Los Philadelphia 76ers y los Boston Celtics se disputaron este miércoles el primer lugar de la Conferencia Este. Ambos entraron al partido con récord de 5-1, pero fueron los Sixers quienes pudieron mantenerse en lo más alto, con su sexto triunfo al hilo: 106-103, tras dejar escapar una diferencia importante en el cierre, pero sobreviviendo luego de que Kristaps Porzingis (29 puntos) fallara el potencial triple del empate.
El partido fue una nueva muestra de los cambios que iluminan el camino de Philadelphia en esta temporada. Empezando por una mayor intensidad defensiva y sobre todo, del ascenso de Tyrese Maxey como una verdadera estrella, listo para ubicarse entre los mejores anotadores de la competición. Dos cambios que, por supuesto, no hubieran sido posibles sin la salida de James Harden a los LA Clippers.
El reemplazo de Harden por defensores más intensos como D'Anthony Melton o los recién llegados Nicolas Batum y Robert Covington, hace lucir a los 76ers bastante más fuertes en el campo propio. Mientras que la salida de La Barba puso el balón definitivamente en manos de Maxey, quien está llevando su excelente 2022-2023 a otros niveles incluso superiores.
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Maxey entró a este partido promediando 25,5 puntos, 7,3 asistencias y 4,5 rebotes y aunque parecía rumbo a una noche difícil, terminó alcanzo valores muy similares. Anotó 11 de sus 25 puntos en el último cuarto y le agregó 9 rebotes, 5 asistencias y hasta 2 tapones.
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— Philadelphia 76ers (@sixers) November 9, 2023
El progreso de Maxey no se ve reflejado en haberse transformado en un jugador que consistentemente supera los 25 puntos (promedió 20,3 en la 2022-2023), sino también en su paso adelante en el costado defensivo. En la temporada pasada promedió 2,9 rebotes y totalizó apenas 8 tapones en 60 partidos de Fase Regular.
En esta campaña ya está en 5,1 rebotes de media y en solo 7 partidos, ya ha dado 5 tapones. Casi la misma cantidad que en la temporada anterior pero en 53 encuentros menos.
Tyrese Maxey with the CHASEDOWN 👀
— NBA (@NBA) November 9, 2023
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La salida de Harden, sin un reemplazo acorde en términos de anotación y creación ofensiva, podía dejar a los Sixers en una situación comprometida. No solo en esta campaña, sino incluso poniéndole un manto de incertidumbre al futuro de Joel Embiid, si es que el equipo se bajaba de la pelea grande del Este.
El ascenso de Maxey, al menos por ahora, ha borrado todos esos miedos. Al extremo de que realmente Philadelphia parece tener una estructura más sólida que en los años anteriores.
Claro que todavía hay temas a mejorar. Los Sixers -y el propio Tyrese- deben terminar de comprar a Maxey como un jugador que puede disputarle posesiones claves a Embiid. Por momentos -eso ocurrió ante los Celtics-, Philadelphia sigue enfocado en que sea el camerunés quien resuelva todas las acciones más calientes de los encuentros y ese abuso del 1 vs. 1 de Embiid tiende a sacarle ritmo a sus ataques.
Maxey ya se ha transformado en toda una fuerza ofensiva en los tramos normales de los partidos y, si logra trasladar ese dominio a los momentos clutch, será pura ganancia para los 76ers.
Las campañas pasadas, especialmente en los Playoffs, dejaron en claro que Philadelphia no llegará muy lejos si Embiid tiene que vestirse de salvador en cada momento decisivo. El exKansas necesita ayuda desde el perímetro y, aunque la historia no funcionó con nombres como Ben Simmons o James Harden, la ilusión renace con este veloz y vertical base de apenas 23 años.
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