La historia de New York Knicks en esta temporada 2020-2021 es una de las mejores que ofrece la liga. La eterna franquicia disfuncional de la última década, relegada en los pronósticos de la mayoría, se destapa y ofrece un crecimiento absoluto desde todo punto de vista justo con el entrenador al que pocos le tenían confianza para cambiar el rumbo. Y dentro de esa narrativa, hay otra historia que, sin dudas, despierta una sonrisa para muchos, incluso para los que no son fans del conjunto de la Gran Manzana. Porque todos quieren ver disfrutar y brillar a Derrick Rose, una de las estrellas que más sufrió por el calvario de lesiones. Y estos Knicks, justamente, tienen a Rose brillando, impactando en un equipo ganador.
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Sí, la reunión de Tom Thibodeau con el base hizo lo suyo, manteniendo el guiño de la nostalgia que todos quieren revivir. Thibs fue quien despertó la mejor versión de D-Rose en sus inicios en Chicago Bulls, cuando se coronó como el MVP más joven de la historia. Thibs fue quien lo revalorizó con Minnesota Timberwolves, justo cuando el peso del castigo a su físico parecía sacarlo de la competición. Y el propio Thibs es quien, nuevamente, confió en él para (tras un tramo lejos de la gran competencia en Detroit) el retoque definitivo de su obra con los Knicks en esta 2020-2021.
El traspaso del 8 de febrero desde los Pistons lo cambió todo para Rose, y en parte también lo hizo para los Knicks. Sin una referencia consistente en la posición y sin un líder con probada experiencia, el base llegó para tapar esas incertidumbres, para ser una referencia en el vestuario, un modelo a seguir para los más jóvenes del plantel y, sobre todo, para poner su enorme talento ofensivo al servicio de un equipo al que no le sobraban las luces en ese costado del campo.
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"Ver cómo está jugando, especialmente en las últimas semanas, te muestra lo grandioso que es. Es su 12° año en la liga y todavía está ahí dándolo todo en el campo, luchando, haciendo varias cosas. Ver cómo empezó y lo que tuvo que superar a lo largo de su carrera es asombroso", destacó recientemente RJ Barrett, uno de los pilares jóvenes del equipo. "Es un profesional y ama este deporte, ama jugar. Está listo todos los días", agregó.
No le falta razón al canadiense: las últimas semanas de D-Rose han sido brillantes. ¿Las mejores de su etapa posterior a las lesiones? Difícil cuestionarlo al entender el contexto, porque lo está haciendo en un equipo protagonista, y lo está haciendo para ganar. Algo cambió en los Knicks en los últimos cinco partidos. O mejor dicho, algo se recuperó. En marzo, el base se perdió 10 partidos tras dar positivo de COVID-19, y él mismo confesó lo difícil que fue recuperar su forma y estado. Pero en estos últimos cinco partidos (cuatro triunfos) hubo un click.
Por más que se mantenga como sexto hombre, es el base principal del equipo, el cerrador de Thibs. En cuatro de esos cinco ha superado los 30 minutos (y Payton, el titular, no pasó de los 20), y su producción ha sido sensacional: 20,2 puntos, ¡60,9% de campo!, 3,6 rebotes y 5,2 asistencias en 31,4 minutos. Sólo D'Angelo Russell (21,6 tantos y 7,0 asistencias) ha producido más que él desde el banco en este tramo.
¿Cómo lo está haciendo? Con una parte con la que marcó la diferencia en el pasado: su capacidad para llegar y definir cerca del aro. Está claro que, a los 32 años, no es ese jugador explosivo que destrozaba con su capacidad atlética y piernas. Pero todavía tiene la velocidad, astucia y determinación para abrirse camino entre las defensas. En este tramo de cinco partidos, Rose está promediando 14,2 penetraciones por encuentro. 21 jugadores tienen al menos esa misma cantidad, y él es el 6° más efectivo de todos, con un 60,5% de campo en este tipo de acciones.
Claro, el 49,3% de los lanzamientos de Rose en este tramo son en la zona restringida, donde tiene un excelente 64,7% de acierto. Pero también lastima en el resto de la pintura (68,4%), donde su flotadora o tiro corto sigue siendo letal, y explota muy bien la media distancia (68,8%).
Lo visto en los últimos partidos no parecen flashes del pasado. Lo son...
"Cuando ha estado sano, ha sido un jugador excelente en la liga. Eso se mantiene hasta hoy. La única vez que realmente no rindió fue cuando estuvo lesionado. Más allá de eso, ha sido un jugador del más alto nivel por un largo tiempo", elogió Thibodeau sobre quien está marcando una clara diferencia para su equipo. Y es que el rendimiento de los Knicks ha crecido desde la llegada de Rose. Con él, el récord es de 18-8. ¿Sin él? 11-14 hasta su traspaso, 5-6 en los partidos que se perdió estando en los Knicks. Es decir, 69,2% de triunfos con él, 44,4% sin él.
Como si la diferencia en el récord no fuera suficiente, vamos a otros datos: cuando está en cancha, los Knicks tienen un +10,9 de rating neto, el mejor del equipo. Y cuando descansa, el registro se va hasta el neutro. Es decir que el equipo es casi 11 puntos cada 100 posesiones mejor que sus rivales cuando tiene al ex MVP en el campo.
Hay jugadores que tienen la unanimidad en la sensación de los fans, y Derrick Rose es uno de ellos. Todos quieren verlo disfrutar y brillar por todo lo que tuvo que superar a lo largo de su carrera. Este presente en los Knicks, donde gana en importancia rumbo a los Playoffs, sin dudas que refuerza esa maravillosa historia alrededor del conjunto de la Gran Manzana, que se mantiene en el 4° lugar del Este (34-28) antes de recibir este miércoles, justamente, a un viejo conocido del base: Chicago Bulls.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
