La situación de Russell Westbrook en Los Angeles Lakers es un tema recurrente y que no parece avistar su final próximamente. La franquicia californiana ha movido ficha hacia adelante tratando de solventar la presencia de una figura que no forma parte de sus planes a corto y largo plazo.
Ante la tesitura de un potencial traspaso que sigue sin ser factible, los de Darvin Ham han recopilado la mayor cantidad de manejadores para no depender en exceso del MVP de 2017 como ocurriese el curso pasado. Mientras, Westbrook ha seguido realizando su trabajo, como ya avisó durante el media day, es decir, cumpliendo en cancha, compitiendo y sin emitir queja alguna.
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El contexto en el equipo angelino no es sencillo de resolver. Con dos talentos capaces de liderar a un plantel a la lucha por el anillo como LeBron James y Anthony Davis las posibilidades son ilimitadas, pero quienes les acompañan tienen más oficio que talento. Cóctel extraño para un regreso a la zona noble del Oeste. Todo ello acompañado del incómodo agente que resulta en cierto modo Westbrook por todo el ruido que hay alrededor suyo fuera de la cancha.
Durante la offseason Ham aseguró que esperaba hacer de Russ su sexto hombre, algo que todavía no ha ocurrido en la pretemporada y que parece complicado de llevar a cabo en este punto. Más allá del simbolismo de ser titular o suplente, los encuentros de preparación de los Lakers han permitido dejar algunas conclusiones sobre el uso, rol y encaje de Russell Westbrook.
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Siempre con otro manejador en cancha
La primera y más notable observación de los primeros partidos de Russell Westbrook en los renovados Lakers responde a la composición del equipo para este curso. Los angelinos han apostado por añadir cuantos más manejadores sean posibles al grupo.
De tal modo que, más allá de LeBron James, haya jugadores capaces de crearse su propio tiro, distribuir y poder cambiar en defensa. Un hecho que, al mismo tiempo, permite desplazar a Russ a otras funciones que no tengan que ver necesariamente con las de un base puro.
Así se explica que la principal alineación utilizada por Ham en esta pretemporada haya sido la compuesta por Beverley, Westbrook, Walker, James y Davis (14:22 minutos) que ha dejado un balance de +5. En un segundo plano destaca el tiempo que el MVP de 2017 ha pasado junto a Dennis Schroder o Kendrick Nunn, un indicativo de que cuando esté en cancha Russ siempre tendrá al lado otro acompañante de su tamaño y funciones.
Buena unión con Anthony Davis
De lo poco positivo que dejó el curso pasado de Westbrook fue su conexión a media cancha con Anthony Davis, los cuales se combinaron para 128 asistencias (100 del base), siendo este el mejor guarismo de los Lakers según PBP Stats. Esta unión se ha trasladado en cierto modo a la pretemporada, lo que invita al optimismo en caso de que AD logre mantenerse sano.
Westbrook ha sabido conectar con el interior tanto en transición (alley-opps), al poste bajo (ejecución del sistema) y en situaciones de 2 contra 2 (bloqueo directo). La muestra es muy reducida y el contexto tampoco invita a sacar conclusiones muy en firme, pero si hay un jugador en el plantel de Lakers con quien todavía encaja ese es Davis.
Juego sin balón, el gran problema
De nuevo, encontrar la manera de darle sentido a un jugador cuya esencia es la producción ofensiva con una alta tasa de uso no es sencillo. Darvin Ham está obligado a que la bola no pase mucho tiempo en manos de Westbrook para que el ataque sea fluido. Eso significa que el base debe pasar a un rol sin balón la mayor parte de la posesión, algo de lo que la defensa rival puede nutrirse ante la carencia de tiro exterior de este.
A diferencia de Frank Vogel, cuyos esquemas acababan con Russ en una esquina o en línea de fondo la gran mayoría de veces, Ham parece haber optado por alejarle de la pintura colocándole en los codos. Este espaciado tan concreto debería favorecer las virtudes de la estrella al permitirle recibir y penetrar, exprimiendo su explosividad. Un ejemplo de esto es que hasta el momento ha producido 1,25 puntos por posesión en acciones de catch&drive.
La cuestión aquí es que la gran parte de las posesiones de los Lakers en las que Westbrook no "participa" le dejan en el lado débil de balón. Esto se traduce en que las ayudas del rival hacia la zona son más largas y condiciona la fluidez ofensiva aunque favorezca el potencial balance posterior en defensa.
Vicios del pasado
Por mucho que se quiera cambiar nada sucede de la noche a la mañana, menos con un jugador del estilo de Russell Westbrook. El curso pasado los excesos en los aclarados y en las acciones individuales sin cohesión con el ataque de los Lakers lastraron en exceso el rendimiento del MVP de 2017. Una situación que no ayudó en absoluto a su integración en el grupo ni elevó su caché personal.
En el breve espacio que ha sido esta pretemporada Russ ha dejado algunas secuencias nada alentadoras y que son reflejo de un jugador cuyo pico de carrera ya pasó. No goza de la explosividad del pasado, lo cual hace que sus defensores reaccionen rápidamente a sus movimientos, y sin acierto del que echar mano la mejor solución es dejar de intentarlo.
En los encuentros que ha disputado ha producido apenas 0,6 puntos por posesión en aclarados y 0,6 también en transiciones, dos de los pilares de su juego.
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