática.
Volver a ver al 4 veces All-Star sobre una cancha debería ser ya una noticia suficientemente positiva, pero lo es más cuando el camerunés demuestra ser capaz de realizar encuentros como este, el 9º 40-10-2 de su carrera, superando así a mitos como Larry Bird, James Harden o LeBron James.
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