Una de las claves del gran rendimiento que tuvieron los New York Knicks fue el gran rendimiento que logró tener Mitchell Robinson. Tom Thibodeau encontró en el joven pívot la punta de lanza de su sistema defensivo, una figura capaz de comprometer cada uno de los lanzamientos del equipo rival con su gran tamaño y movilidad. Sin embargo, el nativo de Florida volvió a verse afectado por los mismos problemas que atravesó en los años anteriores: las lesiones.
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Después de disputar los primeros 27 encuentros de la pasada campaña, donde promedió 8,4 puntos, 8,4 rebotes, 1,2 robos y 1,5 tapones sufrió una lesión en la mano derecha que le hizo perderse 15 partidos consecutivos. A su vuelta el pívot tuvo un buen rendimiento teniendo en cuenta las circunstancias, llegando a conseguir 16 tantos, 12 rebotes y 3 tapones en su segundo duelo. Un gran momento que no se mantuvo durante mucho tiempo pues al cuarto compromiso sufrió una rotura en el pie derecho ante los Bucks, una dolencia que le acabó por dejar fuera el resto de la temporada.
Es legítimo pensar que de haber contado con Mitchell Robinson el potencial de los Knicks en los Playoffs habría sido mayor. La presencia de otro interior que complementase a Nerlens Noel e hiciera pareja junto a Julius Randle habría reducido el impacto de John Collins y de Clint Capela. Más teniendo en cuenta que el pívot apenas permitió un 46,7% de los intentos de sus rivales cerca del aro y registró 1,7 Defensive Win Shares durante los 31 encuentros que disputó.
La lesión frenó en seco la progresión del interior de 23 años, y 7 meses después el jugador de los Knicks pudo finalmente volver a las pistas. Sucedió en el último encuentro de pretemporada, que concluyó con victoria para los neoyorquinos sobre Washington Wizards por 115 a 113. Robinson pudo saltar a pista, disputando 27 minutos y produciendo 6 puntos, 9 rebotes y 2 robos en una actuación dominante bajo los aros donde dejó algunas imágenes ilusionantes.
Mitch back 👀 pic.twitter.com/vBKdzrqsEi
— NEW YORK KNICKS (@nyknicks) October 16, 2021
Aunque dejó buenas sensaciones, el encuentro de Robinson dejó claro que va a necesitar cierto periodo de adaptación que le permita volver al mejor nivel posible. "No fue tan mal, pero fue malo", dijo el interior sobre su nivel de acondicionamiento físico. "Me puse a trabajar en mis finalizaciones, recuperé mi toque. Eso es lo principal. Una vez que recupere mi condición física para poder jugar todo el partido estaré bien. Sentí que esta noche me apresuré en lugar de tomarme mi tiempo como era antes de que sucediera todo esto", agregó.
"Hemos pasado mucho tiempo juntos. Hablamos mucho sobre los partidos en los que jugó el año pasado, incluso en los encuentros en los que no estuvo y lo que vio", contó Thibodeau. "Simplemente observando cómo está procesando las cosas, entendiendo su responsabilidad en los esquemas. Hay mucho crecimiento ahí. La forma en la que entrena y su nivel de concentración es mucho, mucho mejor".
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La importancia de Robinson para los Knicks en este curso será capital, más teniendo en cuenta que Taj Gibson ha cumplido ya 36 años y su rendimiento en temporada regular irá bajando conforme pasen los partidos. Por otro lado, el impacto que Mitchell Robinson tuvo junto a Randle, siendo la mejor pareja en lo defensivo que tuvieron los Knicks, permitiendo apenas 105,5 puntos por 100 posesiones.
Esta temporada 2021-2022 va a ser vital para las aspiraciones individuales del pívot pues este entrará en el último año de su contrato rookie, pudiendo renovar con la franquicia neoyorquina el próximo mercado o bien explorando un nuevo destino. Mitchell Robinson será uno de los nombres a tener en cuenta este curso pues con sus aptitudes defensivas, su tamaño (2,13) y su juventud podría ser alguien que llame mucho la atención en la próxima Agencia Libre.
Lo más seguro es que Nerlens Noel esté por delante de Robinson durante las primeras semanas, pero el tiempo podría acabar poniendo al joven por delante suyo.
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