Hay que viajar hasta la temporada 2017-2018 para encontrar a New York Knicks con un récord como el actual después de 33 partidos. Aunque este 16-17 que tienen los de la Gran Manzana en la 2020-2021 parece muy diferente al 16-17 de aquel conjunto de Jeff Hornacek, que terminaría muy lejos de los primeros planos (29-53). Por primera vez en mucho tiempo hay algo de ilusión en Manhattan, con este equipo de Tom Thibodeau que paso a paso crece, se consolida y, contra muchos pronósticos, sueña con meterse en puestos de Playoffs en una Conferencia Este abierta detrás de la primera línea de candidatos.
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En la noche del jueves, los Knicks dieron otro buen paso con un categórico 140-121 ante Sacramento Kings, que no puede salir de un presente negro (9 derrotas seguidas). Pero rival al margen, New York cumplió con una de sus mejores tareas ofensivas del curso, impulsada no sólo por su All-Star Julius Randle (21 puntos y 14 rebotes), sino por sus bases como extremos generacionales: Derrick Rose e Immanuel Quickley.
El regreso del ex MVP a New York y la reunión con Thibs están siendo ilusionantes para los fans del equipo. Ni hablar con la muestra ante Sacramento. Y es que una lesión de Elfrid Payton decantó en la vuelta a la titularidad de D-Rose, quien hasta anoche funcionaba como relevo. ¿Cómo respondió? Con el mejor trabajo desde su vuelta al equipo: 18 puntos (7-11 campo, 2-2 triples, 2-2 libres), 3 rebotes y 6 asistencias en 28 minutos, incluido un primer cuarto perfecto (11 unidades, 5-5 campo) que marcó el rumbo del encuentro (parcial de 38-29).
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Rose lleva 8 partidos con los Knicks tras el traspaso desde Detroit, y el récord con él es de 5-3. Ha jugado 22,1 minutos de promedio, con registros de 11,8 tantos, 2,8 rebotes y 4,1 asistencias. Pero, principalmente, ha sido un impulso a un ataque que no tenían grandes luces: hasta la llegada del base, NY estaba 24° en rating ofensivo, anotando 107 puntos cada 100 posesiones. ¿Desde su arribo? Subida hasta el 15° puesto, con un registro de 112,4. ¿Una curiosidad? Con D-Rose en cancha, los de Thibs mejoran muchísimo su registro defensivo: 98,4 de rating, por lejos el mejor del equipo, contra un 112,9 cuando al armador le toca descansar.
Immanuel Quickley (25 PTS) & D-Rose (18 PTS, 6 AST) propel the @nyknicks past Sacramento! #NewYorkForever pic.twitter.com/vn9qMQbJvE
— NBA (@NBA) February 26, 2021
Lo importante es que, con Rose desde el inicio, Quickley volvió a tomar mayor protagonismo con la segunda unidad, y no parece algo casual sino causal. El joven de 21 años se despachó con 25 puntos (cuarta vez que alcanza o supera esa barrera) en poco más de 20 minutos, con 5-10 campo, 3-6 triples y 12-12 libres, ratificando una vez más su inteligencia para generar contacto y puntos fáciles, y saliendo de la mala racha de los tres partidos previos (17 tantos totales y 3-22 campo).
"Ningún jugador tira bien durante todos los partidos de una temporada, y él ha sabido manejar esa situación de la mejor manera. Es un gran tirador, tiene la habilidad de generar faltas y todos aquí tienen una enorme confianza en él, así como él tiene mucha confianza en sí mismo, algo que nace de su preparación. Es una rata de gimnasio, es un estudioso del juego. Estamos encantados con él", lo elogió su entrenador.
La lesión de Payton, titular durante la 2020-2021, es muscular, por lo que no debería ser una ausencia prolongada. Pero la gran respuesta de los Knicks ante los cambios, al menos, lleva a generar argumentos a favor de esas modificaciones. Porque Rose, por experiencia y talento ofensivo, es una herramienta por demás necesaria para New York en su búsqueda por pelear arriba, superior a Payton. Y eso, quizás, desata una versión mucho más útil y productiva del prometedor rookie desde el banco. Veremos qué decide Thibs cuando tenga que regresar Payton, pero mientras tanto los Knicks descansan en puestos de Playoffs (6° lugar del Este) y se ilusionan llegando a la mitad del curso.
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