Después de sorprender durante toda la temporada 2020-2021, los New York Knicks parecían en disposición de asentarse definitivamente en la parte alta de la Conferencia Este y hacer crecer su proyecto alrededor de Julius Randle y RJ Barrett. Su inicio de curso invitaba a creer en que sería este reto sería posible, más teniendo en cuenta que llegaron a ponerse con un balance de 5-1 y en lo más alto de la clasificación. Pero desde aquel momento el equipo de Tom Thibodeau ha estado cayendo en picado de manera inexplicable, dando una imagen de total irregularidad y de inconsistencia dentro de las rotaciones.
Con un registro negativo de 10-11 los neoyorquinos iniciarán en la jornada de 7 al 8 de diciembre una breve gira fuera de casa, empezando por la visita a San Antonio Spurs (2:30h) y que les llevará a medirse además a Indiana Pacers y Toronto Raptors a domicilio.
Los próximos días pueden ser vitales en la temporada de los Knicks ya que atesorando 3 derrotas consecutivas, una buena racha podría auparles en la tabla y devolverles a la lucha por los Playoffs mientras que lo opuesto les hundiría tal y como está el Este. Por ello, desde NBA.com en castellano proponemos 3 puntos de mejora del conjunto de Nueva York para los próximos días.
Consistencia defensiva
Si algo ha caracterizado tradicionalmente a los equipos de Thibodeau ha sido su identidad defensiva, la cual ha ido mutando y adaptándose a los cambios en la liga que se han ido produciendo con el paso de los años. De ser un gurú defensivo de vanguardia en su primera etapa, el técnico ha sabido cambiar hasta el punto de llegar a ser la cuarta mejor escuadra en este sentido la pasada temporada. De hecho, de las 9 campañas en las que Thibs ha sido entrenador jefe, sus equipos han acabado dentro del TOP 10 en 7 ocasiones, siendo las excepciones sus dos años completos en los Timberwolves (27º en ambos) y el último curso en los Bulls (11º).
Sin embargo, en este primer cuarto de campaña algo no está saliendo del modo que cabría esperarse. Los Knicks son ahora mismo la 9ª peor defensa de toda la NBA, un desplome del 4º lugar al 22º, concediendo 109,8 de ratio defensivo, un desastre en resumidas cuentas.
El problema de este descenso reside en que los cambios introducidos en la plantilla con el objetivo de dar dinamismo al ataque están teniendo un alto coste. Si bien Kemba Walker ya no está en la rotación (116,3 de ratio defensivo con él en cancha), Evan Fournier sí, quien no parece estar igualando el estándar atrás que había mantenido durante las últimas campañas en Orlando Magic.
La defensa es un apartado tan complejo que resultaría incorrecto señalar con el dedo a un único responsable, pues en términos de marcaje individual los nombres clave de los neoyorquinos no lo están haciendo tan mal con el cuarto mejor ratio de DFG% y concediendo 41,5 puntos en la pintura a sus rivales, el tercer mejor dato. Así, la clave podría estar en el sistema de ayudas defensivas por el cual se han convertido en el 4º equipo que más triples por 100 posesiones permite a sus rivales, los cuales aciertan el 35,2%, el 12º porcentaje más alto. Aumentar la actividad, mejorar las rotaciones y conseguir contener a los tiradores rivales podría impulsar a los Knicks y devolverles a su posición natural.
Una mayor fluidez ofensiva
Lo que hizo especiales a los Knicks el pasado curso fue su excelencia atrás unido a la explosión de Julius Randle, el cual superó todas las expectativas, elevando su juego dos niveles por encima de lo que cabría haber esperado. Esto, unido a un desarrollo en positivo de RJ Barrett y la siempre inestimable ayuda de Derrick Rose e Immanuel Quickley hizo de los neoyorquinos un equipo en velocidad de crucero, terminando en cuarta posición en la tabla y dando sensación de seguridad.
Pero aquel gran momento fue un espejismo, probablemente por la conjunción de factores que afectaron al curso anterior, y la realidad, especialmente con respecto a Randle, sea esta. Aunque era de esperar que el ala-pívot recibiese más y más atención de la defensa rival, se daba por hecho que los cambios en la rotación tendrían su efecto, añadiendo el tan necesario tiro exterior sobre bote y tras pase que venían necesitando. La cuestión relevante con respecto a Randle es que el sistema de ataque apenas ha variado, siguiendo este como uno de los ejes tanto desde el poste bajo como en la bombilla, distribuyendo la bola desde ahí y creando juego. El problema es que los triples no entran.
Sin ir más lejos, los neoyorquinos ocupan el percentil 48 en situaciones de spot up (16º) y lo que es peor, un percentil 0 en salidas de bloqueos, lo cual refleja el bajísimo rendimiento que están teniendo desde la larga distancia en acciones que solo necesitan ser ejecutadas.
Pero no solo se ha desplomado su acierto exterior, sino también la fluidez del ataque en líneas generales, pues ocupan el 26º lugar en AST% y ratio de asistencias con un 56% y 16,2 respectivamente, datos nada positivos para un equipo que aspira a entrar en Playoffs.
La llave de la mejora de los Knicks en la media pista debería pasar por el incremento de las secuencias de mano a mano en las que un interior pudiese asociarse bien con un manejador como Rose, Quickley o incluso Barrett o bien con un tirador como pueda ser el caso de Fournier o Burks. Ahora mismo las acciones de hand off les colocan en lo más alto de la NBA con el percentil 100, produciendo 1,14 puntos por posesión en 4,5 acciones por noche. Esta disposición serviría como puente para la creación de otro tipo de ventajas que abriesen espacios para el resto de la plantilla.
Equilibrio entre titulares y suplentes
Estos Knicks se caracterizan por una particularidad muy extraña y es que en términos prácticos, titulares y suplentes suponen dos universos completamente diferentes. Operan en líneas diferentes aunque paralelas y sus resultados no pueden ser más diferentes. Solo dos alineaciones han sumado más de 80 minutos en lo que llevamos de curso y ninguna de ellas comparte jugadores, siendo dos quintetos distintos con estadísticas opuestas:
- Walker, Fournier, Barrett, Randle y Noel (287 minutos): 103,3 de ratio ofensivo, 118,9 de ratio defensivo y -15,7 de ratio neto
- Rose, Quickley, Burks, Toppin y Gibson (89 minutos): 112,2 de ratio ofensivo, 84,2 de ratio defensivo y +28 de ratio neto.
Aunque estas alineaciones ya han cambiado considerablemente tras la salida de Kemba de la rotación, el problema persiste, pero ha entrado en una dinámica diferente. Esto se debe a que Thibodeau está experimentando, probando formatos diversos en busca de aquel que mejor rendimiento le de.
En los últimos cuatro partidos, los neoyorquinos han presentado 7 quintetos que han jugado 8 minutos o más, con resultados a cada cual más diverso, siendo apenas 2 las que han superado los 30 minutos en total con un +3,1 en una y -8,6. En cierto modo esto es una tendencia positiva pues en ese lapso de 4 encuentros han atesorado un balance de 1-3 por lo que la línea debería ser ascendente y verse reforzada en los próximos días.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.