Al contrario de lo que sucede en el resto del mundo, ser titular en la NBA no es un estado, sino un estatus, el cual un jugador debe ganarse sobre la cancha. Partir como suplente, salvo en excepciones muy contadas, supone estar un peldaño por debajo en la escala social de la liga. De ahí que muchas estrellas en las rectas finales de sus trayectorias acostumbren a no gestionar muy bien ese paso natural a un segundo plano. Sin embargo, la historia ha demostrado que contar con un buen grupo de secundarios en el banquillo puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Los New York Knicks han hecho de esto último su mantra, convirtiéndose su segunda unidad en una de las mejores de toda la NBA en las últimas campañas. Los nombres han ido y venido, pero la apuesta de Tom Thibodeau por dar casi el mismo protagonismo a titulares y suplentes explica en gran medida cómo se han mantenido arriba pese a no tener estrellas de primer nivel.
Mientras se da la circunstancia de que varios equipos están tratando de añadir más figuras a su quinteto titular, los Knicks han doblado su apuesta por los nombres de banquillo.
Sin ir más lejos, los neoyorquinos son el cuarto mejor equipo en términos de eficiencia contando únicamente con los jugadores de la segunda unidad. Su 2,8 de net rating, que puede parecer poco, gana relevancia si se tiene en cuenta la plaga de lesiones que asola el Madison. Mitchell Robinson, eje del juego interior, se perderá lo que resta de temporada tras una operación en el tobillo izquierdo. Una baja sensible para los esquemas de Thibs a lo que cabe sumar Jericho Sims, también con problemas físicos.
De hecho, desde que Thibodeau llegó a los Knicks, el equipo siempre ha tenido una de las cinco mejores segundas unidades de la NBA en términos de eficiencia. Un aspecto que se vuelve más interesante cuando se pone la lupa en el impacto de sus jugadores.
Los neoyorquinos tienen tres de las cinco mejores parejas de suplentes de la liga, incidiendo en el carácter colectivo de este conjunto:
Pos. | Pareja | Equipo | Net rating |
1 | Hart y Quickley | Knicks | +12,5 |
2 | Hart y Hartenstein | Knicks | +11,5 |
3 | Hartenstein y Quickley | Knicks | +9,0 |
4 | Bogdanovic y Okongwu | Hawks | +5,8 |
5 | M. Wagner y Anthony | Magic | +1,5 |
Suscríbete a NBA League Pass para ver todos los partidos: Estados Unidos | Resto del mundo
El impacto de Josh Hart en su breve tiempo en Nueva York ha sido una de las razones detrás del paso adelante experimentado por el equipo en este 2023. El veterano exterior ofrece un equilibrio inmejorable entre ataque y defensa, lanzando al 35,9% en triples y dejando a sus rivales en un 45,4% de acierto. Además, Hart impulsa a la segunda unidad gracias a su liderazgo, un aspecto que ha permitido a Immanuel Quickley encauzar mejor su talento.
Un dato para ilustrar lo fundamental que está siendo el aporte del banquillo para los Knicks.
De entre todas las duplas del equipo con más de 400 minutos, la mejor de todas ellas es la antes mencionada y conformada por Hart y Quickley. Y lo es gracias a su nivel atrás, dejando a sus oponentes en un bajísimo 106,3 de ratio defensivo.
La conexión entre ambos y la habilidad para cambiar el signo de un partido está detrás de números tan positivos, los cuales no serían posibles sin una decisión firme de un Thibodeau que está sacando el máximo partido de sus Knicks.
El banquillo del conjunto neoyorquino ya ha sido protagonista en varios tramos de la temporada, protagonizando remontadas o bien sellando el triunfo por la vía rápida apoyándose en nombres menos conocidos pero claves.
Esto es lo que hace a los New York Knicks en la temporada 2023-2024 uno de los equipos más incómodos, peligrosos y difíciles a los que enfrentarse de la liga. Si llegan en plenas condiciones a los Playoffs podrían volver a dar la sorpresa.
Aficionados en Estados Unidos, pueden ver los mejores partidos de la temporada 2023-2024 de la NBA en Sling TV. Regístrate haciendo click aquí.