"Números que hablan" es nuestra sección en la que combinaremos una estadística importante con la forma en que realmente se desarrolló en cancha. ¿Nuestro objetivo? Responder preguntas clave, descubrir verdades ocultas y abrir el telón sobre por qué algunos números importan más que otros.
En esta oportunidad, una mirada sobra DeMar DeRozan, escolta de San Antonio Spurs.
3,1
Ese es el ratio de triples intentados por DeMar DeRozan esta temporada. Es decir que un 3,1% de sus tiros de campo llegaron detrás de la línea de triples.
¿Por qué llama la atención? Es una marca increíblemente baja, por verse en esta era de explosión del triple en la que vivimos y por cómo se compara con el resto de los jugadores de la liga. Según Basketball Reference, hay sólo 20 jugadores en este curso con un ratio de triples intentados menor que DeRozan. De esos 20, 19 son internos con tendencia hacia la pintura, como JaVale McGee, Bam Adebayo, Hassan Whiteside y Steven Adams.
¿La única excepción? Ben Simmons, uno de los guardias con mayor rechazo al triple que haya visto la NBA.
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Es un cambio realmente fascinante para DeRozan considerando que hace un par de años tuvo su mejor temporada en cuanto a triples. En la 2017-2018, su última con Toronto Raptors, anotó sólo un 31% de sus intentos a distancia, pero que los triples fueran parte de su juego ya era una mejora alentadora para alguien que había sido criticado por estar estancado en sus formas. Dos años después, DeRozan eliminó casi por completo a los triples de su juego.
Para pruebas, comparemos su carta de tiro de aquella temporada 2017-2018...
... con la carta de tiro de este curso.
DeRozan dobló la apuesta en lo que mejor hace, consiguiendo casi toda su anotación desde la media distancia y la pintura.
"Ese es su juego", le dijo Tim Duncan, asistente de los Spurs, a Carlan Gay en NBA.com antes de que se suspendiese la temporada. "Es un jugador de poder, y no está comprometido a tirar triples. Lo hizo muy bien en un tramo a comienzos de la temporada, pero no está comprometido a eso. Se siente cómodo jugando en la media distancia y atacando el aro", agregó.
DeRozan comenzó está transformación en la temporada pasada, pero hay una diferencia notoria en su selección de tiro en esta campaña. En su primer curso con los texanos, el escolta vivió en la media distancia. Sus 7,2 intentos por encuentro en el espacio entre la pintura y la línea de triples lo ubicaron en la cima de la liga. Su compañero LaMarcus Aldridge (7,1) estuvo muy cerca en el segundo lugar, y lo siguieron Kevin Durant (5,9), Klay Thompson (5,7) y Kawhi Leonard (5,5). En esta campaña, DeRozan está tomando 5,4 intentos de campo por partido desde media distancia, tercero en la competencia detrás de Aldridge (6,6) y Leonard (5,5).
Parte de eso tiene que ver con DeRozan tomando menos tiros este año, pero la razón principal por la cual han bajado sus intentos desde la media distancia es porque está haciendo un esfuerzo mayor para llegar hasta el aro. Es algo que Carlan Gay escribió a comienzos de temporada, puntualizando cómo los Spurs estaban transformando a DeMar en su propia versión de Giannis Antetokounmpo. Al rodearlo casi todo el tiempo con al menos tres tiradores de triples (algo posible por la propia mejora de Aldridge desde el perímetro), le han dado a DeRozan el espacio que necesitaba para jugar dentro de sus fortalezas como un jugador de poder.
Si bien no será tan grande y largo como Antetokounmpo, el escolta puede anotar contra cualquiera en un amplio espacio. Sí, contra cualquiera.
Eso incluye a defensores de elite como Jrue Holiday...
...LeBron James...
...Jaylen Brown...
...Chris Paul...
...e incluso Paul George.
Cuando se trata de meter el balón en el aro, pocos lo hacen mejor.
Esta ni siquiera ha sido la mejor temporada anotadora de la carrera de DeRozan, pero sí ha sido la más eficiente. Incluso sin los beneficios que vienen de lanzar triples, su porcentaje true shooting (cuenta lanzamientos de campo y tiros libres) es de 59,7%, el más alto que haya conseguido. Para tener una perspectiva, de los otros 35 jugadores promediando al menos 20 puntos por partido en esta temporada, sólo 11 tienen un % true shooting más alto que él. A través de esa mirada, es difícil argumentar contra la decisión de DeRozan de dejar de lado sus triples para enfocarse en sus fortalezas.
Lo que genera intriga es que esta versión de DeRozan no es particularmente fácil para construir a su alrededor. Por mucho que haya mejorado como pasador en las últimas temporadas (promedió un récord personal de 6,2 asistencias por encuentro en la 2018-2019, y está en 5,6 en la 2019-2020), es difícil ganar en la NBA actual cuando tu mejor jugador es un perimetral que no tira triples.
¿Por qué? Primero, permiten poco o nulo espaciado cuando no tienen el balón en sus manos, haciendo la vida más difícil para sus compañeros cuando tienen la pelota. Jugadas como la siguiente, en donde DeRozan dejar pasar un triple abierto para tomar un doble con marca después de una penetración y descarga de Dejounte Murray, son las que vienen a la mente:
Lo divertido de la temporada en la que DeMar abrazó el lanzamiento de tres es que era una sólida amenaza como tirador en situaciones de catch-and-shoot, anotando un 34,8% de ellas. Eran los triples desde el drible, donde convertía un 25,6%, los que tiraban hacia abajo sus porcentajes. Por lo tanto, sólo suma a la confusión a su alrededor el rechazo a tomar triples, incluso si sólo fueran desde catch-and-shoot.
Lo segundo es que, como entregan poco o nulo espaciado, la ofensiva tiene que correr a través de ellos para que el equipo tengan una oportunidad de tener éxito, y existen pocos jugadores en la liga que son capaces de llevar esa carga. Básicamente estamos hablando de los LeBron James, Antetokounmpo, James Harden, Kawhi Leonard, Kevin Durant y Stephen Curry, constantes candidatos a MVP y algunos de los mejores de todos los tiempos. Por más bueno que haya sido DeRozan esta temporada, no ha estado ni cerca de ese nivel. Ni siquiera alcanzó el All-Star Game, aunque eso fue más un reflejo del talento que tenía la Conferencia Oeste en su posición que por cómo él jugó en el curso.
En defensa de DeRozan, los Spurs han sido significativamente mejores en ataque cuando él está en cancha, anotando 111,3 puntos cada 100 posesiones, un mejor registro que el 107,7 que tienen cuando el escolta descansa. Básicamente, es la diferencia que pone a los Spurs apenas por encima del promedio y bastante por debajo del mismo en ataque. No ha alcanzado para que los Spurs tuvieran un nivel de 50% de triunfos (actualmente tienen un récord de 27-35), principalmente porque han sido un absoluto desastre defensivo con DeRozan en cancha, pero esa es una conversación para otro día.
Lo que fascina es cómo un cuatro veces All-Star que sigue estando en su prime va para un lado cuando el resto va hacia el otro, llevando el reloj hacia atrás mientras la liga avanza hacia adelante. Sin dudas que habrá un foco mayor en DeRozan en los ocho "seeding games" que se jugarán en la reanudación de la temporada antes de los Playoffs, porque los Spurs no tendrán a su segundo máximo anotador, LaMarcus Aldridge, quien se perderá el resto del curso tras operarse su hombro derecho. Para que puedan tener alguna oportunidad de llegar a la postemporada, necesitarán a DeRozan en su mejor nivel.
No es la primera vez que tenemos este tipo de debate sobre si DeRozan puede o no ser la primera opción de un candidato (ha sido uno de los jugadores que más polarizan en la liga), pero ese número clave hace todo aún más pertinente...
3,1
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.